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Jeremías 22:3 - Biblia Martin Nieto

3 Esto dice el Señor: Practicad el derecho y la justicia y librad al oprimido de las manos del explotador; no maltratéis al extranjero, al huérfano y a la viuda; no los hagáis violencia, ni derraméis sangre inocente en este lugar.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Así ha dicho Jehová: Haced juicio y justicia, y librad al oprimido de mano del opresor, y no engañéis ni robéis al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Esto dice el Señor: ‘Sean imparciales y justos. ¡Hagan lo que es correcto! Ayuden a quienes han sufrido robos; rescátenlos de sus opresores. ¡Abandonen sus malas acciones! No maltraten a los extranjeros, ni a los huérfanos ni a las viudas. ¡Dejen de matar al inocente!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Practiquen la justicia y hagan el bien, libren de la mano del opresor al que fue despojado; no maltraten al forastero ni al huérfano ni a la viuda; no les hagan violencia, ni derramen sangre inocente en este lugar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Así dice YHVH: Haced lo recto y lo justo, y librad al despojado de mano del opresor. No maltratéis ni hagáis violencia al extranjero, al huérfano ni a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Así dice Yahveh: practicad el derecho y la justicia, liberad al oprimido de la mano del opresor, no molestéis ni oprimáis al forastero, al huérfano ni a la viuda, y no derraméis sangre inocente en este lugar.

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Jeremías 22:3
49 Tagairtí Cros  

El Dios de Jacob ha hablado, la roca de Israel me ha dicho: el que gobierna a los hombres con justicia, el que gobierna con temor de Dios,


y de la sangre inocente que él había derramado hasta llenar Jerusalén. El Señor no quiso perdonar.


has despachado a las viudas con las manos vacías, y has quebrado los brazos de los huérfanos.


Arrancan al huérfano del pecho, toman en prenda al lactante del pobre.


Cantad a Dios, cantad himnos a su nombre, abrid paso al que cabalga por las nubes; su nombre es 'El Señor', celebrad su presencia.


librad al oprimido, al indigente, sacadlos de las manos de los criminales'.


Ellos se ensañan en la vida del justo y condenan a muerte al inocente;


degüellan a la viuda y al inmigrante y asesinan a los huérfanos.


No maltratarás a la viuda ni al huérfano.


Si maltratas, él clamará a mí y yo escucharé su clamor;


No cambies los linderos antiguos y no entres en el campo de los huérfanos,


los ojos altaneros, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente,


Tus jefes son unos rebeldes, compinches de ladrones; todos hambrean recompensas y van detrás de los regalos; no hacen justicia al huérfano, ni atienden la causa de la viuda.


¿No sabéis cuál es el ayuno que me agrada? Abrir las prisiones injustas, soltar las coyundas del yugo, dejar libres a los oprimidos, romper todos los yugos;


repartir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que veas desnudo y no eludir al que es tu propia carne.


me han abandonado, han enajenado este lugar, han ofrecido en él incienso a dioses extraños que no habían conocido ni ellos ni sus padres ni los reyes de Judá, han llenado este lugar de sangre inocente.


Casa de David, esto dice el Señor: 'Haced justicia cada mañana, librad al oprimido de las manos de sus explotadores, no sea que salte como un fuego mi ira, se encienda y no haya quien la apague a causa de tus acciones perversas.


Pero tus ojos y tu corazón buscan tan sólo tu propio interés, sangre inocente que derramar, explotación y violencia que ejercer.


Entonces los magistrados y el pueblo entero dijeron a los sacerdotes y a los profetas: 'Este hombre no debe ser condenado a muerte, porque nos ha hablado en el nombre del Señor, nuestro Dios'.


gordos y rollizos. Han sobrepasado la medida del mal, no hacen justicia, no respetan el derecho de los huérfanos, ni dictan sentencia en favor de los pobres.


Ésta es la orden que les di: 'Escuchad mi voz, y yo seré entonces vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo; seguid cabalmente el camino que os he prescrito para vuestra felicidad'.


Vienen días -dice el Señor- en que yo visitaré a todos los circuncisos que lo sean en la carne, y no en el corazón:


cuando se tuerce la justicia en el proceso, ¿no lo ve el Señor?


oprime al pobre y al indigente, comete robos, no restituye la prenda, alza los ojos a los ídolos, practica cosas detestables,


si no oprime a nadie, devuelve la prenda al deudor, no comete robo, da su pan al hambriento y viste al desnudo;


En ti se desprecia al padre y a la madre, en ti se trata mal al forastero, en ti son oprimidos los huérfanos y la viuda.


Esto dice el Señor Dios: ¡Ya tenéis bastante, príncipes de Israel! Desistid de la violencia y la rapiña, practicad el derecho y la justicia, quitad las confiscaciones de mi pueblo, dice el Señor Dios.


No haréis injusticias en los juicios; ni beneficiarás al débil ni favorecerás al poderoso: juzgarás con justicia a tu prójimo.


Odiad el mal y amad el bien, restableced la justicia en los tribunales, y quizá el Señor Dios omnipotente se apiade del resto de José.


Quiero que el derecho fluya como el agua, y la justicia como torrente perenne.


Sus jueces juzgan por soborno, sus sacerdotes enseñan por salario, sus profetas profetizan por dinero y luego se apoyan en el Señor diciendo: '¿Es que no está el Señor en medio de nosotros? ¡Ninguna desgracia nos alcanzará!'.


Se te ha dado a conocer, oh hombre, lo que es bueno, lo que el Señor exige de ti. Es esto: practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente con tu Dios.


Yo vendré a juzgaros; seré testigo acusador contra los hechiceros, contra los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan al jornalero, a la viuda y al huérfano y violan el derecho del extranjero sin ningún temor de mí -dice el Señor todopoderoso-.


¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe! Hay que hacer una cosa sin descuidar la otra.


Hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al emigrante suministrándole pan y vestido.


No violes el derecho del emigrante, ni el del huérfano, ni tomes en prenda los vestidos de la viuda.


Si se descubre que alguien ha secuestrado a un hermano suyo israelita para emplearlo como esclavo o para venderlo, el secuestrador será condenado a muerte. Así extirparás la maldad de en medio de ti.


Si dos hombres tienen un pleito, se presentarán al tribunal, que decidirá sobre ellos: se absolverá al justo y se condenará al culpable.


¡Maldito el que viole el derecho del emigrante, del huérfano y la viuda! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!


La práctica religiosa pura y sin mancha delante de Dios, nuestro Padre, consiste en visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y en guardarse de los vicios del mundo.


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