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Jeremías 17:4 - Biblia Martin Nieto

4 Tendrás que desprenderte de tu heredad que yo te había regalado, y te haré esclavo de tus enemigos en un país que no conoces, porque has encendido el fuego de mi cólera, que arderá eternamente.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y perderás la heredad que yo te di, y te haré servir a tus enemigos en tierra que no conociste; porque fuego habéis encendido en mi furor, que para siempre arderá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 La herencia maravillosa que he reservado para ustedes se les escapará de las manos. Les diré a sus enemigos que los lleven cautivos a una tierra extranjera. Pues mi enojo arde como un fuego que quemará para siempre».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Tendrás que desprenderte de la propiedad que te había regalado, y te haré esclavo de tus enemigos en una tierra desconocida, porque has encendido el fuego de mi ira, que quemará eternamente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Tú misma serás privada de la herencia que te di, Y en una tierra que no conoces, te haré esclavo de tus enemigos; Porque habéis encendido en mi ira un fuego que arderá perpetuamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Tendrás que soltar tu mano de la herencia que te había dado, y te haré esclavo de tus enemigos en un país que no conoces; pues fuego se ha encendido en mi ira que arderá eternamente.

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Jeremías 17:4
34 Tagairtí Cros  

exterminaré a Israel de la tierra que les he dado y retiraré de mi presencia el templo que he consagrado a mi nombre, e Israel será irrisión y burla de todos los pueblos.


Y el rey de Babilonia los mandó matar en Ribla, en la tierra de Jamat. Así Judá fue deportado lejos de su tierra.


Pero en cuanto recobraron la paz, volvieron en seguida a obrar mal ante ti, y tú los abandonaste en manos de sus enemigos, que les sometieron a su yugo. Entonces volvían a suplicarte, y tú los escuchabas desde el cielo. ¡Cuántas veces los salvaste por tu gran bondad!


Entonces, cuando el Señor te conceda respiro de tus padecimientos, de tus inquietudes y de la dura esclavitud a la que estabas sometido,


Pues desde hace tiempo está dispuesta en Tofet, preparada también para Moloc, una fosa honda y ancha, llena de paja y leña; el soplo del Señor, como un río de azufre, la prenderá.


Por eso la ira del Señor se ha encendido contra su pueblo, extendió su mano contra él y lo hirió; temblaron los montes; sus cadáveres fueron como carroña en medio de las calles. Con todo, su cólera no ha amainado; su mano aún está extendida.


Pero todos vosotros que prendéis fuego y atizáis brasas caed en las llamas de vuestro fuego, en las brasas que atizáis. Mi mano os tratará así, os hundiréis en los tormentos.


Y al salir verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí. Su gusano no morirá ni se extinguirá su fuego y serán un horror para todo el mundo.


He dejado mi casa, he abandonado mi heredad, he entregado lo que más quería en manos de sus enemigos.


Y te haré esclavo de tus enemigos en un país que no conoces, porque el fuego de mi cólera se enciende y va a arder sobre vosotros.


Pero yo os expulsaré de este país a un país desconocido para vosotros y para vuestros padres. Allí serviréis día y noche a otros dioses, porque yo no os concederé más misericordia.


Pero tú, Señor, conoces bien sus planes asesinos contra mí. No perdones su crimen, no borres de tu vista su pecado. ¡Caigan derribados ante ti, actúa contra ellos en el día de tu cólera!


¿Es acaso Israel un esclavo, un siervo nacido en casa, para que se convirtiese en presa?


Casa de David, esto dice el Señor: 'Haced justicia cada mañana, librad al oprimido de las manos de sus explotadores, no sea que salte como un fuego mi ira, se encienda y no haya quien la apague a causa de tus acciones perversas.


¿Es acaso un vaso vil y roto este hombre, Jeconías, un objeto que ninguno quiere? ¿Por qué han sido expulsados él y su estirpe, y arrojados a una tierra que no conocían?


Y cuando pregunten: '¿Por qué el Señor, nuestro Dios, ha hecho todo esto con nosotros?', les responderás: 'Como vosotros me habéis abandonado para servir en vuestro país a dioses extraños, de igual modo serviréis a extranjeros en un país que no es vuestro'.


¿Y no he de castigar todo esto? -dice el Señor-. ¿No me vengaré de una nación como ésta?


Por eso, esto dice el Señor: He aquí que mi cólera, mi furor, se va a desencadenar sobre este lugar, sobre los hombres y los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra. Y quemará sin apagarse.


Vosotros todos, los que pasáis por el camino mirad y ved si hay dolor como el dolor que me atormenta, con el que el Señor me ha herido el día del fuego de su cólera.


Nuestra heredad ha pasado a extranjeros, nuestras casas a extraños.


Esto dice el Señor Dios: Quítate el turbante y la corona. Todo cambiará; lo humilde será exaltado y lo alto será humillado.


Yo haré venir a los pueblos más feroces, que se apoderarán de sus casas. Humillaré la soberbia de los poderosos y sus santuarios serán profanados.


El Señor hará que seas derrotado por tus enemigos; saldrás a su encuentro por un camino, y por siete caminos huirás y serás el espanto de todos los reinos de la tierra.


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