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Jeremías 31:8 - Biblia Martin Nieto

8 Yo los traigo de la tierra del norte y los congrego de los extremos de la tierra; están todos: el cojo y el ciego, la embarazada y la parturienta, una gran multitud que vuelve aquí.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

8 He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, y los reuniré de los fines de la tierra, y entre ellos ciegos y cojos, la mujer que está encinta y la que dio a luz juntamente; en gran compañía volverán acá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Pues los traeré del norte y de los extremos más lejanos de la tierra. No me olvidaré del ciego ni del cojo, ni de las mujeres embarazadas ni de las que están en trabajo de parto. ¡Volverá un enorme grupo!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Miren cómo los traigo del país del norte, y cómo los junto de los extremos del mundo. Están todos, ciegos y cojos, mujeres encinta y con hijos, y forman una multitud que vuelve para acá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Mirad: Yo los hago volver de la tierra del norte, Y los reuniré de los confines de la tierra, Y con ellos a los ciegos y cojos, A la mujer encinta junto con la que dio a luz: En una gran asamblea volverán acá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Mirad que voy a traerlos del país del norte, voy a recogerlos de los confines de la tierra; entre ellos están los ciegos y los cojos, la que está encinta y también la que ha dado a luz. Una gran asamblea vuelve aquí.

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Jeremías 31:8
29 Tagairtí Cros  

los que ha reunido de todos los países del norte y del sur, del este y del oeste.


Dichoso el que tú eliges y llamas junto a ti para que habite en tus atrios; nosotros nos saciaremos de los bienes de tu casa, de las cosas de tu santo templo.


se acordó de su amor y su lealtad para con la casa de Israel; todos los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.


Como un pastor apacienta su rebaño, en su brazo recoge a los corderos, en su seno los lleva y conduce al reposo a las paridas.


Guiaré a los ciegos por caminos que no conocen, por senderos ignorados los haré caminar; ante ellos cambiaré las tinieblas en luz, y en llano el terreno pedregoso. Todo esto es lo que voy a hacer y lo haré sin falta.


Diré al norte: ¡Restituye!, y al sur: ¡No los retengas! Devuelve a mis hijos de allá lejos y a mis hijas de los confines de la tierra,


Volveos a mí y os salvaréis, confines todos de la tierra, porque yo soy Dios y nadie más.


El Señor desnuda su brazo santo ante los ojos de todos los pueblos, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.


sino '¡Vive el Señor, que trajo a los israelitas de las regiones del norte y de todos los países en que los había dispersado!'. Yo los restableceré en la tierra que había dado a sus padres.


Yo mismo recogeré los restos de mi rebaño de todos los países donde los dispersé y los haré volver a sus pastos, donde crecerán y se multiplicarán.


sino: '¡Vive Dios, que sacó y trajo a la estirpe de la casa de Israel del país del norte y de todos los lugares donde los había dispersado para que habiten de nuevo en su propia tierra!'.


Yo me dejaré encontrar por vosotros -dice el Señor-; cambiaré vuestra suerte y os reuniré de todos los países y de todos los lugares por los que os he dispersado -dice el Señor-. Os volveré a traer a este lugar de donde os desterré.


Vete, pues, a pronunciar estas palabras hacia el lado del norte. Dirás: Vuelve, rebelde Israel, dice el Señor. No apartaré mi rostro de vosotros, porque soy misericordioso, dice el Señor; no estaré airado eternamente.


En aquellos días irán de la mano la casa de Judá y la casa de Israel, y juntas vendrán del país del norte a la tierra que yo di en herencia a vuestros padres.


Después os sacaré de entre los pueblos y os reuniré en los países en los cuales, con mano fuerte y brazo extendido, desencadenando mi furor, os había dispersado.


Os aceptaré gustosamente, como perfume agradable, cuando os haya sacado de entre los pueblos y os haya reunido de los países en los cuales os había dispersado. Y manifestaré mi santidad en vosotros ante los ojos de las gentes.


Como un pastor pasa revista a su ganado cuando se encuentra entre su rebaño disperso, así pasaré yo revista a mis ovejas y las recobraré de todos los lugares donde se habían dispersado en día de nubes y tinieblas.


Las sacaré de en medio de los pueblos y las recogeré de entre los países. Las llevaré a su tierra, las pastorearé por los montes de Israel, por los valles y en todos los lugares habitados del país.


Buscaré la oveja perdida y haré volver a la descarriada; vendaré a la herida, fortaleceré a la flaca, cuidaré de la gorda y robusta; las apacentaré como es justo.


Aquel día -dice el Señor- yo reuniré a las ovejas cojas, recogeré a las extraviadas y a las que yo había maltratado.


En aquel tiempo exterminaré a todos tus opresores; salvaré a las cojas, recogeré a las extraviadas, y haré de ellas un objeto de gloria y renombre en todos los países donde fueron despreciadas.


Yo le dije: '¿Dónde vas? Y me contestó: A medir a Jerusalén para ver cuál es su anchura y su longitud.


No romperá la caña cascada y no apagará la mecha humeante hasta que haga triunfar la justicia.


Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: 'Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?'. Pedro le contestó: 'Sí, Señor, tú sabes que te amo'. Jesús le dijo: '¡Apacienta mis corderos!'.


Si tú, que tienes conocimiento claro de todo esto, te sientas a comer carne ofrecida en sacrificio a los ídolos, ¿no podrás inducir a que otro, con la conciencia insegura, se decida también a comer esa carne?


Aunque tus desterrados estuvieran en el confín del cielo, de allí iría a buscarte


Hermanos, os pedimos también que corrijáis a los indisciplinados, que animéis a los cobardes, que sostengáis a los débiles y que seáis pacientes con todos.


Por lo cual, enderezad vuestras manos abatidas y vuestras rodillas debilitadas,


Pues no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, ya que fue probado en todo a semejanza nuestra, a excepción del pecado.


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