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Jeremías 34:19 - Biblia Martin Nieto

19 A los príncipes de Judá y Jerusalén, a los eunucos, a los sacerdotes y a todo el pueblo del país que pasó por entre los dos trozos del novillo,

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Biblia Reina Valera 1960

19 a los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalén, a los oficiales y a los sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra, que pasaron entre las partes del becerro,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Así es, yo los partiré, sean autoridades de Judá o de Jerusalén, funcionarios de la corte, sacerdotes o gente común, porque rompieron su juramento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Hablo de los jefes de Judá y de Jerusalén, de los oficiales y de los sacerdotes, y de todos los propietarios que pasaron entre las mitades del ternero.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 a los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalem, y a los eunucos y a los sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra, los cuales pasaron entre las partes del becerro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 A los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalén, a los eunucos y a los sacerdotes, y a toda la población del país, que han pasado entre los trozos del novillo,

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Jeremías 34:19
14 Tagairtí Cros  

Cuando se puso el sol, apareció entre densísimas tinieblas una hornilla humeante y una llama de fuego, que pasó por entre los animales partidos.


Abrán le preguntó: 'Señor Dios, ¿cómo sabré yo que la poseeré?'.


Entonces Jeconías, rey de Judá, salió al encuentro del rey de Babilonia, él y su madre, sus cortesanos, sus magnates y sus eunucos. Y el rey de Babilonia los capturó al año octavo de su reinado.


Llevó cautivos a Babilonia a Jeconías y a la madre del rey, a sus mujeres, a sus eunucos y a los nobles del país.


después de partir de Jerusalén el rey Jeconías y la reina madre, los eunucos, los príncipes de Judá y de Jerusalén, los herreros y los cerrajeros.


Todas las autoridades y el pueblo entero, que habían aceptado el compromiso de manumitir a sus respectivos esclavos y esclavas y no tenerlos más sometidos a esclavitud, obedecieron y los emanciparon.


Ebedmélec, eunuco etíope del palacio real, oyó decir que habían echado a Jeremías en la cisterna. Y en una ocasión en que el rey se encontraba en la puerta de Benjamín,


En Ribla, el rey de Babilonia hizo degollar a los hijos de Sedecías ante sus propios ojos y dio muerte a todos los nobles de Judá.


Y él ha cumplido las amenazas que pronunció contra nosotros y contra los príncipes que nos gobernaban: que haría caer sobre nosotros un desastre tan grande como no ha habido jamás otro bajo el cielo, como le ha sucedido a Jerusalén.


No hemos escuchado a los profetas, tus siervos, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo del país.


Señor, a nosotros la vergüenza, a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres, porque hemos pecado contra ti.


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