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Salmos 69:3 - Biblia Martin Nieto

3 me hundo en cenagal sin fondo y no puedo hacer pie; he llegado hasta el fondo del agua y me arrastra la corriente.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Estoy agotado de tanto gritar por ayuda; tengo la garganta reseca. Mis ojos están hinchados de tanto llorar, a la espera de la ayuda de mi Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Me agoto de gritar, me arde la garganta, y mis ojos se cansan de esperar a mi Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Estoy cansado de llamar, Mi garganta ha enronquecido, Mis ojos desfallecen esperando a mi Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 que me estoy anegando en el cieno del abismo, sin poder hacer pie; que me estoy sumergiendo en las aguas profundas, envuelto en las corrientes.

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Salmos 69:3
18 Tagairtí Cros  

En cambio se abatirán los ojos de los malvados, les fallará todo refugio; su esperanza será su postrer aliento.


Mi rostro está rojo de llorar, sombra de muerte pesa sobre mis párpados.


mis ojos se deshacen deseando que me salves, esperando tu promesa de justicia;


mis ojos se deshacen deseando tu promesa; ¿cuándo me vas a consolar?


Siento que me disuelvo como el agua, todos mis huesos se dislocan, mi corazón se ha vuelto como cera, se me deshace dentro de mi pecho;


Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? A pesar de mis gritos, no acudes a salvarme;


La integridad y la rectitud me guardarán, pues en ti, Señor, he puesto mi esperanza.


como la sombra el hombre pasa, se afana por nada, acumula riquezas sin saber para quién.


me sacó de la fosa mortal, del fango cenagoso; puso mis pies sobre la roca, aseguró mis pasos;


que entre los muertos no hay recuerdo de ti, en el abismo, ¿quién te puede alabar?


El ultraje quebró mi corazón, estoy perdido, esperé compasión, pero fue en vano, consoladores, y no encontré ni uno.


Me has puesto en lo más hondo de la fosa, en la profundidad y en las tinieblas del abismo;


Pío como la golondrina, gimo como la paloma. Se consumen mis ojos de mirar a lo alto. Señor, en angustia estoy; sé tú mi valedor.


Mis ojos están en lágrimas sumidos, mis entrañas se estremecen; mi hiel por tierra derramada, por la caída de la hija de mi pueblo, cuando desfallecían niños y lactantes en las plazas de la ciudad.


Después de esto, Jesús, sabiendo que todo se había consumado, para que se cumpliera la Escritura, dijo: 'Tengo sed'.


Tus hijos y tus hijas serán entregados a pueblos extranjeros; tus ojos se consumirán mirando cada día hacia el lugar de su destierro, pero tus manos nada podrán hacer.


Él, en los días de su vida mortal, presentó con gran clamor y lágrimas oraciones y súplicas al que podía salvarle de la muerte, y fue escuchado en atención a su obediencia;


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