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Jeremías 4:8 - Biblia Martin Nieto

8 Por eso, vestíos de sacos, lamentaos, gemid, porque no se retira de nosotros la ardiente ira del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Por esto vestíos de cilicio, endechad y aullad; porque la ira de Jehová no se ha apartado de nosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Así que póngase ropa de luto y lloren con el corazón destrozado, porque la ira feroz del Señor todavía está sobre nosotros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Por eso, vístanse con sacos, lloren y aúllen, porque Yavé no aparta de nosotros su ardiente cólera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Por eso, ceñíos de saco,° lamentaos y gemid; Porque el ardor de la ira de YHVH No se ha apartado de nosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Por eso, ceñíos de saco, lamentaos y gemid, pues no se ha apartado de nosotros la ira furibunda de Yahveh.

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Jeremías 4:8
22 Tagairtí Cros  

desató sobre ellos el fuego de su cólera, furor, indignación y angustia, tropel de mensajeros de desgracias;


No queda más que doblegarse entre los prisioneros o sucumbir con los muertos. Y con todo no ha amainado su cólera, su brazo aún está extendido.


¡Gritad, que el día del Señor se acerca; viene como una devastación del omnipotente!


Aquel día el Señor Dios omnipotente os invitaba a tonsuraros y a vestiros de saco.


Temblad, despreocupadas; estremeceos, confiadas; despojaos, desnudaos, ceñíos la cintura,


Por eso la ira del Señor se ha encendido contra su pueblo, extendió su mano contra él y lo hirió; temblaron los montes; sus cadáveres fueron como carroña en medio de las calles. Con todo, su cólera no ha amainado; su mano aún está extendida.


Pero el pueblo no ha vuelto hacia aquel que le hiere; no ha buscado al Señor omnipotente.


Que la maldad arde como fuego; devora los cardos, los abrojos y prende los bardales del bosque, levantando remolinos de humo.


¡Gritad, pastores; gritad, revolcaos en la tierra, mayorales del rebaño, porque ha llegado el día de vuestra matanza; caeréis como carneros escogidos!


No se calmará la ira del Señor hasta que haya ejecutado y realizado los planes de su mente. Más tarde lo comprenderéis.


Moab está avergonzada por su desastre. ¡Ululad, gritad! ¡Anunciad en el Arnón que Moab ha sido devastada!


Hija de mi pueblo, vístete de saco, échate en la ceniza, ponte de luto como por un hijo único, con amargos lamentos. Porque cae de improviso el devastador sobre nosotros.


Vosotros todos, los que pasáis por el camino mirad y ved si hay dolor como el dolor que me atormenta, con el que el Señor me ha herido el día del fuego de su cólera.


Y cuando te pregunten: ¿Por qué gimes?, les dirás: Por una noticia, a cuya llegada se derretirá todo corazón, desmayarán todos los brazos, se consternará todo ánimo y todas las rodillas vacilarán. Ya llega, ya se cumple, dice el Señor Dios'.


'Hijo de hombre, profetiza y di: Esto dice el Señor Dios: ¡Gritad: Ay de aquel día!


Vestíos de luto; lamentaos, sacerdotes; lanzad gritos, ministros del altar; venid, pasad la noche en sacos, ministros de mi Dios, porque la casa de vuestro Dios se ha quedado sin sacrificio y sin ofrenda.


Cambiaré en duelo vuestras fiestas y en lamentos todos vuestros cánticos; cubriré de saco todos vuestros lomos y toda cabeza de calvicie; haré de este duelo un duelo de hijo único, y su final será como día de amargura.


Arráncate el cabello, rasúrate por tus hijos queridos, ensancha tu calva como la del buitre, porque han sido desterrados lejos de ti.


El Señor dijo a Moisés: 'Reúne a los jefes del pueblo y cuélgalos ante el Señor, a la luz del sol, para que se aparte de Israel la cólera encendida del Señor'.


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