Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Jeremías 25:34 - Biblia Martin Nieto

34 ¡Gritad, pastores; gritad, revolcaos en la tierra, mayorales del rebaño, porque ha llegado el día de vuestra matanza; caeréis como carneros escogidos!

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

34 Aullad, pastores, y clamad; revolcaos en el polvo, mayorales del rebaño; porque cumplidos son vuestros días para que seáis degollados y esparcidos, y caeréis como vaso precioso.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

34 ¡Lloren y giman, pastores malvados! ¡Revuélquense en el polvo, líderes del rebaño! Ha llegado el momento de su matanza; ustedes caerán y se harán añicos como vaso frágil.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Pastores, lancen alaridos y griten, revuélquense en la tierra, dueños del rebaño, porque a ustedes les toca ir al matadero y ser ejecutados como carneros escogidos.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

34 ¡Gemid, pastores, y clamad! ¡Revolcaos en la ceniza,° mayorales del rebaño! Los días del degüello y de vuestra dispersión están cumplidos; Caeréis como un vaso precioso,

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Ululad, pastores, y gritad; revolcaos, mayorales del rebaño, porque han llegado los días de vuestro degüello y de vuestra dispersión: caeréis como objeto precioso.

Féach an chaibidil Cóip




Jeremías 25:34
34 Tagairtí Cros  

A la vuelta del año, el rey Nabucodonosor mandó que lo llevaran a Babilonia con el valioso mobiliario del templo del Señor, y nombró rey de Judá y Jerusalén a su tío Sedecías.


Los destrozarás con un cetro de hierro, los triturarás como a vasos de alfarero'.


Cuando el Señor haya concluido toda su obra en el monte Sión y en Jerusalén, castigará la altivez del corazón del rey de Asiria y la arrogancia de sus ojos altaneros.


contra todas las naves de Tarsis, contra todos los objetos preciosos.


y se hace pedazos como un jarro de alfarero estrellado sin piedad: entre sus trozos no se encuentra ni un cascote para coger fuego del fogón o sacar agua de la cisterna.


¡Ay de ti, devastador, que no has sido devastado; ay de ti, saqueador, que aún no has sido saqueado! Cuando termines de devastar, serás tú devastado; cuando termines de saquear, serás saqueado.


La espada del Señor está llena de sangre, empapada de grasa, de sangre de corderos y de machos cabríos, de grasa de riñones de carneros. Pues el Señor va a hacer un sacrificio en Bosra, una gran matanza en el país de Edón.


Caen con ellos los búfalos, los bueyes junto con los toros; su tierra está borracha de sangre, su suelo empapado de grasa,


¡Óiganse salir gemidos de sus casas cuando, de improviso, mandes tú contra ellos hordas de saqueadores! Pues han cavado una fosa para cazarme y han tendido lazos a mis pies.


¿Es acaso un vaso vil y roto este hombre, Jeconías, un objeto que ninguno quiere? ¿Por qué han sido expulsados él y su estirpe, y arrojados a una tierra que no conocían?


¡Ay de los pastores que dejan perecer y dispersarse al rebaño de mi pasto, dice el Señor!


Al cabo de estos setenta años yo castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación -dice el Señor- por sus crímenes, así como al país de los caldeos, y haré de él una desolación eterna.


a Dedán, a Temá, a Buz y a todos los que se afeitan las sienes;


Escuchad el clamor de los pastores, el griterío de los mayorales del rebaño, porque el Señor devasta sus pastos.


Todas las naciones estarán sujetas a él, a su hijo y a su nieto, hasta que le llegue la hora también a su país; entonces lo subyugarán muchas naciones y reyes poderosos.


Y yo me decía: ¿Te contaré entre mis hijos y te daré un país de delicias, la heredad más preciosa de las naciones? Yo pensaba: Me llamarás padre, y ya no te alejarás de mí.


Emborrachadlo, porque se ha levantado contra el Señor; que Moab se revuelque en su vómito y sea objeto de burla también él.


En todas las terrazas de Moab, en sus plazas, no hay más que lamentos, porque he hecho pedazos a Moab, como vasija inútil -dice el Señor-.


Degollad todos sus toros, bajen al matadero. ¡Ay de ellos, que ha llegado su día, la hora de su castigo!


Hija de mi pueblo, vístete de saco, échate en la ceniza, ponte de luto como por un hijo único, con amargos lamentos. Porque cae de improviso el devastador sobre nosotros.


¡Regocíjate, salta de gozo, hija de Edón, que moras en la tierra de Us! También a ti te llegará tu copa. ¡Te emborracharás y te desnudarás!


Por eso, esto les dice el Señor Dios: Yo mismo juzgaré entre la oveja gorda y la flaca;


Llevará a Egipto como botín a sus dioses, sus simulacros y sus vasos preciosos de plata y oro, y durante algunos años prevalecerá sobre el rey del norte.


Israel está engullido; vedlo ya entre las naciones como vasija de desecho.


Pues bien, porque oprimís al pobre y le imponéis tributo del grano, casas de piedra labradas habéis construido, pero no las habitaréis; habéis plantado viñas deliciosas, pero no beberéis su vino.


Mi ira se ha encendido contra los pastores, castigaré a los machos cabríos. Sí, el Señor todopoderoso visitará su rebaño -la casa de Judá- y le hará como un caballo brioso en la batalla.


Escuchad el gemido de los pastores, porque los espléndidos pastos han sido abrasados; se oye el rugido de los leones, porque el esplendor del Jordán ha sido devastado.


Habéis vivido sobre la tierra en delicias y placeres y habéis engordado para el día de la matanza.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí