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Nahúm 1:5 - Biblia Version Moderna (1929)

5 Las montañas se estremecen delante de él, y los collados se derriten; asimismo la tierra se conmueve ante su presencia, el mundo también, y cuantos habitan en él.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Ante la presencia de Dios las montañas se estremecen y las colinas se derriten; la tierra tiembla y sus habitantes son destruidos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 los cerros tiemblan ante él, y las lomas se estremecen. Ante él se derrumban la tierra, el universo y todos los que en él viven.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 h Ante Él tiemblan las montañas, Los collados se derriten, w Ante su presencia se pone de pie la tierra, El mundo y todos los que en él habitan.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 He. Tiemblan los montes ante Él, se estremecen las colinas. Ante Él trepida la tierra, el orbe y cuantos lo habitan.

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Nahúm 1:5
34 Tagairtí Cros  

Entonces sacudióse la tierra y temblaba; los cimientos de los cielos se iban conmoviendo y se sacudieron, porque él se indignó.


Las columnas del cielo se estremecen y quedan asombradas, a causa de su reprensión.


contra aquel que remueve las montañas, antes que sepan quien las trastorna en su ira:


el cual mira a la tierra, y ella tiembla; toca los montes, y humean.


las montañas saltaron como carneros, los collados como corderos.


oh montañas, que saltáis como carneros; y vosotros, collados, como corderos?


Entonces sacudióse la tierra y temblaba; los cimientos de los montes se iban conmoviendo y se sacudieron, porque él se indignó.


Subió humo en su ira, y fuego procedente de su boca devoraba: ascuas se encendieron de él.


Bramaron naciones, conmoviéronse reinos: él dió su voz, la tierra se derritió.


tembló la tierra; los cielos también vertieron aguas a la presencia de Dios, y aquel Sinaí conmovióse a la presencia de Dios, el Dios de Israel!


¡Brame la mar, y cuanto ella contiene, el mundo, y los que en él habitan!


Y el monte Sinaí estaba humeando todo él, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y subía su humo como humo de un horno; y todo el monte temblaba en gran manera.


HE aquí que Jehová vaciará la tierra, y la dejará desierta, y cual vaso, la volverá boca abajo, y dispersará sus habitantes.


tambalea la tierra como un borracho; se columpia de acá para allá como hamaca, y pesa sobre ella su transgresión; y caerá, y no volverá a levantarse.


Por esta causa se ha encendido la ira de Jehová contra su pueblo, y él ha extendido su mano contra ellos, y los ha herido; de modo que tiemblan las montañas, y sus cadáveres son como basura en medio de las calles. ¡Con todo esto no se aparta su ira, sino que su mano está aún extendida!


¡Pero Jehová es el verdadero Dios; es el Dios vivo, y el Rey eterno! ¡a causa de su ira se estremece la tierra, y las naciones no pueden soportar su indignación!


Miro las montañas, y he aquí que están temblando, y todas las colinas se conmueven.


y temblarán delante de mí los peces del mar, y las aves del cielo, y los animales del campo, y todo reptil que se arrastra sobre el suelo  todo hombre que está sobre la haz de la tierra; y serán derribadas las montañas, y caerán los peñascos; y todo muro caerá a tierra.


Delante de ellos, tiembla la tierra, y se estremecen los cielos; el sol y la luna están entenebrecidos, y las estrellas retraen su resplandor.


Porque el Señor, Jehová de los Ejércitos, es Aquel que toca la tierra, y ella se derrite, y prorrumpen en lamentos todos los que habitan en ella; y se eleva toda ella como el Nilo; y después se bajará como el Nilo de Egipto;


Y se derretirán las montañas debajo de él, y los valles se henderán; como la cera delante del fuego serán, y como las aguas que se precipitan por un despeñadero.


¡Te ven las montañas, y se retuercen en angustia, pasa una inundación de aguas: el abismo da su voz levanta en alto sus manos.


¿Qué eres tú, oh gran montaña? ante Zorobabel te convertirás en llanura; y él sacará la piedra de remate con aclamaciones de: ¡Gracia, gracia a ella!


¡PUES he aquí que viene el día que arderá como homo; y todos los soberbios y todos los obradores de iniquidad serán como hojarasca; y aquel día que viene los abrasará, dice Jehová de los Ejércitos, de modo que no les deje raíz ni rama!


Y, he aquí, el velo del Santuario se rasgó en dos, de alto a bajo; y tembló la tierra; y las rocas se hendieron;


Y he aquí que fué hecho un gran terremoto; porque un ángel del Señor descendió del cielo, y llegándose, rodó la piedra de la puerta, y sentóse sobre ella.


¶Y ví un gran trono blanco, y al que estaba sentado sobre él, de cuya presencia huyó la tierra y el cielo; y no fué hallado lugar para ellos.


Y el cielo fué removido como el rollo de un libro cuando es arrollado; y cada monte e isla fueron traspasados de sus lugares.


¡Temblaron las montañas a la presencia de Jehová, aquel Sinaí mismo, a la presencia de Jehová, el Dios de Israel!


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