Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Nehemías 1:6 - Biblia Martin Nieto

6 Que tus oídos estén atentos y tus ojos abiertos para escuchar la plegaria de tu siervo, que yo derramo ahora ante ti, día y noche, por los israelitas tus siervos, confesando los pecados que ellos han cometido contra ti. Yo mismo y la casa de mi padre hemos pecado;

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

6 esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 ¡escucha mi oración! Mírame y verás que oro día y noche por tu pueblo Israel. Confieso que hemos pecado contra ti. ¡Es cierto, incluso mi propia familia y yo hemos pecado!

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

6 ¡Escucha con atención, abre los ojos, atiende la plegaria de tu servidor! Porque como tú lo ves, yo oro día y noche por los hijos de Israel, tus servidores y confieso los pecados de los hijos de Israel.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

6 Esté ahora atento tu oído y tus ojos abiertos, para oír la oración de tu siervo, que yo hago hoy ante ti, día y noche, por los hijos de Israel tus siervos, confesando los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti. ¡Sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado!

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Estén atentos tus oídos y abiertos tus ojos para escuchar la oración de tu siervo, la que al presente te dirijo día y noche ante tu presencia por los israelitas, tus siervos, confesando los pecados que los israelitas hemos cometido contra ti, pues también yo y la casa de mi padre hemos pecado.

Féach an chaibidil Cóip




Nehemías 1:6
34 Tagairtí Cros  

Escucha la plegaria que tu siervo y tu pueblo Israel te hagan en este lugar; escúchala desde tu morada en los cielos; escúchalos y perdona.


si ellos, volviendo en sí en el país a que hayan sido deportados, se convierten y te suplican en la tierra de su cautividad, diciendo: Hemos pecado, hemos obrado inicua e injustamente;


Y ahora queréis hacer a los de Judá y Jerusalén esclavos y esclavas vuestros. Pero es que ¿no sois también vosotros culpables ante el Señor vuestro Dios?


Sí, nuestros padres han pecado y han hecho lo que es malo a los ojos del Señor, nuestro Dios, lo han abandonado, han apartado su rostro de la morada del Señor y le han dado la espalda.


Dios mío, ten abiertos tus ojos y atentos tus oídos a las plegarias que suben a ti desde este lugar.


Mientras Esdras oraba y hacía esta confesión llorando y postrado ante el templo de Dios, se congregó junto a él una gran multitud de israelitas, mujeres y niños; todos lloraban amargamente.


Reconoced vuestra culpa ante el Señor, Dios de nuestros padres, y cumplid su voluntad. Separaos de las gentes paganas y de las mujeres extranjeras'.


Oh Señor, estén atentos tus oídos a la súplica de tu siervo y a la oración de tus servidores, que quieren ser fieles a ti. Concede éxito a tu siervo y haz que tengan buena acogida ante ese hombre'. Era yo entonces copero del rey.


cuando el Señor reconstruya a Sión y aparezca en su gloria,


Hemos pecado, igual que nuestros padres, hemos sido perversos y traidores.


Señor, escucha mi clamor, estén tus oídos atentos al grito de mi súplica.


Te he confesado mi pecado y no oculté mi falta; yo dije: 'Confesaré mis faltas al Señor', y tú me has absuelto de todos mis delitos.


apártate del mal y haz el bien, busca la paz y corre en pos de ella.


Yo invocaré a Dios, el Señor me salvará.


Cántico. Salmo de los hijos de Coré. Del maestro de coro. Para la enfermedad. Para cantar. Maskil de Hemán, el ezrajita.


Yo exclamé: ¡Ay de mí, estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros; vivo entre un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, al Señor todopoderoso.


Nuestros padres pecaron, ya no existen, y nosotros cargamos con sus iniquidades.


Y ahora, Señor, Dios nuestro, que sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano fuerte y te conseguiste una fama que dura hasta el presente, nosotros hemos sido pecadores y criminales.


Todavía estaba yo hablando, rezando y confesando mis pecados y los pecados de mi pueblo Israel y derramando mi súplica ante el Señor, mi Dios, por el santo monte de mi Dios;


Rogué al Señor, mi Dios, e hice esta confesión: '¡Señor, Dios grande y terrible, que mantienes el pacto y la fidelidad a quienes te aman y guardan tus mandamientos!


Nosotros hemos pecado, hemos cometido injusticias y delitos, nos hemos rebelado y apartado de tus mandamientos y tus preceptos.


Señor, a nosotros la vergüenza, a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres, porque hemos pecado contra ti.


¿Y no hará Dios justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche? ¿Les va a hacer esperar?


Tenía ochenta y cuatro años. Estaba siempre en el templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.


Nosotros también éramos de ésos cuando nos dejábamos llevar de las apetencias carnales, sujetos a los deseos de nuestros instintos y a nuestra imaginación. Éramos, por naturaleza, objeto de la ira divina, igual que los demás.


La verdaderamente viuda y desamparada tiene puesta su esperanza en Dios y persevera día y noche en las plegarias y en las oraciones.


Doy gracias a Dios, a quien sirvo, como mis antepasados, con conciencia limpia, y te tengo presente en mis oraciones día y noche.


Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es justo y fiel, nos perdona nuestros pecados y nos purifica de toda injusticia.


'Me arrepiento de haber hecho a Saúl rey de Israel, porque se ha apartado de mí y no ha cumplido mis órdenes'. Samuel se entristeció y estuvo toda la noche rogando al Señor.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí