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Jeremías 16:19 - Biblia Martin Nieto

19 Oh Señor, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de la tribulación; a ti vendrán las naciones desde los confines de la tierra y dirán: Sólo mentira poseyeron nuestros padres, vanidad e impotencia.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Oh Jehová, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Señor, ¡tú eres mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de aflicción! Las naciones del mundo entero vendrán a ti y te dirán: «Nuestros antepasados nos han dejado una herencia despreciable, porque rendían culto a ídolos inútiles.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 ¡Oh Yavé, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de la desgracia! A ti vendrán a verte las naciones desde los últimos límites de la tierra, y dirán: Era sólo mentira lo que se transmitían nuestros padres, y vanidad y falta de poder.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 ¡Oh YHVH, fuerza mía y fortaleza mía, Mi refugio en tiempo de angustia! A ti vendrán las naciones desde los extremos de la tierra, diciendo: Nuestros padres no heredaron más que mentira, vanidad y cosas en que no hay provecho.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Yahveh, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de angustia, a ti vendrán naciones de los confines de la tierra y dirán: Sólo mentira heredaron nuestros padres, vanidad que de nada sirve.

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Jeremías 16:19
55 Tagairtí Cros  

Los súbditos del rey de Siria le dijeron: 'El dios de ellos es dios de las montañas; por eso nos han vencido; pero luchemos contra ellos en la llanura, y verás cómo los venceremos.


Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza, mi roca, mi fortaleza, mi libertador, mi Dios, mi roca donde yo me refugio, mi escudo protector, mi salvación, mi asilo.


guarda a tu siervo del orgullo, que el orgullo no me domine nunca; así seré perfecto y libre de pecado.


Él me dará cobijo el día de la desgracia, me esconderá en lo oculto de su tienda, me subirá a lo alto de la roca;


Al maestro de coro. Cántico de los hijos de Coré. Según: 'Las vírgenes...'


Dejad las armas, reconoced que yo soy Dios, por encima de las naciones, por encima de la tierra.


Bramaron las naciones, vacilaron los reinos, él levantó su voz y la tierra se deshizo.


Mi alma sólo descansa en Dios, mi salvación viene de él;


sólo él es mi roca, mi salvación, mi fortaleza; no sucumbiré.


hasta ti, que escuchas las plegarias, todo mortal puede llegar.


Amenaza a la bestia de los cañaverales, a la manada de toros dominadores de los pueblos; que vengan a rendirse con lingotes de plata; dispersa a las naciones que se complacen en la guerra.


Todas las naciones que tú hiciste vendrán a ti, Señor, para adorarte y glorificar tu nombre.


El nombre del Señor es torre fuerte, en ella se refugia el justo y está seguro.


porque tú eres un refugio para el desvalido, un refugio para el pobre en su angustia, abrigo contra el aguacero, sombra contra el calor; pues el soplo de los tiranos es como la lluvia que azota la pared,


Cada uno será como un refugio contra el viento y un abrigo contra la tempestad; como corrientes de agua en tierra seca, como la sombra de una gran peña en tierra ardiente.


El que esculpe un dios, funde una estatua, que no le sirve de nada.


El que se alimenta de ceniza, engañando el corazón, está perdido. No salvará su vida, y no dirá jamás: '¿No es un engaño lo que tengo en mi diestra?'.


Esto dice el Señor: Las riquezas de Egipto y las ganancias de Etiopía y los sabeos, de elevada estatura, pasarán a ti y serán tuyos, te seguirán encadenados, ante ti se postrarán y te suplicarán: Sólo en ti se encuentra Dios; no hay nadie más, no hay otro dios.


y dice: Poca cosa es que seas mi siervo para restablecer las tribus de Jacob y traer de nuevo a los supervivientes de Israel. Yo te he puesto como luz de las gentes, para que llegue mi salvación hasta los extremos de la tierra.


Verán tu justicia las naciones y todos los reyes tu gloria. Se te llamará con un nombre nuevo, acuñado por la boca del Señor.


Pues los dioses de esos pueblos son pura nada: un leño cortado en el bosque, labrado con azuela por las manos de un artífice,


Como espantajo de melonar, no hablan; y hay que llevarlos, porque no pueden andar. No los temáis, que no pueden hacer daño ni tampoco beneficio'.


Y si aprenden bien los caminos de mi pueblo, si aprenden a jurar en mi nombre: '¡Vive Dios!', como ellos enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, entonces serán establecidos en medio de mi pueblo.


Oh Señor, esperanza de Israel, su salvador en el tiempo de la angustia, ¿por qué has de ser como un extranjero en este país, como un caminante que se detiene sólo para pernoctar?


No me seas causa de terror, tú, mi refugio, en el día de la desgracia.


¿Acaso algún pueblo cambia de dioses? -y eso que ni dioses son- . Pues mi pueblo ha cambiado su gloria por la impotencia.


Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está el Señor? Los intérpretes de la ley no me conocieron; los pastores se rebelaron contra mí; los profetas profetizaron tras dioses impotentes.


Oh, sí, las colinas no son más que mentira, así como el tumulto de los montes. Realmente sólo el Señor, nuestro Dios, es la salvación de Israel.


Y todo ello me granjeará renombre, gozo, alabanza y gloria entre las naciones de la tierra que, al conocer todo el bien que yo he hecho a los míos, quedarán maravillados y admirados por todos los bienes, por toda la prosperidad que yo les concederé'.


Si juras por la vida del Señor con verdad, rectitud y justicia, las naciones se congratularán con él, y en él se gloriarán.


Anúnciales: Esto dice el Señor Dios: Sí, yo los he alejado entre las naciones, los he dispersado por tierras extrañas; pero yo mismo he sido un santuario para ellos durante el breve tiempo en que están desterrados en estos países.


Esto dice el Señor: Por tres crímenes de Judá y por cuatro no le perdonaré; por haber despreciado la ley del Señor y no haber guardado sus decretos, extraviándose por caminos falsos que recorrieron ya sus padres,


El Señor es bueno, un refugio en el día de la angustia; él cuida de los que a él se acogen


El Señor es mi Señor, él es mi fuerza; él hace mis pies como los de las ciervas y me hace caminar por las alturas. (Al maestro de coro. Para instrumentos de cuerda).


¡Hala! Sálvate, Sión, tú que habitas en Babilonia.


Porque desde oriente a occidente mi nombre es grande entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi nombre un sacrificio de incienso y una ofrenda pura. Porque mi nombre es grande entre las naciones -dice el Señor todopoderoso-,


cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y dieron culto a la criatura en lugar de al creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.


Sabed que habéis sido rescatados de vuestra vida estéril heredada de vuestros mayores no con bienes perecederos como el oro o la plata,


El séptimo ángel tocó la trompeta, y se oyeron en el cielo voces potentes que decían: El imperio del mundo ha pasado a nuestro señor y a su mesías; él reinará por los siglos de los siglos.


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