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Oseas 3:4 - Biblia Martin Nieto

4 Porque los israelitas permanecerán mucho tiempo sin rey, sin príncipe, sin sacrificios, sin estelas, sin efod y sin ídolos familiares.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Esto muestra que Israel estará por mucho tiempo sin rey ni príncipe, sin sacrificios ni columnas sagradas ni sacerdotes, ¡ni siquiera ídolos!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Porque también por muchos días los hijos de Israel quedarán sin rey, sin jefe, sin sacrificios, sin piedras sagradas, sin consultas a Yavé y sin ídolos para proteger la casa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Porque muchos días estarán los hijos de Israel Sin rey y sin caudillo, sin sacrificio y sin pilar,° Sin efod y sin terafim.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Porque durante mucho tiempo estarán los hijos de Israel sin rey y sin príncipe, sin sacrificio y sin estela, sin efod y sin terafim.

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Oseas 3:4
44 Tagairtí Cros  

Mientras Labán se había ido al esquileo de sus ovejas, Raquel robó los ídolos familiares a su padre.


pero ésta había tomado los ídolos y los había escondido debajo de la albarda del camello, sentándose encima de ellos. Labán rebuscó por toda la tienda, pero no los encontró.


El cetro no será arrebatado de Judá, ni el bastón de mando de entre sus pies hasta que venga aquel a quien pertenece y a quien los pueblos obedecerán.


David bailaba ante el Señor con todas sus fuerzas; llevaba ceñido un efod de lino.


Josías exterminó también a los nigromantes, a los adivinos, los fetiches, los ídolos y todos los ídolos repugnantes que se veían en el país de Judá y en Jerusalén, a fin de llevar a efecto las palabras de la ley escritas en el libro que había encontrado el sacerdote Jelcías en el templo del Señor.


salió al encuentro de Asá y le dijo: 'Óyeme, Asá, y escuchadme todos los de Judá y Benjamín. El Señor está con vosotros porque vosotros estáis con él. Cuando vosotros le buscáis, él se deja encontrar por vosotros; pero si lo abandonáis, él se aleja.


Éstas son las vestiduras que han de preparar: un pectoral y un efod, un manto, una túnica a cuadros, una tiara y un cinturón. Harán las vestiduras sagradas para Aarón y para sus hijos a fin de que me sirvan como sacerdotes.


'El efod lo harán de oro, púrpura violeta, escarlata y carmesí, y lino fino trenzado, artísticamente recamado.


Yacen sus puertas hundidas en la tierra; él quebró sus barrotes. Su rey y sus príncipes están entre las gentes; ¡ya no hay ley! Y tampoco sus profetas tienen visiones del Señor.


Ha salido fuego de su tronco que devoró ramas y frutos. No ha quedado ni un solo ramo fuerte, ni un cetro real'. (Esto es una elegía; como elegía se cantará).


Y no sucederá lo que pasa por vuestra mente, cuando andáis diciendo: ¡Seremos como las gentes, como los pueblos de los otros países, adoradores del leño y la piedra!


¡Hiere a derecha y a izquierda, dondequiera se vuelva tu hoja!


Esto dice el Señor Dios: Quítate el turbante y la corona. Todo cambiará; lo humilde será exaltado y lo alto será humillado.


Mandará parte de sus fuerzas a profanar el santuario y la fortaleza; pondrán fin al sacrificio perpetuo, y en su lugar establecerán el sacrificio horrible.


Y desde el tiempo en que sea cesado el sacrificio cotidiano y sea sustituido por el sacrilegio horrible pasarán mil doscientos noventa días.


Hará un pacto firme con mucha gente durante una semana, y a la mitad de la semana pondrá fin a los sacrificios y a las ofrendas. Y en el templo se cometerá un sacrilegio horrible, hasta que la ruina decretada caiga sobre el devastador'.


¿Dónde está ahora tu rey para que te salve? ¿Dónde tus jueces para que te protejan? Porque tú decías: 'Dame rey y príncipes'.


Un rey en mi cólera te he dado, y en mi furor te lo vuelvo a quitar.


Por eso volveré a tomar mi trigo a su tiempo y mi vino a su estación, y recobraré mi lana y mi lino con que ella cubría su desnudez.


Vistió a Aarón la túnica, le ciñó el cinturón, le puso el manto y encima le colocó el efod y se lo ajustó atándolo con la cinta del efod.


Pues los ídolos dan respuestas vanas, los adivinos anuncian mentiras, cuentan sueños fantásticos y dan consolaciones ilusorias. Por eso el pueblo anda errante y perdido como un rebaño sin pastor.


En aquel día, palabra del Señor todopoderoso, extirparé de la tierra los nombres de los ídolos, y no se acordarán más de ellos; también haré desaparecer de la tierra los profetas y el espíritu de impureza.


Caerán al filo de la espada, irán prisioneros a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos hasta que llegue a su fin el tiempo de los paganos'.


Ellos gritaron: '¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!'. Dijo Pilato: '¿Voy a crucificar a vuestro rey?'. Los sumos sacerdotes respondieron: 'No tenemos más rey que el césar'.


Porque si pecamos deliberadamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio alguno por los pecados,


Así Micá llegó a tener un santuario; hizo un efod e ídolos familiares y nombró sacerdote a uno de sus hijos.


Los cinco hombres que habían ido a explorar el país dijeron a sus compañeros: '¿No sabéis que en esta casa hay un efod, ídolos familiares y una imagen tallada y chapeada? Pensad lo que conviene hacer'.


Gedeón hizo con ellos un efod, que colocó en su ciudad, en Ofrá. Todo Israel se prostituyó ante él, y esto fue para Gedeón y su casa la causa de su ruina.


Ajías, hijo de Ajitub, hermano de Icabod, hijo de Fineés, hijo de Elí, sacerdote del Señor en Silo, llevaba el efod. La gente no sabía que Jonatán se había ido.


La desobediencia es un pecado de magia, y la resistencia, un crimen de idolatría. Porque has rechazado la palabra del Señor, él te rechaza a ti como rey'.


El joven Samuel estaba al servicio del Señor, vestido con un efod de lino.


David dijo a Ajimélec: '¿No tienes a mano una lanza o una espada? Porque yo no traigo conmigo ni la espada ni mis armas, pues la orden del rey era urgente'.


Etonces el rey dijo a Doeg: 'Acércate tú y mata a los sacerdotes'. Y Doeg, el idumeo, se acercó y mató él mismo a los sacerdotes. Mató aquel día a ochenta y cinco hombres de los que llevan el efod.


Abiatar, hijo de Ajimélec, que se había refugiado junto a David, bajó a Queilá llevando consigo el efod.


Cuando David supo que Saúl tramaba el mal contra él, pidió al sacerdote Abiatar que le llevara el efod.


David dijo al sacerdote Abiatar, hijo de Ajimélec: 'Tráeme, por favor, el efod'. Y Abiatar se lo llevó.


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