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Jeremías 30:3 - Biblia Martin Nieto

3 Porque vienen días -dice el Señor- en que haré volver a los desterrados de mi pueblo, Israel y Judá -dice el Señor-; los haré volver a la tierra que di a sus padres, y la poseerán'.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pues se acerca la hora cuando restableceré el bienestar de mi pueblo, Israel y Judá. Los traeré a casa, a esta tierra que di a sus antepasados, y volverán a poseerla. ¡Yo, el Señor, he hablado!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 pues se acerca el tiempo, dice Yavé, en que cambiaré la suerte de mi pueblo, Israel y Judá, haciéndoles retornar a la tierra que di a sus padres en propiedad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Porque he aquí que vienen días, dice YHVH, En que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, dice YHVH, Y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Porque mira que vienen días -oráculo de Yahveh- en que cambiaré la suerte de mi pueblo, Israel y Judá, dice Yahveh, y lo volveré al país que di a sus padres para que lo poseyeran'.

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Jeremías 30:3
45 Tagairtí Cros  

El mes séptimo, instalados ya los israelitas en sus ciudades, el pueblo se reunió como un solo hombre en Jerusalén.


Muchos de los sacerdotes, levitas y cabezas de familia, ya ancianos, que habían visto el primer templo y ahora veían con sus propios ojos que se echaban los cimientos de este otro templo, lloraban estrepitosamente, mientras que otros muchos daban gritos de alegría y júbilo.


El mes segundo del año segundo de su llegada al templo de Dios en Jerusalén, Zorobabel, hijo de Sealtiel; Josué, hijo de Yosadac, con el resto de sus hermanos, sacerdotes y levitas, y todos los que habían vuelto del destierro a Jerusalén, pusieron manos a la obra y encargaron a los levitas de veinte años para arriba la dirección de los trabajos del templo del Señor.


Señor, haz volver a nuestros prisioneros como torrentes en el Negueb.


Pues tendrán que temblar de espanto, porque Dios dispersa las fuerzas del agresor, y serán derrotados porque Dios los rechaza.


sino '¡Vive el Señor, que trajo a los israelitas de las regiones del norte y de todos los países en que los había dispersado!'. Yo los restableceré en la tierra que había dado a sus padres.


Vienen días -dice el Señor- en que yo suscitaré a David un vástago legítimo, que reinará como verdadero rey, con sabiduría, y ejercerá el derecho y la justicia en la tierra.


Pero a la nación que doble el cuello bajo el yugo del rey de Babilonia y se someta a él, yo la dejaré en paz en su tierra -dice el Señor-, la cultivará y vivirá en ella'.


Serán transportados a Babilonia, y allí estarán hasta el día en que yo me ocupe de ellos -dice el Señor-, en que yo los haré devolver a este lugar'.


Esto dice el Señor: Cuando terminen los setenta años concedidos a Babilonia, yo me ocuparé de vosotros y cumpliré en vosotros mi promesa de restituiros a este lugar.


Yo me dejaré encontrar por vosotros -dice el Señor-; cambiaré vuestra suerte y os reuniré de todos los países y de todos los lugares por los que os he dispersado -dice el Señor-. Os volveré a traer a este lugar de donde os desterré.


En aquellos días irán de la mano la casa de Judá y la casa de Israel, y juntas vendrán del país del norte a la tierra que yo di en herencia a vuestros padres.


Y tú, siervo mío Jacob, no temas -dice el Señor-; no te espantes, Israel; yo te sacaré de tierras lejanas, y a tu descendencia, del país de su destierro. Jacob volverá a vivir tranquilo y en paz, sin que nadie lo inquiete.


Esto dice el Señor: Yo restableceré las tiendas de Jacob, tendré compasión de sus moradas. Será reedificada la ciudad sobre sus ruinas, y el palacio se elevará en su antiguo lugar.


He aquí las palabras que ha pronunciado el Señor acerca de Israel y Judá.


Esto dice el Señor: Deja de lamentarte, seca el llanto de tus ojos, porque hay compensación para tu pena: volverán del país enemigo.


Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Todavía ha de emplearse esta expresión en la tierra de Judá y en sus ciudades cuando mejore yo su suerte: '¡Que el Señor te bendiga, sede de justicia, monte santo!'.


Vienen días -dice el Señor- en que yo sembraré en la casa de Israel y en la casa de Judá simiente de hombres y simiente de animales.


Vienen días -dice el Señor- en que yo haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva.


Vienen días -dice el Señor- en que será reedificada la ciudad del Señor desde la torre de Jananel hasta la puerta del Ángulo.


Yo los recogeré de todos los países en que los he arrojado en mi cólera, mi furor y mi gran indignación. Los volveré a este lugar y haré que habiten en él con seguridad.


Se comprarán campos por dinero, se redactarán contratos, se los sellará y se tomarán testigos en el territorio de Benjamín, en los alrededores de Jerusalén y en las ciudades de Judá, en las de la montaña, en las del llano y en las del Negueb; porque haré cambiar su suerte -dice el Señor-'.


jamás rechazaré a la descendencia de Jacob y de David, mi siervo, ni dejaré de tomar de sus descendientes príncipes que gobiernen la posteridad de Abrahán, de Isaac y de Jacob. Pues voy a cambiar su suerte y a tener piedad de ellos.


Jeremías había escrito en un libro todo el mal que había de sobrevenir a Babilonia, todas estas palabras escritas acerca de Babilonia.


Y sabréis que yo soy el Señor, cuando os haya reintegrado a la tierra de Israel, al país que juré, mano en alto, dar a vuestros padres.


Las sacaré de en medio de los pueblos y las recogeré de entre los países. Las llevaré a su tierra, las pastorearé por los montes de Israel, por los valles y en todos los lugares habitados del país.


Os tomaré de entre las gentes donde estáis, os recogeré de todos los países y os conduciré a vuestra tierra.


Recibiréis cada uno por igual la parte que os toca del territorio que yo, mano en alto, juré dar a vuestros padres; esta tierra será vuestra heredad.


Después de esto yo derramaré mi espíritu sobre todos los hombres. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos tendrán sueños, y vuestros jóvenes, visiones.


Y el litoral será para el resto de la casa de Judá: allí apacentarán el ganado, y por la tarde reposarán en la casa de Ascalón, porque el Señor, su Dios, les visitará y los hará volver de su destierro.


En aquel tiempo os traeré, en aquel tiempo os congregaré. Os daré gloria y renombre entre todos los pueblos de la tierra, cuando lleve a cabo vuestra restauración a vuestros propios ojos - dice el Señor-.


Y dijo a sus discípulos: 'Tiempo vendrá en que desearéis ver uno de los días del hijo del hombre y no lo veréis.


Porque llegará un día en que tus enemigos te rodearán con trincheras, te cercarán y te estrecharán por todas partes


'Llegará un día en que de eso que veis no quedará piedra sobre piedra. Todo será destruido'.


él cambiará tu suerte, tendrá misericordia de ti y te reunirá de nuevo de todos los pueblos, en medio de los cuales te había arrojado.


para llevarte de nuevo a la tierra que poseyeron tus padres, darte posesión de ella, hacerte feliz y más numeroso todavía que ellos.


Sin embargo, les dice en tono de recriminación: Vienen días dice el Señor, en que yo haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva,


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