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Jeremías 4:4 - Biblia Martin Nieto

4 Circuncidaos para el Señor, quitad el prepucio de vuestro corazón, oh gentes de Judá, habitantes de Jerusalén, no sea que estalle mi furor como fuego y arda sin que haya quien lo apague por la maldad de vuestras obras'.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Oh habitantes de Judá y de Jerusalén, renuncien a su orgullo y a su poder. Cambien la actitud del corazón ante el Señor, o mi enojo arderá como fuego insaciable debido a todos sus pecados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 ¡Oh habitantes de Judá y de Jerusalén, circuncídense por Yavé y purifiquen sus corazones, no sea que mi ira se propague como el fuego y arda, sin que nadie pueda apagarla, a causa de sus malas acciones!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Circuncidaos ante YHVH, oh varones de Judá y habitantes de Jerusalem, Y quitad el prepucio de vuestro corazón, No sea que mi ira salga como fuego, Y se encienda, y no haya quien la apague, A causa de la maldad de vuestras acciones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Circuncidaos para Yahveh, quitad el prepucio de vuestros corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén, no sea que se desfogue como fuego mi furor y queme, sin que haya quien lo apague, por la maldad de vuestras obras'.

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Jeremías 4:4
36 Tagairtí Cros  

por haberme abandonado y haber quemado incienso a dioses extranjeros provocando mi indignación con todas las obras de sus manos. Mi cólera se encenderá contra este lugar y no se apagará.


La luz de Israel se hará un fuego y su Santo una llama que prenderá y devorará sus abrojos y sus cardos en un día.


Pues desde hace tiempo está dispuesta en Tofet, preparada también para Moloc, una fosa honda y ancha, llena de paja y leña; el soplo del Señor, como un río de azufre, la prenderá.


Despierta, despierta, levántate, Jerusalén; tú que has bebido de la mano del Señor la copa de su cólera; el cáliz del vértigo lo has bebido hasta las heces.


Y te haré esclavo de tus enemigos en un país que no conoces, porque el fuego de mi cólera se enciende y va a arder sobre vosotros.


Casa de David, esto dice el Señor: 'Haced justicia cada mañana, librad al oprimido de las manos de sus explotadores, no sea que salte como un fuego mi ira, se encienda y no haya quien la apague a causa de tus acciones perversas.


Y yo mismo combatiré contra vosotros con mano fuerte y brazo extendido, con cólera, furor y gran indignación.


Mirad, la borrasca del Señor estalla, un huracán se desencadena, se precipita sobre la cabeza de los malhechores.


Tal vez eleven súplicas al Señor y se conviertan de su mala conducta; pues grande es la cólera y el furor con que el Señor ha amenazado a este pueblo'.


El Señor no podía soportar más la maldad de vuestras acciones y las monstruosidades que habéis cometido; por eso vuestro país ha quedado convertido en un desierto, objeto de horror y execración, sin ningún habitante, como sucede actualmente.


Egipto, Judá, Edón, Amón, Moab, todos los árabes que se rasuran las sienes y habitan en el desierto; porque todos estos pueblos son incircuncisos, pero toda la casa de Israel es incircuncisa de corazón.


El Señor ha desahogado su furor, el ardor de su ira ha descargado; un fuego ha encendido en Sión, que la ha devorado hasta sus cimientos.


Te impondré el castigo reservado a las adúlteras y a las homicidas y te abandonaré a la saña y a los celos.


Libraos de todos los pecados que habéis cometido contra mí, formaos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué queréis morir, casa de Israel?


Os juro, dice el Señor Dios, que seré yo quien reine sobre vosotros con mano fuerte y brazo extendido, desencadenando mi furor.


Grita, aúlla, hijo de hombre, porque está destinada a mi pueblo, todos los príncipes de Israel, entregados a la espada junto con mi pueblo. Hiérete las caderas,


He tratado de purificarte de tu mancha vergonzosa, pero no te has dejado purificar de tu inmundicia. No serás, pues, purificada hasta que yo no desencadene sobre ti mi furor.


Para que estalle mi furor, para tomar venganza, he puesto su sangre sobre roca desnuda, de suerte que no pueda taparse.


habéis introducido extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de cuerpo en mi santuario para que profanen mi templo, mientras vosotros me ofrecíais mi pan, grasa y sangre, quebrantando así mi alianza con todas vuestras monstruosidades.


El que está lejos morirá de peste, el que está cerca caerá a espada, el que quede sitiado perecerá de hambre. Desencadenaré contra ellos mi ira.


¡Pues yo también obraré con furor! No tendré piedad con ellos, ni compasión. Lanzarán gritos a mis oídos, pero no los escucharé'.


yo me obstinaré con furor contra vosotros y multiplicaré por siete una vez más mis castigos por vuestros pecados.


por lo que yo también me opuse a ellos y los llevé a tierra enemiga. Entonces humillarán su corazón incircunciso y el castigo quedará satisfecho.


Buscad al Señor y viviréis, no sea que invada como el fuego la casa de José y devore a Betel, sin que haya quien la apague.


antes que el decreto se cumpla y paséis aquel día como paja, antes que caiga sobre vosotros el furor de la ira del Señor, antes que os sobrevenga el día de la ira del Señor.


La circuncisión ciertamente es útil, si cumples la ley; pero si no la cumples, da igual que estés circuncidado o no lo estés.


Circuncidad vuestro corazón y no sigáis más con vuestra cabeza dura,


El Señor, tu Dios, circuncidará tu corazón y el de tus descendientes para que le ames con todo tu corazón y toda tu alma, y así vivas.


Se ha encendido el fuego de mi ira / y quemará hasta lo profundo del abismo; / devorará la tierra y sus productos / y abrasará los cimientos de los montes.


En él también fuisteis circuncidados con una circuncisión hecha no por la mano del hombre, sino con la circuncisión de Cristo, que consiste en despojaros de vuestros apetitos carnales.


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