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Jeremías 13:21 - Biblia Martin Nieto

21 ¿Qué dirás cuando te visiten como triunfadores aquellos a quienes habías acostumbrado a tus confidencias? ¿No te invadirán dolores como de mujer en parto?

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

21 ¿Qué dirás cuando él ponga como cabeza sobre ti a aquellos a quienes tú enseñaste a ser tus amigos? ¿No te darán dolores como de mujer que está de parto?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 ¿Qué dirás cuando el Señor tome a los aliados con los que cultivaste una relación y los designe como tus gobernantes? ¡Se apoderarán de ti punzadas de angustia como una mujer en dolores de parto!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 ¿Qué dirás cuando aquéllos te visiten como vencedores, siendo que tú los habías acostumbrado a tus intimidades? ¿No se apoderarán de ti dolores como de una mujer que da a luz?

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 ¿Qué dirás cuando ponga como jefes sobre ti a antiguos compañeros que tú misma enseñaste?° ¿No sentirás dolores como de parturienta?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 ¿Qué dirás cuando ponga como jefes sobre ti a quienes tú misma enseñaste a ser tus amigos? ¿No te vendrán dolores como de mujer en parto?

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Jeremías 13:21
17 Tagairtí Cros  

Acaz había enviado mensajeros a decir de su parte a Teglat-Falasar, rey de Asiria: 'Soy tu siervo y tu hijo. Ven y sálvame de las manos del rey de Siria y del rey de Israel, que se han levantado contra mí.


¿Qué vais a hacer el día de la invasión y de la catástrofe que se acerca de lejos? ¿A quién acudiréis para lograr socorro? ¿Dónde dejaréis vuestras riquezas?


Están espantados; dolores y espasmos les asaltan, y se retuercen como mujer en parto; unos a otros se miran aterrados, sus rostros son una llama.


Por eso están llenos de convulsiones mis riñones; soy presa de dolores, como los dolores de mujer en parto; la angustia me aturde, el espanto me ciega.


Ten cuidado, no se descalce tu pie y se seque tu garganta. Pero tú dices: '¡Déjame en paz; yo amo a extranjeros y tras ellos quiero irme!'.


Tú, que has puesto tu morada en el Líbano y anidas en los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te vengan los dolores, angustias como de mujer en parto!


Preguntad y mirad: ¿puede dar a luz un varón? ¿Por qué, si no, veo a todo hombre con las manos en las caderas como mujer en parto? ¿Por qué todos los rostros descompuestos, lívidos?


Mira, todas las mujeres que han quedado en el palacio del rey de Judá serán llevadas a los generales del rey de Babilonia, y serán ellas las que exclamarán: ¡Te han engañado, han podido contigo tus buenos amigos! ¡Tus pies han hundido en el fango y ellos te han dado la espalda!


Y tú, desolada, ¿qué vas a hacer? Aunque te vistas de púrpura y te adornes de joyas de oro, aunque te agrandes los ojos con cosméticos, en vano te pones bella. Tus amantes te desprecian, tu vida es lo que buscan.


Sí, oigo gritos como de mujer en parto, angustias como de primeriza. Son los gritos de la hija de Sión, que gime y alarga las manos. '¡Ay de mí, que voy a sucumbir bajo los golpes de los asesinos!'.


Han sido tomadas las ciudades, ocupadas las fortalezas, y el corazón de los guerreros de Moab es en este día como el corazón de una mujer en parto.


Los profetas profetizan mentiras, los sacerdotes enseñan con su mal ejemplo. ¡Y mi pueblo en ello se complace! Mas ¿qué haréis cuando llegue el fin?


Hemos oído la noticia, han desfallecido nuestros brazos, la angustia nos invade, un dolor cual de mujer en parto.


¿Podrás decir aún: Un dios soy yo, ante los verdugos? Un hombre eres, y no un dios, en manos de quienes te traspasan.


Eso será sólo el comienzo de los dolores.


Andarán diciendo: 'Todo es paz y seguridad'; y entonces, de improviso, les sorprenderá la perdición, como los dolores del parto a la mujer encinta, y no podrán escapar.


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