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Lucas 20:36 - Biblia Martin Nieto

36 Ya no pueden morir, pues son como los ángeles, hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.

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Biblia Reina Valera 1960

36 Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

36 ni volverán a morir. En este sentido, serán como ángeles. Ellos son hijos de Dios e hijos de la resurrección.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

36 Además ya no pueden morir, sino que son como ángeles. Son también hijos de Dios, por haber nacido de la resurrección.

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 pues no pueden ya más morir,° porque son como ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 porque no pueden ya morir, pues serán semejantes a ángeles; y son hijos de Dios, pues son hijos de la resurrección.

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Lucas 20:36
20 Tagairtí Cros  

destruirá para siempre la muerte. El Señor Dios secará las lágrimas de todos los rostros, y la ignominia de su pueblo la borrará de toda la tierra; porque el Señor ha hablado.


¿Pero yo los libraré del poder del abismo; los salvaré del poder de la muerte? ¿Dónde están, muerte, tus estragos? ¿Dónde están, abismo, tus azotes? La compasión desaparece de mi vista.


Esto dice el Señor todopoderoso: Si sigues mis caminos y guardas mis mandamientos, tú gobernarás mi casa, serás guardián de mis atrios y te haré llegar al rango de estos que están aquí.


Porque en la resurrección ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que serán como ángeles en el cielo.


Porque, en la resurrección, ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que serán como ángeles en los cielos.


El mismo Espíritu da testimonio juntamente con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.


El último enemigo en ser destruido será la muerte;


Eso mismo pasa con la resurrección de los muertos. Se siembra algo corruptible, y resucita incorruptible.


Y así como llevamos la imagen del terrestre, llevaremos también la del celeste.


el cual transformará nuestro cuerpo lleno de miserias conforme a su cuerpo glorioso en virtud del poder que tiene para someter a sí todas las cosas.


Dichoso y santo el que tiene parte en la primera resurrección; sobre éstos no tiene poder la segunda muerte, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, con el que reinarán mil años.


Enjugará las lágrimas de sus ojos


Pero él me dijo: 'No lo hagas, pues yo soy un servidor, como tú y tus hermanos los profetas y los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios'.


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