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Jeremías 18:17 - Biblia Martin Nieto

17 Como el viento solano, los dispersaré ante el enemigo. Les daré las espaldas, y no la cara, el día de su desastre'.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Como viento solano los esparciré delante del enemigo; les mostraré las espaldas y no el rostro, en el día de su perdición.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Como el viento del oriente desparrama el polvo, así esparciré a mi pueblo delante de sus enemigos. Cuando tengan dificultades, les daré la espalda y no prestaré atención a su aflicción».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Como si fuera el viento de oriente, los desparramaré frente al enemigo. La espada y no la cara les mostraré, en el día de su calamidad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Como con viento solano los esparciré delante del enemigo, Y en el día de la derrota les daré la espalda y no la cara.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Como viento solano los dispersaré ante el enemigo. La espalda y no la cara les mostraré el día de su desastre'.

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Jeremías 18:17
16 Tagairtí Cros  

El viento del este se levanta y se lo lleva, un torbellino le arrastra de su sitio.


allí mismo se echaron a temblar, se retorcían de dolor como mujer en parto,


porque siete veces cae el justo, mas se levanta, pero los criminales se hundirán en la ruina.


Yo os dispersaré como una paja arrebatada por el viento del desierto.


que dicen al leño: 'Tú eres mi padre', y a la piedra: 'Tú me has engendrado'. Ellos me dan la espalda y no la cara, mas cuando llega la desgracia gritan: '¡Levántate, sálvanos!'.


La espalda me han dado, y no la cara; y mientras yo trataba de instruirlos y educarlos con constancia y sin cesar, no han querido escuchar ni aceptar la lección.


También sus mercenarios, dentro de ella, son como novillos bien cebados; mas ellos también vuelven la espalda y huyen todos a una, sin poder resistir, porque cae sobre ellos el día de su infortunio, la hora de su castigo.


A alta mar te condujeron tus remeros. Y el viento de levante te destrozó en el corazón de los mares.


Retiraré mi rostro de ellos y mi tesoro será profanado, penetrarán en él los invasores y lo profanarán.


Efraín es fecundo entre las cañas; pero llegará el solano, el viento del Señor se alzará del desierto, secará sus manantiales, agotará sus fuentes y se llevará todos sus tesoros, sus objetos preciosos.


El Señor hará que seas derrotado por tus enemigos; saldrás a su encuentro por un camino, y por siete caminos huirás y serás el espanto de todos los reinos de la tierra.


El Señor te dispersará entre todos los pueblos, de uno a otro extremo de la tierra, y allí serviréis a otros dioses de madera y de piedra desconocidos de ti y de tus padres.


Pero aquel día montaré en cólera contra él, lo abandonaré y me esconderé de él. Un cúmulo de males y desgracias lo asaltará para devorarlo. Entonces dirá: Mi Dios ya no está conmigo; por eso me ocurren estas desgracias.


para el día de la venganza y el desquite, / para el tiempo en que sus pies tropezarán. / Está cerca el día de su ruina, / se precipita su destino.


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