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Jeremías 26:9 - Biblia Martin Nieto

9 ¿Por qué has profetizado en nombre del Señor diciendo que este templo será como Silo, y que esta ciudad quedará desolada y despoblada?'. Y todo el pueblo se apelotonó contra Jeremías en el templo del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

9 ¿Por qué has profetizado en nombre de Jehová, diciendo: Esta casa será como Silo, y esta ciudad será asolada hasta no quedar morador? Y todo el pueblo se juntó contra Jeremías en la casa de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 ¿Qué derecho tienes de profetizar en el nombre del Señor que este templo será destruido como lo fue Silo? ¿Qué quieres decir cuando afirmas que Jerusalén será destruida y dejada sin habitantes?». Así que todo el pueblo lo amenazaba mientras él estaba frente al templo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 por lo que has dicho en nombre de Yavé, que a este templo le pasará lo que a Silo y esta ciudad será arrasada y quedará sin habitantes. Y se juntó todo el pueblo en torno a Jeremías en la Casa de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 ¿Por qué has profetizado en nombre de YHVH, diciendo: Esta Casa será como Silo, y esta ciudad quedará desolada, sin ningún habitante? Y todo el pueblo se juntó contra Jeremías en la Casa de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 ¿Por qué profetizas en nombre de Yahveh, diciendo: 'Este templo quedará como Siló, y esta ciudad será arrasada sin que quede un habitante?''. Y todo el pueblo se amotinó contra Jeremías en el templo de Yahveh.

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Jeremías 26:9
28 Tagairtí Cros  

Amasías le interrumpió: '¿Has sido nombrado acaso consejero del rey? Termina ya, si no quieres que te mate'. El profeta se calló, pero antes dijo: 'Ya veo que Dios ha decidido tu perdición, porque has hecho esto y no has escuchado mi consejo'.


los que por nada declaran culpable a un hombre, los que en la puerta tienden lazos al joven y sin razón declaran reo al justo.


donde le había mandado encerrar el rey Sedecías con esta acusación: '¿Por qué andas profetizando y proclamando: Esto dice el Señor: Yo entregaré esta ciudad en manos del rey de Babilonia, quien la tomará;


Esto dice el Señor: En este lugar que vosotros decís desierto, porque no hay hombres ni animales; en las ciudades de Judá y por las calles de Jerusalén, que están ahora desoladas, sin habitantes y sin ganados, se volverá a sentir


Y contra Joaquín, rey de Judá, dirás: Esto dice el Señor: Tú has quemado este libro, diciendo: ¿Por qué has escrito en él: Vendrá sin remedio el rey de Babilonia, devastará este país y exterminará de él hombres y animales?


¿Qué sabio hay que comprenda esto? ¿A quién se lo ha dicho la boca del Señor? Que lo publique, ¿por qué el país está perdido, abrasado como el desierto, por donde nadie pasa?


Fue por los pecados de sus profetas, por las iniquidades de sus sacerdotes, que en medio de ella derramaban la sangre de los justos.


Odian al que llama al orden al tribunal, y aborrecen al que testifica la verdad.


'¡No profeticéis, dicen ellos, no profeticéis tales cosas; la desgracia no nos alcanzará!


Entró en el templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo y le preguntaron: '¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado esa autoridad?'.


Pero los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente de que pidieran la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús.


Pero los sumos sacerdotes azuzaron al pueblo para que pidieran que les pusiera en libertad a Barrabás.


Así habló junto al tesoro enseñando en el templo, y ninguno lo prendió porque su hora no había llegado todavía.


Entonces agarraron piedras para tirárselas. Pero Jesús se escondió y salió del templo.


Pero los judíos soliviantaron a las mujeres religiosas y nobles y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los echaron de su territorio.


Toda la ciudad se alborotó y la gente acudió en masa. Prendieron a Pablo, lo arrastraron fuera del templo y cerraron rápidamente las puertas.


Hasta aquí lo estuvieron escuchando, pero entonces se pusieron a gritar: 'Quita del mundo a este hombre, porque no merece vivir'.


Él no se apartaba de Pedro y de Juan; y todo el pueblo, asombrado, fue corriendo a juntarse con ellos en el pórtico de Salomón.


Los apóstoles hacían muchos milagros y prodigios en el pueblo; todos se reunían en el pórtico de Salomón.


'¿No os ordenamos solemnemente que no enseñaseis en nombre de ése? Y, sin embargo, habéis llenado Jerusalén de vuestra doctrina y queréis hacernos responsables de la sangre de este hombre'.


le hemos oído decir que ese Jesús, el Nazareno, destruirá este lugar y cambiará las costumbres que nos transmitió Moisés'.


Toda la comunidad israelita se reunió en Silo y establecieron allí la tienda de la reunión. El país les estaba sometido.


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