Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Salmos 19:12 - Biblia Martin Nieto

12 Por eso tu servidor se instruye en ellos, en guardarlos encuentra gran provecho.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

12 ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

12 ¿Cómo puedo conocer todos los pecados escondidos en mi corazón? Límpiame de estas faltas ocultas.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Pero, ¿quién repara en sus deslices? Límpiame de los que se me escapan.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

12 ¿Quién discernirá sus propios errores? Declárame inocente de los que me son ocultos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Iluminan a tu siervo y en su guarda hay gran provecho.

Féach an chaibidil Cóip




Salmos 19:12
19 Tagairtí Cros  

Instruidme, pues, y callaré; indicadme en qué he errado.


sabes cuándo me acuesto y cuándo me levanto, desde lejos te das cuenta de mis pensamientos;


Tu sabiduría es un misterio para mí, es tan sublime que no puedo comprenderla.


Tú, Señor, no retires de mí tu misericordia, que tu amor y tu fidelidad me guarden siempre;


Cuando el profeta Natán vino a él después de su pecado con Betsabé


hasta ti, que escuchas las plegarias, todo mortal puede llegar.


Has puesto nuestras faltas ante ti, nuestras culpas secretas a la luz de tu rostro,


El Señor dijo a Moisés: 'Sube a la montaña y estate allí. Yo te daré unas tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para instruirlos'.


El que desprecia la palabra se perderá, el que respeta el precepto será recompensado.


No hubo nadie que invocara tu nombre, que despertara para apoyarse en ti, pues tú habías escondido tu rostro de nosotros y nos habías dejado a merced de nuestras iniquidades.


El corazón es complejo más que toda otra cosa y perverso: ¿quién lo conoce a fondo?


No me siento culpable de nada; pero no por esto quedo justificado, porque quien me juzga es el Señor.


¡Oh, si tuvieran siempre ese mismo corazón, siempre me temerían, guardarían mis mandamientos y serían felices ellos y sus hijos!


Poned atención y haced lo que el Señor os manda. No os desviéis a derecha ni a izquierda.


En la segunda, por el contrario, entra solamente el sumo sacerdote una vez al año, y provisto de sangre, que ofrece por sus pecados y por los del pueblo.


pero si andamos en la luz, como él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos purifica de todo pecado.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí