Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Jueces 9:15 - Biblia Martin Nieto

15 La zarza espinosa les respondió: Si de verdad queréis ungirme por vuestro rey, venid y refugiaos a mi sombra; y si no, saldrá fuego de la zarza y devorará a los cedros del Líbano.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

15 Y la zarza respondió a los árboles: Si en verdad me elegís por rey sobre vosotros, venid, abrigaos bajo de mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Y el espino les respondió a los árboles: “Si realmente quieren que yo sea su rey, vengan a refugiarse bajo mi sombra. Si no, que salga fuego de mí y consuma los cedros del Líbano”».

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Y la zarza espinosa respondió a los árboles: 'Si realmente quieren hacerme rey y que los mande, vengan y quédense bajo mi sombra. Si no, saldrá fuego de la zarza espinosa y devorará hasta el cedro del Líbano.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

15 Y la zarza dijo a los árboles: ¡Si en verdad queréis ungirme por rey sobre vosotros, venid a refugiaros bajo mi sombra! De lo contrario, saldrá fuego de la zarza y devorará los cedros del Líbano.°

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Y la zarza respondió a los árboles: 'Si de verdad me queréis ungir para que reine sobre vosotros, venid a refugiaros bajo mi sombra; de lo contrario, saldrá fuego de la zarza y devorará los cedros del Líbano''.

Féach an chaibidil Cóip




Jueces 9:15
19 Tagairtí Cros  

Joás, rey de Israel, mandó a decir a Amasías, rey de Judá: 'El cardo del Líbano mandó a decir al cedro del Líbano: Da tu hija por esposa a mi hijo. Pero pasaron las fieras del Líbano y pisotearon el cardo.


Los árboles del Señor sacian su sed, y los cedros del Líbano que él había plantado.


la voz del Señor que desgaja los cedros, el Señor desgaja los cedros del Líbano;


El hombre fuerte se hará estopa, y su obra una chispa; arderán los dos juntos, y no habrá quien lo extinga.


contra todos los altos cedros del Líbano, contra todas las encinas de Basán;


Han salido en dirección a Egipto, sin haber consultado a mi boca, para refugiarse al amparo del Faraón y acogerse a la sombra de Egipto.


Por medio de tus esbirros has insultado al Señor, has dicho: Con mis innumerables carros he subido a la cima de los montes, hasta las cumbres últimas del Líbano; he talado sus altísimos cedros y sus más imponentes cipreses; he llegado hasta sus últimos rincones, hasta la espesura de su bosque.


El aire de nuestro aliento, el ungido del Señor, quedó preso en sus fosas; aquel que decíamos: '¡A su sombra viviremos en medio de las gentes!'.


Ha salido fuego de su tronco que devoró ramas y frutos. No ha quedado ni un solo ramo fuerte, ni un cetro real'. (Esto es una elegía; como elegía se cantará).


A un cedro del Líbano de espléndido ramaje, espesa fronda y altura sublime; entre las nubes despuntaba su copa.


Pero dejad en tierra el tocón con sus raíces; sea atado con cadenas de hierro y bronce entre la hierba del campo. Caiga sobre él el rocío del cielo, comparta con las bestias salvajes la hierba del suelo.


Sus ramas se extenderán lejos, hermosas como el ramaje del olivo, y su fragancia será como la del Líbano.


ha salido un fuego de Jesbón y una llama de la ciudad de Sijón: ha devorado a Ar de Moab, ha consumido las alturas del Arnón.


Es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece es la mayor de las hortalizas y se hace árbol, de tal suerte que las aves vienen y anidan en sus ramas'.


Por fin, los árboles dijeron a la zarza espinosa: Ven tú, reina sobre nosotros.


Ahora bien, si habéis obrado de buena fe y con justicia al elegir por rey a Abimelec, si os habéis portado bien con Yerubaal y con su casa, si lo habéis tratado según sus méritos,


Pero si no, que salga fuego de Abimelec y devore a los nobles de Siquén y de Bet Miló, y que salga fuego de los nobles de Siquén y de Bet Miló para devorar a Abimelec'.


Abimelec y su gente se desplegaron y tomaron posiciones en la puerta de la ciudad. Los otros dos cuerpos se desplegaron contra los que estaban en el campo y los mataron.


Toda la tropa cortó una rama; siguieron a Abimelec, amontonaron las ramas sobre la cripta del templo y les prendieron fuego. Y perecieron todos los de Torre Siquén, alrededor de mil entre hombres y mujeres.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí