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Joel 1:13 - Biblia Martin Nieto

13 Vestíos de luto; lamentaos, sacerdotes; lanzad gritos, ministros del altar; venid, pasad la noche en sacos, ministros de mi Dios, porque la casa de vuestro Dios se ha quedado sin sacrificio y sin ofrenda.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Ustedes sacerdotes, ¡vístanse de tela áspera y lloren! ¡Giman, ustedes, los que sirven ante el altar! Vengan, pasen la noche vestidos de tela áspera, ustedes, ministros de mi Dios. Pues no hay grano ni vino para ofrecer en el templo de su Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Pónganse su cinturón, sacerdotes, y laméntense. Lloren, ministros del Señor. Vengan a pasar la noche cubiertos de saco, ministros de mi Dios. Ya no se ven ofrendas ni vino en la casa de su Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 ¡Vestíos de luto, sacerdotes! ¡Gemid, ministros del altar! ¡Pernoctad en saco,° ministros de mi Dios!° Porque la ofrenda y la libación Se ha quitado de la Casa de vuestro Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 ¡Ceñíos de saco y gemid, sacerdotes! ¡Lamentaos, ministros del altar! Venid, pasad la noche sobre esteras, ministros de mi Dios, porque faltan en la casa de vuestro Dios la oblación y la libación.

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Joel 1:13
27 Tagairtí Cros  

David rogó a Dios por el niño: ayunó rigurosamente, se retiró y pasó la noche acostado en el suelo.


Cuando Ajab oyó aquellas palabras, rasgó sus vestiduras, se vistió de saco y ayunó. Se acostaba con el cilicio y andaba muy afligido.


Aquel día el Señor Dios omnipotente os invitaba a tonsuraros y a vestiros de saco.


Y vosotros seréis llamados sacerdotes del Señor, ministros de nuestro Dios se os denominará. Comeréis las riquezas de los pueblos y os adornaréis con su magnificencia.


Por eso, vestíos de sacos, lamentaos, gemid, porque no se retira de nosotros la ardiente ira del Señor.


Y yo voy a hacer de Jerusalén un montón de piedras, un cubil de chacales; y de las ciudades de Judá un desierto, donde nadie habite.


Y cuando te pregunten: ¿Por qué gimes?, les dirás: Por una noticia, a cuya llegada se derretirá todo corazón, desmayarán todos los brazos, se consternará todo ánimo y todas las rodillas vacilarán. Ya llega, ya se cumple, dice el Señor Dios'.


Por tu causa se raparán el pelo, se vestirán de saco, por ti derramarán, en la amargura de su alma, lágrimas angustiosas.


Se ceñirán de saco, mas los cubrirá el terror. Todo rostro será cubierto de vergüenza, toda cabeza será rasurada.


¿Qué haréis el día de la solemnidad, el día de la fiesta del Señor?


Y ahora -dice el Señor- volved a mí de todo corazón con ayunos, llantos y lamentos;


¡Quién sabe si cambiará de idea y dejará tras de sí una bendición, ofrendas para el Señor, vuestro Dios!


Que entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: 'Perdona a tu pueblo, Señor, y no entregues tu heredad al oprobio, a la burla de las gentes. ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?'.


Las correspondientes ofrendas de vino serán de cuatro litros por novillo, de dos litros y medio por carnero y de dos litros por cordero. Éste es el holocausto para todos los meses del año.


Uno por la mañana y el otro por la tarde, entre dos luces, y


La ofrenda de vino será de dos litros por cada cordero. La ofrenda del vino la harás en el santuario en honor del Señor.


Todo esto, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino, según lo prescrito. Es una ofrenda de olor agradable quemada en honor del Señor.


Que la gente nos tenga como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.


¿No sabéis que los que ejercen funciones sagradas viven del templo, y los que sirven al altar del altar participan?


¿Son ministros de Cristo? Voy a decir una locura: yo mucho más que ellos. Más en trabajos, más en prisiones; en palizas, inmensamente más; en peligros de muerte, muchas veces.


que me ha capacitado para ser ministro de la nueva alianza; no de la letra, sino del espíritu, pues la letra mata, pero el espíritu da vida.


sino que en todo nos mostramos como ministros de Dios, con gran paciencia en sufrimientos, estrecheces, angustias,


Yo haré que mis dos testigos profeticen vestidos de saco durante mil doscientos sesenta días'.


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