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Jeremías 42:2 - Biblia Martin Nieto

2 se presentaron al profeta Jeremías y le dijeron: 'Acoge por favor nuestros ruegos y pide al Señor, tu Dios, por este pequeño resto que somos nosotros, ya que de tantos como éramos hemos quedado pocos, como estás viendo con tus propios ojos.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

2 y dijeron al profeta Jeremías: Acepta ahora nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros a Jehová tu Dios por todo este resto (pues de muchos hemos quedado unos pocos, como nos ven tus ojos),

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Jeremías el profeta y le dijeron: —Por favor, ora al Señor tu Dios por nosotros. Como puedes ver, somos un pequeño remanente comparado con lo que éramos antes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 para decirle:

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 y dijeron al profeta Jeremías: Acepta ahora nuestro ruego delante de ti, y ora por nosotros a YHVH tu Dios por todo este remanente, porque de muchos que éramos, hemos quedado pocos, así como nos están viendo tus ojos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 y dijeron al profeta Jeremías: '¡Ojalá llegue ante ti nuestra súplica! Ruega a Yahveh, tu Dios, por nosotros, por todo este resto, pues de muchos que éramos quedamos unos pocos, como estás viendo con tus propios ojos,

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Jeremías 42:2
34 Tagairtí Cros  

Entonces el rey dijo al hombre de Dios: '¡Por favor! Suplica al Señor, tu Dios, y ruega por mí para que pueda mover mi mano'. El hombre de Dios invocó al Señor, y el rey pudo mover la mano, quedando como antes.


que mi súplica llegue a tu presencia, líbrame conforme a tu palabra;


Pero el Faraón endureció su corazón también esta vez y no dejó salir al pueblo.


Rezad al Señor; cesen los truenos y el granizo; yo os dejaré partir, y ya no os quedaréis aquí'.


Cuando extendéis las manos, aparto mis ojos de vosotros; aunque multipliquéis vuestras plegarias, no las escucho. Vuestras manos están llenas de sangre.


Si el Señor todopoderoso no nos hubiera dejado un residuo, seríamos como Sodoma, iguales a Gomorra.


El Señor, tu Dios, habrá oído las palabras del general que el rey de Asiria, su señor, mandó a insultar al Dios vivo, y el Señor, tu Dios, lo castigará. Eleva, pues, una oración por el resto que aún subsiste'.


¡Has visto muchas cosas, sin enterarte; tienes abiertos los oídos, mas no oyes!


El Señor ha dicho: ¿No te había yo empujado hacia el bien? ¿No he hecho yo que el enemigo te suplicase en el tiempo de la desgracia y de la angustia?


que dicen al leño: 'Tú eres mi padre', y a la piedra: 'Tú me has engendrado'. Ellos me dan la espalda y no la cara, mas cuando llega la desgracia gritan: '¡Levántate, sálvanos!'.


'Consulta al Señor acerca de nosotros, porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, nos hace la guerra. Tal vez el Señor renueve en favor nuestro todas sus maravillas y nuestro enemigo se aleje de nosotros'.


Tal vez eleven súplicas al Señor y se conviertan de su mala conducta; pues grande es la cólera y el furor con que el Señor ha amenazado a este pueblo'.


Ahora, pues, por favor, escucha, oh rey, mi señor: Dígnate acoger mi súplica y no me vuelvas a mandar a la casa del secretario Jonatán, para que no muera yo allí'.


El rey Sedecías mandó a Yucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, a decir al profeta Jeremías: 'Ruega por nosotros al Señor, nuestro Dios'.


El rey Sedecías mandó a buscar al profeta Jeremías a la tercera puerta del templo del Señor; el rey dijo a Jeremías: 'Tengo que preguntarte una cosa, no me ocultes nada'.


Y Juan, hijo de Carej, dijo en secreto a Godolías, en Mispá: 'Yo iré y mataré a Ismael, hijo de Netanías, sin que nadie lo sepa. ¿Por qué te ha de matar? Significaría la dispersión de todos los judíos que están congregados en torno a ti, la ruina del resto de Judá'.


Habéis puesto en peligro vuestra propia vida al enviarme al Señor, vuestro Dios, diciendo: Ruega por nosotros al Señor, nuestro Dios, y todo cuanto te diga comunícanoslo para que lo ejecutemos,


¡Ay, cómo está postrada en soledad la ciudad tan populosa! Como una viuda se ha quedado la grande entre las naciones. La señora entre las provincias ha sido esclavizada.


Sin embargo, todavía preservaré a algunos de ellos de la espada, del hambre y de la peste, para que cuenten entre las gentes donde sean dispersados todas las nefastas acciones que cometieron. Y sabrán que yo soy el Señor'.


Aunque reparta regalos entre las naciones, ahora yo los voy a dispersar, y pronto dejarán de surgir reyes y príncipes.


enviaré contra vosotros fieras salvajes, que devorarán a vuestros hijos, destrozarán vuestros ganados y os diezmarán hasta el punto de quedar desiertos vuestros caminos.


Terminaban ellas de comer la hierba de la tierra, cuando yo dije: '¡Señor Dios, perdona, te ruego! ¿Cómo podrá subsistir Jacob, siendo tan pequeño?'.


Si aquellos días no se acortasen, nadie se salvaría; pero, en atención a los elegidos, aquellos días serán acortados'.


Simón respondió: 'Pedid vosotros por mí al Señor para que no me suceda nada de lo que acabáis de decir'.


Quedaréis muy pocos, vosotros que erais numerosos como las estrellas del cielo, por no haber obedecido al Señor, tu Dios.


Así como el Señor se gozaba en haceros felices y en multiplicaros, así se gozará ahora en perderos y destruiros. Seréis exterminados de la tierra que vais a ocupar.


El Señor os dispersará entre los pueblos, y sólo quedará de vosotros un pequeño número en medio de las naciones entre las que el Señor os arrojará.


Confesaos los pecados unos a otros y rezad unos por otros, para que os curéis. La oración fervorosa del justo tiene un gran poder.


Entonces todo el pueblo dijo a Samuel: 'Ruega al Señor, tu Dios, por tus siervos para que no muramos, porque hemos añadido a todos nuestros pecados la gran maldad de pedir para nosotros un rey'.


Por mi parte, lejos de mí pecar contra el Señor dejando de rogar por vosotros y de enseñaros el camino bueno y recto.


y dijeron a Samuel: 'No dejes de rogar por nosotros al Señor, nuestro Dios, para que él nos salve de los filisteos'.


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