Proverbios 18:15 - Biblia Martin Nieto

¹⁵ El corazón inteligente adquiere la sabiduría, el oído de los sabios busca la ciencia.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

¹⁵ El corazón del entendido adquiere sabiduría; Y el oído de los sabios busca la ciencia.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁵ Las personas inteligentes están siempre dispuestas a aprender; tienen los oídos abiertos al conocimiento.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁵ Un espíritu abierto adquiere conocimientos; el oído del sabio está atento al saber.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁵ El corazón del entendido adquiere sabiduría, Y el oído de los sabios busca la ciencia.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁵ Corazón sensato consigue la ciencia, el oído de los sabios desea aprender.

Proverbios 18:15 Tagairtí Cros

1 Reyes 3:9

Concédeme un corazón prudente para gobernar a tu pueblo y saber discernir entre lo bueno y lo malo. Porque ¿quién, si no, podrá gobernar a este tu pueblo tan grande?'.

Job 8:10

Ellos te instruirán, te hablarán, y de su corazón sacarán estas frases:

Proverbios 1:5

que el sabio escuche y aumentará su saber, y el entendido adquirirá destreza;

Proverbios 10:14

Los sabios atesoran la ciencia, pero la boca del insensato es un peligro inminente.

Proverbios 23:23

Hazte con la verdad y no la vendas; con la sabiduría, la instrucción y la inteligencia.

Proverbios 4:5

Adquiere la sabiduría, adquiere la inteligencia, no la olvides, no te apartes de las palabras de mi boca.

Proverbios 4:7

Comienzo de la sabiduría: adquiere la sabiduría; cueste lo que te cueste, adquiere la inteligencia,

Proverbios 9:9

Da al sabio, y se hará más sabio todavía; instruye al justo, y acrecerá su ciencia.

Lucas 10:39

Marta tenía una hermana llamada María, la cual, sentada a los pies del Señor, escuchaba sus palabras.

Efesios 1:17

para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda espíritu de sabiduría que os revele un conocimiento profundo de él;

Santiago 1:5

Si alguno de vosotros está falto de sabiduría, que se la pida a Dios -que a todos da con generosidad y sin echarlo en cara-, y le será concedida.