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Abdías 1:12 - Biblia Version Moderna (1929)

12 No estés pues a la mira en el día de tu hermano, en el día de su desastre; ni te regocijes de los hijos de Judá, en el día de su destrucción; y no hables desdeñosamente en el día de su angustia.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

12 Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu hermano, en el día de su infortunio; no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en el día en que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la angustia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 »No debiste alegrarte cuando desterraron a tus parientes a tierras lejanas. No debiste gozarte cuando el pueblo de Judá sufría semejante desgracia. No debiste hablar con arrogancia en ese terrible tiempo de angustia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 No te alegres de la ruina de tu hermano en el día de su desgracia. No hagas burla de los hijos de Judá en el día de su angustia, no te rías de su miseria.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 No recrees tu vista en el día de tu hermano, En el día de su calamidad; Ni te alegres a costa de los hijos de Judá En el día de su destrucción, Ni te jactes° en el día de su angustia,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 No te deleites mirando a tu hermano en el día de su desgracia; no te alegres de los hijos de Judá en el día de su ruina; no digas palabras insolentes en el día de su angustia.

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Abdías 1:12
27 Tagairtí Cros  

A causa de su día calamitoso serán pasmados los del porvenir, así como a los que fueron antes les sobrecogió el espanto.


si me he regocijado de la destrucción del que me aborrecía, o me alegré cuando le sobrevino el mal;


Cuento todos mis huesos: entre tanto ellos me miran, me consideran.


¡Enmudezcan los labios mentirosos, que hablan contra el justo insolencias, con soberbia y desprecio!


Mas ellos en mi adversidad se alegraron, y se juntaron; juntáronse contra mí abyectos calumniadores, y yo nada entendía; me despedazaban, y no cesaban.


El Señor se reirá de él, porque ve que va llegando su día.


Porque me ha librado Dios de toda angustia, y mis ojos han mirado con triunfo a mis enemigos.


Mi Dios de misericordia irá delante de mí; Dios me hará mirar, a mis enemigos, con triunfo.


También mis ojos mirarán el castigo de mis enemigos; y mis oídos oirán el de los inicuos que se levantan contra mí.


Quien se mofa del pobre vitupera a su Hacedor; y aquel que se alegra de la calamidad ajena, no quedará sin castigo.


Por mano de tus siervos has vituperado al Señor, y has dicho: ¡Con la multitud de mis carros he subido a las alturas de las montañas, a lo más inaccesibles del Líbano: cortaré pues sus altos cedros, y los más escogidos de sus abetos; alojaréme en sus más elevadas cumbres, el bosque de sus feraces campos!


AYIN- Ensanchan la boca contra ti todos tus enemigos; silban, y rechinan los dientes y dicen: ¡La hemos tragado! ¡éste si que es el día que estábamos aguardando; lo hemos hallado; lo hemos visto!


SHIN.- ¡Regocíjate y alégrate, oh hija de Edom, tu que habitas en la tierra de Uz! ¡a ti también pasará el caliz de ira; embriagada serás, y te desnudarás!


Y conocerás que yo, Jehová, he escuchado todas tus injurias que has proferido contra las montañas de Israel, diciendo: ¡Asoladas están! ¡a nosotros nos son dadas para devorar!


Como te alegraste de la casa de Israel, porque fué desolada, así haré yo contigo; tú serás desolada, oh serranía de Seir, y toda Idumea; sí, toda ella: y conoceréis que yo soy Jehová.


por tanto, así dice Jehová el Señor: Ciertamente en el fuego de mis celos he hablado contra el residuo de las naciones, y mayormente contra toda la Idumea, las cuales se han apropiado mi tierra, con regocijo de todo su corazón, y con desprecio de alma, a fin de desecharla, para que sea presa suya.


Ahora empero se juntan contra ti muchas naciones, que dicen: ¡Sea ella contaminada! ¡Vean nuestros ojos la afrenta de Sión!


Y cuando llegó cerca y vió la ciudad, lloró sobre ella,


Así la lengua también es un miembro pequeño, y se jacta de grandes cosas. He aquí, un poco de fuego ¡cuán grande bosque enciende!


Porque, profiriendo palabras hinchadas, llenas de vanidad, atraen con el cebo de apetitos carnales, por medio de la lascivia, a los que por un poco de tiempo iban escapando de los que viven en el error;


Éstos son murmuradores, quejumbrosos, que andan en pos de sus concupiscencias, y su boca profiere palabras hinchadas, teniendo en admiración las personas de los hombres, por motivos de interés.


Y le fué dada una boca que hablaba cosas grandes, y blasfemias; y le fué dada autoridad para hacer sus obras cuarenta y dos meses.


No habléis tanto ni tan orgullosamente; no salga la impudencia de vuestra boca: que Jehová es Dios de conocimientos, y por él son pesadas las acciones,


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