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Proverbios 6:6 - Biblia Martin Nieto

6 Anda a ver a la hormiga, ¡perezoso!, mira sus costumbres y hazte sabio.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Tú, holgazán, aprende una lección de las hormigas. ¡Aprende de lo que hacen y hazte sabio!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Flojo, anda a ver a la hormiga, mira cómo se mueve y se hace sabia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Observa a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Fíjate en la hormiga, perezoso; mira su conducta y hazte sabio:

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Proverbios 6:6
24 Tagairtí Cros  

porque en vano se tiende la red ante los ojos de las aves.


Como el vinagre a los dientes y el humo a los ojos, así es el mensajero perezoso para quien le envía.


La mano perezosa empobrece, la mano diligente enriquece.


Desea el perezoso, pero en vano; el deseo de los diligentes será saciado.


El que es negligente en su trabajo es hermano del destructor.


La pereza hace caer en el sopor, la persona indolente pasará hambre.


El perezoso mete su mano en el plato, y luego ni siquiera la lleva a su boca.


En invierno el perezoso no ara; en la siega busca, pero en vano.


Los deseos del perezoso lo matan, porque sus manos rechazan el trabajo.


El perezoso dice: '¡Hay un león fuera, yo podría ser devorado en medio de la calle!'.


Escucha, hijo mío, y sé sabio, dirige tu corazón por el camino recto.


Hay cuatro seres minúsculos en la tierra, pero son sabios entre los sabios:


las hormigas, pueblo sin fuerza, pero que, en el verano, asegura su provisión;


¿Hasta cuándo, perezoso, estarás acostado? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?


Conoce el buey a su señor y el asno el pesebre de su amo. Israel, en cambio, no conoce; mi pueblo no comprende.


Hasta la cigüeña en el cielo conoce su estación; la tórtola, la golondrina y la grulla siguen la época de sus migraciones. Pero mi pueblo no conoce la justicia del Señor.


Su amo le respondió: Siervo malo y holgazán, ¿sabías que quiero cosechar donde no he sembrado y recoger donde no he esparcido?


Mirad las aves del cielo; no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?


No os echéis atrás en el trabajo, tened buen ánimo, servid al Señor;


que no os descuidéis y que sigáis el ejemplo de aquellos que por la fe y la perseverancia entran en posesión de las promesas.


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