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Jeremías 30:10 - Biblia Martin Nieto

10 Y tú, siervo mío Jacob, no temas -dice el Señor-; no te espantes, Israel; yo te sacaré de tierras lejanas, y a tu descendencia, del país de su destierro. Jacob volverá a vivir tranquilo y en paz, sin que nadie lo inquiete.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, ni te atemorices, Israel; porque he aquí que yo soy el que te salvo de lejos a ti y a tu descendencia de la tierra de cautividad; y Jacob volverá, descansará y vivirá tranquilo, y no habrá quien le espante.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 »Así que no temas, Jacob, mi siervo; no te dejes abatir, Israel —dice el Señor—. Pues desde tierras lejanas los traeré de regreso a casa, y sus hijos regresarán del destierro. Israel regresará a una vida de paz y tranquilidad, y nadie lo atemorizará.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 No temas, pues, servidor mío, Jacob, dice Yavé, ni te asustes, Israel, porque yo acudo, desde lejos, para sacarte a ti y a tus hijos del país en que están cautivos. Jacob volverá y encontrará la paz y vivirá tranquilo, sin que nadie lo moleste.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Tú pues, siervo mío Jacob, No temas, dice YHVH, Ni te atemorices, Israel; Porque he aquí Yo te salvo del país remoto, Y a tu descendencia de la tierra de cautividad; Jacob volverá, descansará y vivirá tranquilo, Y no habrá quien lo espante.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 No temas, siervo mío, Jacob -oráculo de Yahveh-, no tengas miedo, Israel, pues voy a salvarte del país lejano, y a tu estirpe del país de su cautiverio. Volverá Jacob y reposará, descansará sin que nadie le moleste.

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Jeremías 30:10
40 Tagairtí Cros  

Después de todo esto, la palabra del Señor fue dirigida a Abrán en una visión. Dijo: 'No temas, Abrán, yo soy tu escudo. Tu recompensa será muy grande'.


Entonces, cuando el Señor te conceda respiro de tus padecimientos, de tus inquietudes y de la dura esclavitud a la que estabas sometido,


Ya no habrá allí león, ni bestia feroz pondrá los pies; sólo los redimidos caminarán por él.


No temas, porque yo estoy contigo. Desde oriente haré venir a tu raza, y desde occidente te recogeré.


Pero ahora escucha, Jacob, siervo mío, Israel a quien yo elegí.


Esto dice el Señor, el que te ha hecho, el que te formó desde el seno materno y te socorre: No temas, siervo mío Jacob, Israel a quien yo he elegido,


Del oriente llamo al águila; de un lejano país, al hombre que he designado. Como lo digo lo hago, como lo planeo lo ejecuto.


Próxima está mi justicia, no está lejos, mi salvación no tardará. Daré mi salvación a Sión y mi gloria a Israel.


Unos vienen de lejos, otros del norte y del oeste, otros del país de Asuán.


Esto dice el Señor: Se le podrá arrancar a un valiente sus cautivos, a un guerrero se le podrá escapar la presa; mas con tus adversarios pelearé yo y salvaré a tus hijos.


No temas, pues no tendrás ya que avergonzarte; no te sonrojes, pues no serás ya confundida; olvidarás la afrenta de tu juventud y no te acordarás del oprobio de tu viudez.


Yo mismo recogeré los restos de mi rebaño de todos los países donde los dispersé y los haré volver a sus pastos, donde crecerán y se multiplicarán.


Suscitaré para ellos pastores que los apacentarán; no sufrirán más temor y angustia, ni se volverá a perder ninguno -dice el Señor-.


En sus días se salvará Judá, e Israel vivirá en seguridad. Y éste será el nombre con que le llamarán: 'El Señor nuestra justicia'.


sino: '¡Vive Dios, que sacó y trajo a la estirpe de la casa de Israel del país del norte y de todos los lugares donde los había dispersado para que habiten de nuevo en su propia tierra!'.


Porque yo sé bien los proyectos que tengo sobre vosotros -dice el Señor-, proyectos de prosperidad y no de desgracia, de daros un porvenir lleno de esperanza.


Yo me dejaré encontrar por vosotros -dice el Señor-; cambiaré vuestra suerte y os reuniré de todos los países y de todos los lugares por los que os he dispersado -dice el Señor-. Os volveré a traer a este lugar de donde os desterré.


En aquellos días irán de la mano la casa de Judá y la casa de Israel, y juntas vendrán del país del norte a la tierra que yo di en herencia a vuestros padres.


Porque vienen días -dice el Señor- en que haré volver a los desterrados de mi pueblo, Israel y Judá -dice el Señor-; los haré volver a la tierra que di a sus padres, y la poseerán'.


¡Ay! Porque es grande este día y ningún otro lo iguala. Tiempo de angustia para Jacob, pero del que será liberado.


En aquellos días Judá será salvada y Jerusalén vivirá en seguridad, y éste será el nombre con que se la llamará: 'El Señor es nuestra justicia'.


Carga, por tanto, con tu deshonra; tú, que con tus pecados, mucho más horribles que los de tus hermanas, las has rehabilitado a ellas, pues a tu lado ellas parecen inocentes. Avergüénzate, pues, tú y carga con tu deshonra, porque has hecho que tus hermanas parezcan inocentes.


Dirás: Voy a subir contra un país sin defensa; caeré sobre sus gentes pacíficas, que viven seguras y habitan todas sin defensas de muros, cerrojos y puertas.


En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran príncipe, que hace guardia sobre los hijos de tu pueblo. Será aquél un período de angustia como no lo hubo desde que existen las naciones hasta aquel día. Entonces serán salvados, de entre el pueblo, todos aquellos que se hallen inscritos en el libro.


Sí, aquel día -dice el Señor- ella me llamará: 'Marido mío', y no me llamará más: 'Baal mío'.


Aquel día haré en su favor un pacto con las bestias salvajes, con las aves del cielo y con los reptiles de la tierra; romperé en el país arco, espada y lanza y haré que duerman tranquilos.


También para ti, Judá, hay preparada una cosecha cuando cambie la suerte de mi pueblo.


No temas tierra, alégrate y regocíjate, pues el Señor ha hecho grandes cosas.


Y ahora, ¿por qué das esos gritos? ¿Es que no tienes rey? ¿Ha muerto tu consejero, para que el dolor te agobie como a mujer en parto?


En aquel día, palabra del Señor todopoderoso, os invitaréis mutuamente los unos a los otros a la sombra de la parra y de la higuera'.


No temas, ciudad de Sión; mira, tu rey viene montado en un asno.


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