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Jueces 19:1 - Biblia Martin Nieto

1 En aquel tiempo, cuando no había rey en Israel, un levita que vivía en la montaña de Efraín tomó por concubina a una mujer de Belén de Judá.

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Biblia Reina Valera 1960

1 En aquellos días, cuando no había rey en Israel, hubo un levita que moraba como forastero en la parte más remota del monte de Efraín, el cual había tomado para sí mujer concubina de Belén de Judá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 En esos días, Israel no tenía rey. Hubo un hombre de la tribu de Leví que vivía en un lugar remoto de la zona montañosa de Efraín. Cierto día se llevó a su casa a una mujer de Belén de Judá, para que fuera su concubina.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 En ese tiempo no había rey en Israel. Un levita que vivía en el extremo de la montaña de Efraín tomó como concubina a una mujer de Belén de Judá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 En aquellos días en que no había rey en Israel, sucedió también que cierto varón levita que residía en los confines de la serranía de Efraín, tomó como concubina a una mujer de Bet-léhem de Judá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Por aquel tiempo, cuando aún no había rey en Israel, un levita que residía como forastero en los confines de la montaña de Efraín tomó como concubina a una mujer de Belén de Judá.

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Jueces 19:1
29 Tagairtí Cros  

Y también su concubina, de nombre Rauma, le dio a Tébaj, Gajan, Tajas y Maacá.


A los hijos de sus concubinas les hizo donaciones y, antes de morir, los envió lejos de Isaac, su hijo, hacia levante.


Murió Raquel y fue sepultada en el camino de Éfrata, o sea, de Belén.


Plantaron en la terraza una tienda de campaña para Absalón, y Absalón se acostó con las concubinas de su padre a la vista de todo Israel.


El rey se había cubierto el rostro y daba grandes gritos: '¡Hijo mío, Absalón! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!'.


David entró en su palacio, en Jerusalén. Y el rey tomó a las diez concubinas que había dejado para guardar el palacio y las puso bajo su guardia. Él proveyó a su sustento, pero no volvió a tener relaciones con ellas, y estuvieron encerradas, como viudas, hasta el día de su muerte.


Saúl había tenido una concubina llamada Rispá, hija de Ayá. Abner la tomó para sí. Isbaal dijo a Abner: '¿Por qué te has unido a la concubina de mi padre?'.


David tomó todavía más concubinas y mujeres en Jerusalén, después de haber venido de Hebrón, y le nacieron hijos e hijas.


y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas que pervirtieron su corazón.


Eran éstos: Ben Hur, en la montaña de Efraín;


Roboán amó a Maacá, hija de Absalón, más que a todas las demás mujeres y concubinas. Tuvo dieciocho mujeres y sesenta concubinas, con las que tuvo veintiocho hijos y sesenta hijas.


Entraba por la tarde, y a la mañana era llevada al segundo harén, bajo la vigilancia de Saasgaz, eunuco del rey y guardián de las concubinas. No volvía a presentarse ante el rey, a no ser que él lo desease y fuese llamada nominalmente.


Trajeron las copas de oro y plata, robadas en el santuario del templo de Dios, en Jerusalén, y bebieron en ellas el rey, sus dignatarios, sus mujeres y sus concubinas.


¿No ha hecho el Señor un ser único, carne animada de vida? Y este ser único, ¿qué busca? Una descendencia divina. Respetad vuestras vidas y no seáis infieles a la esposa de vuestra juventud.


Y tú, Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel.


Fue sepultado en el territorio de su propiedad, en Timná Séraj, que está en la montaña de Efraín, al norte del monte Gaas.


Después murió Eleazar, hijo de Aarón, y fue sepultado en Guibeá, ciudad de su hijo Fineés, a quien se la habían dado en la montaña de Efraín.


Después de él fue juez de Israel Ibsán, de Belén.


Había un hombre en la montaña de Efraín llamado Micá,


En aquel tiempo no había rey en Israel; cada cual hacía lo que le parecía mejor.


Había en Belén un levita extranjero, de la tribu de Judá.


Salió de Belén de Judá para establecerse donde pudiese. En su caminar llegó a la montaña de Efraín, a casa de Micá.


En aquel tiempo no había rey en Israel. La tribu de Dan buscaba un territorio donde establecerse, porque hasta entonces no había recibido heredad entre las tribus de Israel.


Desde allí pasaron a la montaña de Efraín y llegaron a casa de Micá.


En esto llegó un anciano, que venía de trabajar del campo. Era un hombre de la montaña de Efraín, que vivía en Guibeá; las gentes del lugar eran benjaminitas.


Ella se disgustó con él y se fue a casa de su padre, a Belén de Judá, y estuvo allí cuatro meses.


En aquel tiempo no había rey en Israel y cada cual hacía lo que quería.


Tan pronto como llegó a tierra de Israel, tocó la trompeta en la montaña de Efraín, y los israelitas bajaron con él de la montaña. Él iba en cabeza.


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