Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Juan 4:38 - Biblia Martin Nieto

38 Yo os he enviado a segar lo que no habéis trabajado. Otros han trabajado, y vosotros os habéis beneficiado de su trabajo'.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

38 Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

38 Yo los envié a ustedes a cosechar donde no sembraron; otros ya habían hecho el trabajo, y ahora a ustedes les toca levantar la cosecha.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

38 Yo los he enviado a ustedes a cosechar donde otros han trabajado y sufrido. Otros se han fatigado y ustedes han retomado de su trabajo.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

38 Yo os envié a segar lo que vosotros no habéis labrado; otros han labrado, y vosotros habéis entrado en su labor.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 Yo os envié a cosechar lo que vosotros no habéis trabajado; otros realizaron su trabajo, y de él os habéis aprovechado vosotros'.

Féach an chaibidil Cóip




Juan 4:38
20 Tagairtí Cros  

El Señor, Dios de sus padres, les envió continuos mensajeros, porque quería salvar a su pueblo y a su templo.


Yo os envié incesantemente, sin cansarme, a mis siervos los profetas para que os dijeran: no hagáis esas cosas horribles que yo detesto.


Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino y curando todas las enfermedades y dolencias del pueblo.


Éste vino como testigo, / para dar testimonio de la luz, / a fin de que todos creyeran por él. /


Como tú me enviaste al mundo, así también los envío yo al mundo.


Porque en esto se cumple aquel proverbio: Uno es el que siembra y otro el que siega.


Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por el testimonio de la mujer, que decía: 'Me ha adivinado todo lo que he hecho'.


Y los que acogieron su palabra se bautizaron; y aquel día se agregaron unas tres mil personas.


Todos los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma, y nadie llamaba propia cosa alguna de cuantas poseían, sino que tenían en común todas las cosas.


Pero muchos de los que oyeron el discurso creyeron; y el número de los hombres llegó a unos cinco mil.


Y el número de hombres y mujeres que creían en el Señor aumentaba cada vez más;


La palabra de Dios crecía, el número de los fieles aumentaba considerablemente en Jerusalén, e incluso muchos sacerdotes abrazaban la fe.


No presumo indebidamente de trabajos ajenos; espero que con el progreso de vuestra fe aumentará nuestro trabajo entre nosotros, aunque dentro de los límites que Dios nos ha señalado;


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí