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Jeremías 13:23 - Biblia Martin Nieto

23 ¿Puede un negro cambiar su piel o un leopardo sus manchas? ¿Y vosotros, habituados al mal, podréis hacer el bien?

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Biblia Reina Valera 1960

23 ¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 ¿Acaso puede un etíope cambiar el color de su piel? ¿Puede un leopardo quitarse sus manchas? Tampoco ustedes pueden comenzar a hacer el bien porque siempre han hecho lo malo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 ¿Puede un negro etíope cambiar su piel o una pantera, su pelaje? Y ¿pueden ustedes actuar correctamente, ustedes que están acostumbrados al mal?

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 ¿Cambiará el etíope su piel, O sus manchas el leopardo? Así también vosotros, ¿podréis hacer lo bueno, Estando habituados a hacer lo malo?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 ¿Cambia un negro su piel, o una pantera sus manchas? ¡Entonces podríais obrar bien, vosotros habituados a obrar mal!

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Jeremías 13:23
13 Tagairtí Cros  

Pero ellos no hicieron caso, y siguieron sus antiguas costumbres.


Aun cuando trituraras el insensato en el mortero con el pilón de majar trigo, su necedad no se separaría de él.


Lo que es torcido no puede enderezarse; lo que falta no se puede contar.


¿Para qué golpearos todavía, si os seguís rebelando? Enferma está toda la cabeza, el corazón entero dolorido.


El corazón es complejo más que toda otra cosa y perverso: ¿quién lo conoce a fondo?


Aunque te laves con potasa y gastes lejía en abundancia, la mancha de tu iniquidad aún quedaría ante mí, dice el Señor Dios.


En vano he castigado a vuestros hijos; no habéis aprendido la lección; vuestra espada devoró a vuestros profetas como un león devastador.


¡Oh, necio es mi pueblo, no me conocen; son hijos insensatos, no tienen inteligencia, diestros sólo para el mal, pero no saben hacer el bien!


¡Oh Señor!, ¿no buscan tus ojos la verdad? Tú les has herido, y no han acusado el golpe; los has aplastado, y no han querido aprender la lección. Han endurecido su frente como la roca, han rehusado convertirse.


¡Fraude sobre fraude! ¡Engaño sobre engaño! No quieren conocerme -dice el Señor-.


Se lo dijeron a Saúl, que mandó otros mensajeros; pero también ellos se pusieron a profetizar. Volvió a enviar Saúl por tercera vez otros mensajeros, pero también ellos se pusieron a profetizar.


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