Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Jueces 16:20 - Biblia Martin Nieto

20 Ella dijo: '¡Sansón, los filisteos!'. Él se despertó y se dijo: 'Saldré como tantas otras veces y me las arreglaré'. Pero no sabía que el Señor lo había abandonado.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

20 Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Entonces ella gritó: «¡Sansón! ¡Los filisteos han venido a capturarte!». Cuando se despertó, pensó: «Haré como antes y enseguida me liberaré»; pero no se daba cuenta de que el Señor lo había abandonado.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Entonces ella dijo: '¡Sansón, los filisteos te atacan!' El se despertó de su sueño y pensó: 'Me desataré como las otras veces y me libraré'. Pero no sabía que Yavé se había retirado lejos de él.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

20 Y ella exclamó: ¡Sansón, los filisteos te acometen! Él entonces, despertando de su sueño, se dijo: Como otras veces, saldré y seré librado. Pero no sabía que YHVH se había apartado de él.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Ella gritó: '¡Sobre ti los filisteos, Sansón!'. Despertó él de su sueño y se dijo: 'Saldré como otras veces y me libraré'. No sabía que Yahveh se había retirado de él.

Féach an chaibidil Cóip




Jueces 16:20
21 Tagairtí Cros  

salió al encuentro de Asá y le dijo: 'Óyeme, Asá, y escuchadme todos los de Judá y Benjamín. El Señor está con vosotros porque vosotros estáis con él. Cuando vosotros le buscáis, él se deja encontrar por vosotros; pero si lo abandonáis, él se aleja.


¿Quién ha entregado a Jacob al saqueo, y a Israel a los depredadores? ¿No ha sido el Señor, contra quien pecamos, cuyos caminos no quisimos seguir, ni escuchamos su ley?


Los extranjeros devoran su fuerza sin que él se dé cuenta; se ha llenado de canas, pero él no lo ha notado.


No os rebeléis contra el Señor ni tengáis miedo de la gente de esa tierra, pues nos los comeremos como un bocado de pan. Ellos se han quedado sin defensa, y con nosotros está el Señor; no les tengáis miedo'.


Lo he presentado a tus discípulos y no han podido curarlo'. [*]_


Les dijo: 'Por vuestra poca fe; os aseguro que si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a este monte: Vete de aquí allá, y se trasladaría; nada os sería imposible'.


No es que sea capaz por mí mismo de hacer algo como cosa mía, pues mi capacidad viene de Dios,


¿Cómo puede uno solo perseguir a mil / y dos poner en fuga a diez mil, / sino porque su roca los ha vendido / y el Señor los ha entregado?


Por eso los israelitas no podrán resistir ante sus enemigos; les volverán la espalda, porque ahora ellos se han hecho merecedores del exterminio. No estaré más con vosotros mientras no entreguéis al exterminio lo que yo ordené.


Ella le durmió y entretejió las siete trenzas de su cabeza con hilos y las sujetó con un clavo de tejedor, y gritó: '¡Sansón, los filisteos!'. Él se despertó y arrancó los hilos y el clavo de tejedor. Y así no se conoció el secreto de su fuerza.


Ella durmió a Sansón sobre sus rodillas y llamó a un hombre, que le cortó las siete trenzas de su cabeza. Entonces él comenzó a perder su fuerza hasta que la perdió por completo.


Los filisteos lo apresaron, le sacaron los ojos y lo llevaron a Gaza. Lo sujetaron con dos cadenas de bronce y le pusieron a moler el grano en la cárcel.


Sansón estuvo acostado hasta medianoche; a medianoche se levantó, cogió las dos hojas de las puertas de la ciudad, con los postes y el cerrojo, se las echó al hombro y se las llevó a la cima del monte que está frente por frente de Hebrón.


Tenía gentes escondidas en su habitación, y le gritó: '¡Sansón, los filisteos!'. Él rompió las cuerdas como se rompe un hilo de estopa quemado, y así no se conoció el secreto de su fuerza.


El espíritu del Señor se había retirado de Saúl, y un espíritu maligno, enviado por el Señor, se apoderó de él.


Al día siguiente un espíritu maligno enviado por Dios asaltó a Saúl, que andaba como loco por la casa. David se puso a tocar la cítara, como otros días. Saúl tenía una lanza en su mano


Saúl tenía miedo de David, porque el Señor estaba con él y se había retirado de Saúl.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí