Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Salmos 12:1 - Biblia Martin Nieto

1 Al maestro de coro. En octava. Salmo de David

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

1 Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; Porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡Auxilio, oh Señor, porque los justos desaparecen con rapidez! ¡Los fieles se han esfumado de la tierra!

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Interviene, Señor, porque ya no hay hombres buenos ni se encuentran ya hombres leales.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

1 Al director del coro. En sheminit.° Salmo de David. ¡Salva, oh YHVH, porque se están acabando los piadosos! Porque han desaparecido los leales entre los hijos del hombre.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Del director, con el octacordio. Salmo. De David.

Féach an chaibidil Cóip




Salmos 12:1
18 Tagairtí Cros  

Dios miró a la tierra, y vio que estaba corrompida, porque todo mortal había corrompido su camino sobre ella.


Matatías, Eliflehú, Micneyas, Obededón, Yejiel y Azazías tocaban cítaras a la octava;


No temo a los hombres sin cuento que por doquier se apostan contra mí.


Al maestro de coro. Para instrumento de cuerda. Maskil de David.


Al maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo de David


Yo estoy totalmente deshecho; y tú, Señor, ¿hasta cuándo?


Muchos hombres se proclaman hombres de bien, pero un hombre fiel, ¿quién lo encontrará?


Si el Señor todopoderoso no nos hubiera dejado un residuo, seríamos como Sodoma, iguales a Gomorra.


Perece el justo, y nadie se preocupa por ello. Los hombres piadosos son arrebatados, y nadie advierte que a causa del mal es arrebatado el justo


Ninguno acusa con justicia, nadie litiga con honradez; se confía en la nada, se habla falsedad, maldad se concibe y se engendra desgracia.


Miré a mi alrededor, y no había ayuda; me sorprendí al no encontrar apoyo. Entonces mi brazo me salvó y mi furor me sostuvo.


Recorred las calles de Jerusalén, mirad, informaos bien, buscad por sus plazas, a ver si encontráis un hombre, uno solo que practique la justicia, que busque la verdad, y yo perdonaré a esta ciudad.


Pero, al ver la fuerza del viento, se asustó y, como empezaba a hundirse, gritó: '¡Sálvame, Señor!'.


El exceso de la maldad enfriará la caridad de mucha gente,


Se acercaron los discípulos y lo despertaron, diciendo: '¡Señor, sálvanos, que perecemos!'.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí