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Oseas 2:7 - Biblia Version Moderna (1929)

7 Y perseguirá a sus amantes, mas no los alcanzará, los buscará también, mas no los hallará. Luego dirá: ¡Iréme y volveré a mi primer marido; pues que entonces me iba mejor que ahora!

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Biblia Reina Valera 1960

7 Seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará. Entonces dirá: Iré y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que ahora.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Cuando corra tras sus amantes, no podrá alcanzarlos. Los buscará, pero no los encontrará. Entonces pensará: “Mejor me sería volver a mi esposo porque con él estaba mejor que ahora”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Sí, puesto que su madre se ha entregado y ha perdido su decencia. Ella decía: 'Déjenme partir con mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Perseguirá a sus amantes y no los alcanzará, Los buscará y no los encontrará;° Y dirá: ¡Volveré con mi primer marido, Porque entonces me iba mejor que ahora!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Porque su madre se prostituyó, se deshonró la que los concibió. Ella decía: 'Me iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino mi aceite y mis bebidas'.

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Oseas 2:7
41 Tagairtí Cros  

porque ofreció sacrificios a los dioses de los Damascenos que le habían batido; pues decía: Por cuanto los dioses de los reyes de Siria les ayudan a ellos, yo también les ofreceré sacrificios para que me ayuden a mí: mas ellos fueron su ruina y la de todo Israel.


¡Vuelve a tu descanso, oh alma mía, porque Jehová se ha portado bondadosamente contigo!


Antes habéis dicho: No, pues que a caballo huiremos; por tanto tendréis que huir: y, sobre veloces corceles cabalgaremos; por tanto serán veloces los que os persiguen.


¿Habrá acaso entre las vanidades de los paganos quien haga llover? ¿o pueden los cielos mismos dar aguaceros? ¿no eres tú más bien, oh Jehová, Dios nuestro? Esperaremos pues en ti, porque tú haces todas estas cosas.


Anda y clama a oídos de Jerusalem, diciendo: Así dice Jehová: Acuérdome a tu favor, de la ternura de tu juventud, del amor de tus desposorios, cuando me seguiste por el desierto, en una tierra que no se sembraba.


¿Pero en dónde están tus dioses que has hecho para ti? ¡levántense ellos, si te pueden salvar en el tiempo de tu calamidad! porque conforme al número de tus ciudades son tus dioses, ¡oh Judá!


¿Por qué corres tan afanada, de uno a otro, cambiando tu camino? De Egipto también te avergonzarás, así como te has avergonzado de Asiria.


SUELE decirse: Cuando un hombre despide a su mujer, y apartándose ésta de él, viene a ser de otro marido, ¿podrá él volver más a ella? ¿no será aquella tierra totalmente contaminada? Mas tú has fornicado con muchos amantes; ¡sin embargo, vuélvete a mí, dice Jehová!


He escuchado atentamente a Efraim que así se lamentaba: ¡Tú me castigaste, y yo fuí castigado, como novillo no acostumbrado al yugo! ¡hazme volver, y yo me volveré a ti, porque tú eres Jehová mi Dios!


no según el pacto que hice con sus padres en el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; pacto que ellos quebrantaron, y yo los deseché, dice Jehová:


al contrario cumpliremos resueltamente toda promesa que ha salido de nuestra boca, respecto de quemar incienso a la reina del cielo, y de derramar libaciones a ella; como hicimos nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalem; con lo cual tuvimos abundancia de pan, y éramos felices, y no vimos calamidad.


Y tomaste tus vestidos recamados, y las cubriste a ellas; y mi aceite y mi incienso pusiste delante de ellas.


¶Otra vez pasé cerca de ti y te miré; y he aquí que tu tiempo era tiempo de amor: y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez, y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor; y viniste a ser mía.


No sucederá empero de ninguna manera el pensamiento que surge en vuestra mente, cuando decís: Nosotros seremos como las otras naciones, como las demás familias de las tierras, sirviendo a palo y a piedra.


Enamoróse de los hijos de Asiria, vecinos suyos, gobernadores y magistrados, vestidos todos lujosamente, caballeros que andaban a caballo, mancebos deseables todos ellos.


¶Por tanto, oh Aholiba, así dice Jehová el Señor: He aquí que voy a excitar a tus amantes contra ti, de los cuales está desaficionada tu alma; y los traeré contra ti por todos lados;


Y sus nombres fueron Ahola, la mayor, y Aholiba su hermana: y vinieron a ser mías, y dieron a luz hijos e hijas. Por lo que hace a sus nombres, Samaria es Ahola, y Jerusalem Aholiba.


Por decreto de los veladores se acuerda esto, y por dicho de los seres santos es la demanda; a fin de que conozcan los vivientes que gobierna el Altísimo en el reino de los hombres, y lo da a quien le parece, y a su arbitrio ensalza sobre él al más bajo de los hombres.


Que seas expulsado de entre los hombres, y con las bestias del campo tengas tu morada, que te hagan comer la hierba como los bueyes, y seas mojado con el rocío del cielo, y pasen siete tiempos sobre ti; hasta tanto que conozcas que el Altísimo gobierna en el reino de los hombres, y lo da a quien le parece.


¡De entre los hombres te van a expulsar, y con las bestias del campo será tu morada, y te harán comer hierba como los bueyes, y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo gobierna en el reino de los hombres, y lo da a quien le parece!


de entre los hombres fué expulsado, y su corazón se hizo semejante al de las bestias, y con los asnos monteses fué su morada; como a los bueyes le hicieron comer hierba, y con el rocío del cielo fué mojado su cuerpo, hasta tanto que conoció que el Altísimo Dios es el gobernador en el reino de los hombres, y que eleva sobre éa quien le parece.


¶Cuando por primera vez Jehová habló por Oseas, dijo Jehová a Oseas: Anda, toma para ti una mujer fornicaria, e hijos de fornicaciones: porque la tierra comete horrible fornicación, apartándose de en pos de Jehová.


Conforme a lo bueno de su dehesa, ellos, como ovejas, se saciaron; se saciaron, y ensalzóse su corazón; por tanto se han olvidado de mí.


¡VUELVE, oh Israel, a Jehová y tu Dios, porque has caído por tu iniquidad!


Y sucederá que en aquel día, dice Jehová, tú me llamarás: ¡Marido mío! y no me llamarás ya: ¡Baal mío!


Cuando vió Efraim su enfermedad y Judá su llaga, acudió Efraim a Asiria, y Judá envió a un rey adversario; mas él no podrá sanaros, ni os curará la llaga.


Yo pues iré, y me volveré a mi lugar, hasta tanto que ellos reconozcan su ofensa y busquen mi rostro: en su adversidad me buscarán con empeño; dirán:


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