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Oseas 7:7 - Biblia Version Moderna (1929)

7 Todos ellos arden como un horno; pues han devorado a sus jueces: todos sus reyes han caído; no hay entre ellos quien me invoque a mí.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

7 Todos ellos arden como un horno, y devoraron a sus jueces; cayeron todos sus reyes; no hay entre ellos quien a mí clame.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Como un horno ardiente, consumen a sus líderes. Matan a sus reyes uno tras otro, y nadie clama a mí en busca de ayuda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Todos se enardecen como un horno y devoran a sus gobernantes. Así han perecido todos sus reyes sin que ninguno de ellos me pidiera auxilios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Todos arden como un horno, devoran a sus gobernantes, Todos sus reyes van cayendo, pero entre ellos no hay quien clame a mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Todos ellos arden como un horno y queman a sus gobernantes; todos sus reyes cayeron; no hay entre ellos quien me invoque.

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Oseas 7:7
27 Tagairtí Cros  

y le mató Baasa en el año tercero de Asa rey de Judá, y reinó en su lugar.


Y aconteció que como viese Zimri que había sido tomada la ciudad, entró en el palacio de la casa del rey, e incendió sobre sí la casa del rey, y así murió;


Pero pudo más la gente que siguió a Omri; que la gente que siguió a Tibni hijo de Ginat; de manera que murió Tibni, y Omri reinó.


Entonces él dijo: ¡Prendedlos vivos! En efecto, los prendieron vivos, y los degollaron junto a la cisterna de la casa de esquileo, en número de cuarenta y dos personas, sin dejar ninguno de ellos.


Aconteció pues que así como les llegó la carta, tomaron a los hijos del rey, y los degollaron, en número de setenta personas, y pusieron sus cabezas en canastos, y las enviaron a Jezreel.


Entonces conspiró contra él Sallum hijo de Jabés, y le hirió en presencia del pueblo, y le mató, y reinó en su lugar.


Y subió Menahén hijo de Gadi, desde Tirsa, y vino a Samaria, e hirió a Sallum hijo de Jabés, en Samaria, y matóle, y reinó en su jugar.


Y conspiró contra él Peca hijo de Remalías, capitán suyo, y le hirió en Samaria, en la fortaleza de la casa del rey, con ayuda de Argob y Aryé; y con él había cincuenta hombres de los hijos de Galaad; y le dió muerte, y reinó en su lugar.


Y Oseas hijo de Ela, tramó una conspiración contra Peca hijo de Remalías, y le hirió, y le mató, y reinó en su lugar, en el año veinte de Joatam, hijo de Uzías.


En esto Jehú entesó su arco cuanto pudo, e hirió a Joram por entre las espaldas, de modo que le atravesó la flecha el corazón; y él cayó en su carro.


Y él dijo: ¡Echadla abajo! y la echaron; y su sangre salpico en la pared y en los caballos: y él mismo la holló.


Pero los impíos de corazón atesoran para sí la ira; No claman por auxilio, ni aun cuando él los ata:


¿No saben esto todos los obradores de iniquidad, los que comen a mi pueblo, cual comen el pan, y a Jehová no invocan?


Pero a mí no me invocas, oh Jacob; porque te has cansado de mí, oh Israel.


Porque nunca jamás oyeron los hombres, ni con los oídos percibieron, ni ojo de nadie ha visto, fuera de ti, oh Dios, las cosas que hará el Señor por aquel que le espera.


Pues nosotros todos somos como cosa inmunda; y como trapos asquerosos son todas nuestras justicias; y todos nosotros nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos han arrebatado.


Y no hay quien invoque tu nombre, ni quien se despierte para echar mano de ti; porque has escondido tu rostro de nosotros, y nos has dejado perecer a causa de nuestras iniquidades.


Pero el pueblo no se vuelve al que le hiere, ni buscan a Jehová de los Ejércitos.


Y busqué entre ellos hombre que construyese el vallado, y que se pusiese a la brecha delante de mí, a favor de la tierra, a fin de que yo no la destruyese; mas no hallé ninguno.


Conforme está escrito en la ley de Moisés, todo este mal nos ha sobrevenido; mas no hemos suplicado la gracia de Jehová nuestro Dios, a fin de volvernos de nuestras iniquidades,  de alcanzar inteligencia en tu verdad.


¿Dónde pues está tu rey, para que te salve en todas tus ciudades? tus jueces también, de quienes dijiste: Dame un rey y príncipes.


Yo pues iré, y me volveré a mi lugar, hasta tanto que ellos reconozcan su ofensa y busquen mi rostro: en su adversidad me buscarán con empeño; dirán:


Asimismo la soberbia de Israel testifica contra él en su misma cara; pero ellos no se vuelven a Jehová su Dios, ni le buscan, a pesar de todo esto.


Y no claman a mí con su corazón, cuando aúllan desesperados sobre sus camas: para el trigo y el vino es para lo que se reúnen: se apartan de mí.


Ellos se han establecido reyes, mas no por mí; se han constituído príncipes, pero yo nada conocía de ello; de su plata y de su oro se han hecho ídolos, para ser ellos mismos destruídos.


¡AY de aquellos que traman la iniquidad y obran la maldad sobre sus camas! Al aclararse la mañana, la ponen por obra, porque está en el poder de su mano.


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