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Jeremías 33:22 - Biblia Martin Nieto

22 Como las innumerables estrellas de los cielos y las incontables arenas del mar, así multiplicaré yo la descendencia de mi siervo David y la de los levitas, mis ministros'.

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Biblia Reina Valera 1960

22 Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas que me sirven.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Y así como no se pueden contar las estrellas de los cielos ni se puede medir la arena a la orilla del mar, así multiplicaré los descendientes de mi siervo David y de los levitas que ministran ante mí».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Multiplicaré la descendencia de David, mi servidor, y de los levitas, para que continúen en mi servicio, como el ejército de los cielos que no se puede contar, o como la arena del mar que no se puede calcular.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Como no puede ser contado el ejército de los cielos, ni se puede medir la arena del mar, así multiplicaré la descendencia de mi siervo David y los levitas que me sirven.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Del mismo modo que no puede contarse el ejército del cielo ni calcularse la arena del mar, así multiplicaré la descendencia de mi siervo David y la de los levitas que me sirven'.

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Jeremías 33:22
23 Tagairtí Cros  

Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra; si hay quien pueda contar el polvo de la tierra, ése podrá contar tu descendencia.


Después le llevó fuera y le dijo: 'Levanta tus ojos al cielo y cuenta, si puedes, las estrellas'; y añadió: 'Así será tu descendencia'.


te colmaré de bendiciones y multiplicaré tanto tu descendencia, que será como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la otra orilla del mar, y tu descendencia ocupará la puerta de sus enemigos.


Tu descendencia será como el polvo de la tierra; te extenderás a oriente y a occidente, al norte y al sur. Por ti y por tu descendencia serán bendecidas todas las naciones de la tierra.


Los nobles de la tierra le rendirán honores, ante él se inclinarán los moribundos y dejarán de ser.


Yo le seré leal eternamente, firme será con él mi pacto;


Como la arena sería tu descendencia, como sus granos el fruto de tus entrañas. Tu nombre no hubiera sido jamás borrado y extirpado de mi presencia.


Y de entre ellos tomaré también para mí sacerdotes y levitas - dice el Señor-.


Y allí resonarán los cantos de alabanza y los gritos de alegría. Los multiplicaré y ya no menguarán, los ensalzaré en lugar de humillarlos.


Esto dice el Señor: Si pudieran medirse los cielos allá arriba y sondearse por abajo los cimientos de la tierra, también yo rechazaría a la casa de Israel por todo lo que ha hecho -dice el Señor-.


así como tampoco les faltarán a los sacerdotes levitas descendientes que vengan ante mí a ofrecerme holocaustos, a quemar ofrendas y a celebrar sacrificios diariamente.


Profeticé como el Señor me había ordenado, y el espíritu entró en aquellos huesos, que se reanimaron y se pusieron en pie. Era una cantidad inmensa.


En cambio, los sacerdotes levitas, descendientes de Sadoc, que se mantuvieron fieles al servicio de mi santuario cuando los israelitas se extraviaron lejos de mí, serán quienes se acerquen a mí para servirme y quienes lleguen a mi presencia a ofrecerme la grasa y la sangre, dice el Señor Dios.


Daré un silbido y los reuniré porque yo los he rescatado y los haré tan numerosos como antes.


En aquel día el Señor manifestará su protección a los habitantes de Jerusalén, y ocurrirá que los que se tambalean de entre ellos serán como David, y la casa de David será como Dios, como un ángel del Señor a su vista.


Y pregunté: ¿Qué vienen a hacer éstos aquí? Y me contestó: Aquellos cuernos son los que subyugaron a Judá, de tal manera que nadie levantó su cabeza; estos herreros vinieron a hacerles temblar de espanto, a derribar los cuernos de las gentes que levantaron su poder contra la tierra de Judá para dispersarla'.


Precisamente por esto, de un solo hombre, ya casi muerto, nació una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo y como los incontables granos de arena que hay en las playas del mar.


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