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Juan 8:11 - Biblia Martin Nieto

11 Y ella contestó: 'Ninguno, Señor'. Jesús le dijo: 'Tampoco yo te condeno. Vete, y no peques más'.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 —Ni uno, Señor —dijo ella. —Yo tampoco —le dijo Jesús—. Vete y no peques más. ----------

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Ella contestó: 'Ninguno, señor. Y Jesús le dijo: 'Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Ella respondió: 'Nadie, Señor'. Díjole Jesús: 'Pues tampoco yo te condeno; vete, y desde ahora en adelante no peques más'.]

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Juan 8:11
27 Tagairtí Cros  

Si alguien dice a Dios: 'He sido seducido, no volveré a obrar mal;


El que oculta sus faltas no prosperará, el que las reconoce y las abandona obtendrá misericordia.


Buscad al Señor mientras puede ser hallado; clamad a él mientras está cerca.


Os digo que no; y, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.


Os digo que no. Todos pereceréis igualmente si no os arrepentís'.


Os digo que así se alegrarán los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente'.


En cambio, tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado. Convenía celebrar una fiesta y alegrarse'.


Pues bien, os digo que habrá más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse'.


No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores para que se conviertan'.


Jesús respondió: 'Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis súbditos lucharían para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí'.


Pues Dios no envió a su hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.


Más tarde Jesús lo encontró en el templo y le dijo: 'Mira, has sido curado. No peques más, para que no te suceda algo peor'.


Vosotros juzgáis con criterios mundanos; yo no juzgo a nadie.


¿O es que desprecias la grandeza de su bondad, de su paciencia y de su generosidad, y no te das cuenta de que la bondad de Dios te empuja al arrepentimiento?


A mí no me corresponde juzgar a los de fuera. Pero a vosotros sí os corresponde juzgar a los de dentro.


Te constituirás jueces y escribas en todas las ciudades que el Señor, tu Dios, te da, tribu por tribu, para que juzguen al pueblo con toda justicia.


y te presentarás a los sacerdotes levitas y al juez en funciones, y los consultarás para que ellos dicten la sentencia.


Tened en cuenta que la paciencia de nuestro Señor es nuestra salvación, como ya os lo escribió nuestro queridísimo hermano Pablo, con la sabiduría que Dios le ha dado;


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