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1 Reyes 1:40 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

40 Todos regresaron con Salomón a Jerusalén, celebrando gozosamente y con mucho alboroto.

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Biblia Reina Valera 1960

40 Después subió todo el pueblo en pos de él, y cantaba la gente con flautas, y hacían grandes alegrías, que parecía que la tierra se hundía con el clamor de ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

40 Toda la multitud siguió a Salomón hasta Jerusalén, tocando flautas y gritando de alegría. La celebración estaba tan alegre y estruendosa que el sonido hacía temblar la tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

40 Luego subió todo el pueblo tras él; la gente tocaba la flauta y daba muestras de una gran alegría; la tierra temblaba con el bullicio que hacían.

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La Biblia Textual 3a Edicion

40 Y todo el pueblo subió tras él, y el pueblo tocaba flautas y se regocijaba con tal regocijo, que parecía que la tierra se hundía con el clamor de ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

40 Subió luego todo el pueblo detrás de él. La gente tocaba las flautas y hacía tal estruendo que la tierra parecía venirse abajo con su griterío.

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1 Reyes 1:40
13 Tagairtí Cros  

En Guijón, Sadoc tomó el cuerno de aceite sagrado del santuario y lo derramó sobre Salomón. Luego hicieron sonar las trompetas, y todo el pueblo aclamó: «¡Viva el rey Salomón!».


Cuando Adonías y sus invitados estaban terminando su banquete, oyeron la conmoción y los gritos. ―¿Qué es lo que pasa? —preguntó Joab—. ¿Por qué hay tanto alboroto en la ciudad?


Todos estaban felices, y la ciudad volvió a tener paz después de la muerte de Atalía.


¡El Señor es rey! ¡Regocíjese la tierra entera! Que las más lejanas islas se alegren.


“Cuando escuchen la música de las flautas, trompetas, cítaras, liras, arpas, zampoñas y otros instrumentos musicales, deben inclinarse y rendir homenaje a la estatua de oro del rey Nabucodonosor.


¡Regocíjate grandemente, pueblo mío! ¡Grita de alegría, Jerusalén! ¡Tu rey viene montado sobre un burrito! ¡Es un rey justo y humilde, y viene a salvarte!


Cuando ya estaban cerca de la bajada del monte de los Olivos, todos sus seguidores se llenaron de alegría y comenzaron a alabar a Dios por todos los milagros que habían visto. Y gritaban:


En Gilgal, en una ceremonia solemne delante del Señor, coronaron rey a Saúl, y ofrecieron sacrificios de paz al Señor. Saúl y todo Israel estaban llenos de felicidad.


Cuando los israelitas vieron que el cofre venía, gritaron con tanta alegría y con tanta fuerza que casi hicieron temblar la tierra.


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