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Jeremías 10:10 - Biblia Martin Nieto

10 En cambio, el Señor es el Dios verdadero, el Dios viviente, el rey eterno; cuando él se irrita, la tierra se estremece, y las naciones no pueden soportar su cólera.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

10 Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Sin embargo, el Señor es el único Dios verdadero. ¡Él es el Dios viviente y el Rey eterno! Toda la tierra tiembla ante su enojo; las naciones no pueden hacerle frente a su ira.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Pero Yavé es el verdadero Dios, el Dios viviente, el Rey eterno. Cuando se enoja, tiembla la tierra, y las naciones no pueden aguantar su cólera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Pero YHVH es el Dios verdadero; ¡Él es el Dios viviente y el Rey eterno! Por su ira se estremece la tierra, Y las naciones no pueden soportar su indignación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Yahveh es el Dios verdadero, el Dios vivo y el Rey eterno. Ante su ira tiembla la tierra, y las naciones no soportan su furor.

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Jeremías 10:10
69 Tagairtí Cros  

Abrahán plantó en Berseba un tamarisco e invocó allí al Señor, Dios de la eternidad.


El pueblo, al ver esto, cayó rostro en tierra, y exclamó: '¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!'.


para que reconozcan todos los pueblos de la tierra que el Señor es Dios y que fuera de él no hay otro.


Tuya es, Señor, la grandeza, el poder, el honor, la majestad y la gloria, pues todo cuanto hay en el cielo y en la tierra es tuyo. Tuyo, Señor, es el reino, porque te alzas soberanamente sobre todo.


Durante mucho tiempo Israel habrá de vivir lejos del Dios verdadero, sin sacerdotes que lo instruyan y sin ley;


Desquicia la tierra de su sitio y hace vacilar sus columnas.


El Señor es rey por siempre, por los siglos; los paganos serán barridos de su tierra.


Reconoced que el Señor es Dios: él nos ha hecho y somos suyos, su pueblo, las ovejas que él guarda.


porque el Señor es bueno, su amor es eterno, y su lealtad perpetua por todas las edades.


Cuando él mira a la tierra, ésta tiembla; toca las montañas, y echan humo.


Tiembla, oh tierra, delante del Señor, delante del Dios de Jacob,


Tu reino es un reino eterno y tu imperio dura por todas las edades. El Señor es fiel a su palabra, leal en todas sus acciones.


que hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que contienen; que guarda lealtad eternamente;


Clamé al Señor en mi angustia, alcé mi grito hacia mi Dios, y él escuchó mi voz desde su templo, mi grito llegó hasta sus oídos.


El Señor asienta su trono encima del diluvio, el Señor gobierna como rey eterno.


sácame de la red que me han tendido, pues tú eres mi refugio.


Como la cierva busca corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío;


allí encontró tu pueblo una morada, la que en tu bondad, oh Dios, al pobre preparabas.


Oh Dios, cuando saliste al frente de tu pueblo, cuando avanzabas a través del desierto,


Pero Dios es mi rey desde el principio, el que obra salvaciones en la tierra:


Ante tu amenaza, oh Dios de Jacob, carros y caballos quedaron inmóviles.


Eres terrible: ¿quién puede resistir ante ti, bajo el estallido de tu ira?


las nubes dejaron caer su lluvia, los nublados tronaron y los rayos volaban por uno y otro lado;


¡Qué hermosa es tu morada, Señor omnipotente!


Pero el Señor reina eternamente, y tiene preparado su trono para el juicio;


¿Quién puede conocer la fuerza de tu ira, quién teme la violencia de tu enojo?


Antes que surgieran las montañas, antes que la tierra y el mundo se engendraran, desde siempre y por siempre tú eres Dios.


desde el principio tu trono está bien firme, desde siempre existes tú.


sus relámpagos iluminan el mundo, lo ve la tierra y se estremece;


Inclina, Señor, tu oído y escucha; abre, Señor, tus ojos y mira; escucha las palabras de Senaquerib, que ha mandado insultar al Dios vivo.


El Señor, tu Dios, habrá oído las palabras del general que el rey de Asiria, su señor, mandó a insultar al Dios vivo, y el Señor, tu Dios, lo castigará. Eleva, pues, una oración por el resto que aún subsiste'.


Las naciones son como una gota en un cubo, como un grano de arena en la balanza; las islas pesan como tenue polvo.


¿No lo sabes? ¿No lo has oído? El Señor es un Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, su inteligencia es insondable.


Pues esto dice el altísimo, el excelso, el que habita una morada eterna y cuyo nombre es santo: Yo habito en una morada excelsa y santa, pero también estoy con el hombre arrepentido y humilde, para reanimar el espíritu de los humildes, para reconfortar el corazón afligido.


El que sea bendecido en el país, será bendecido por el Dios de la lealtad; y el que jure en el país, jurará por el Dios de la lealtad; pues los males pasados quedarán olvidados, ocultos a mis ojos.


Pero no habléis más de '¡Carga del Señor!'. La 'carga' será para cada uno su propia palabra; porque vosotros falsificáis las palabras del Dios vivo, el Señor todopoderoso, vuestro Dios.


Si juras por la vida del Señor con verdad, rectitud y justicia, las naciones se congratularán con él, y en él se gloriarán.


He mirado a los montes: retemblaban, y todas las colinas se estremecían.


Al estruendo de la caída de Babilonia se estremece la tierra y el eco resuena entre las naciones.


Tiembla la tierra y se estremece, porque se cumple el decreto del Señor contra Babilonia: reducir el país de Babilonia a un desierto despoblado.


Entonces promulgué la orden de que se presentaran ante mí todos los sabios de Babilonia, a fin de que me diesen la interpretación del sueño.


Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, ensalzo y glorifico al rey del cielo, porque todas sus obras son verdad, todos sus caminos son justicia y porque sabe humillar a los que proceden con orgullo'.


El rey Darío escribió entonces a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: 'Vuestra paz sea muy grande.


He dado la orden de que en todos los dominios de mi reino tiemblen todos y teman ante el Dios de Daniel: Porque él es el Dios vivo, que existe por los siglos; su reino no será jamás destruido y su imperio no tendrá fin.


Se le dio poder, gloria e imperio, y todos los pueblos, naciones y lenguas le servían. Su poder era un poder eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás.


El Señor da la voz al frente de sus tropas. Sí, innumerable es su ejército, poderoso el ejecutor de su palabra; sí, grande es el día del Señor, muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?


Bajo sus pasos los montes se derriten, se disuelven los valles como la cera al fuego, como aguas precipitadas en una pendiente.


Los montes tiemblan ante él y las colinas se estremecen; ante él se disuelve la tierra, el mundo y los que en él habitan.


Ante su ira, ¿quién podrá resistir? ¿Quién se mantendrá cuando su cólera se inflama? Su furor se derrama como fuego, y las rocas se funden ante él.


Te ven los montes y tiemblan, un diluvio de agua irrumpe, el abismo deja oír su voz, levanta a lo alto sus manos.


Se alza él, y hace temblar la tierra; mira, y las naciones se estremecen; los montes eternos se dislocan, los collados antiguos se deshacen, pero sus caminos son eternos.


¿Quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién subsistirá cuando aparezca? Será como el fuego del fundidor y como la lejía de las lavanderas.


Simón tomó la palabra y dijo: 'Tú eres el mesías, el hijo del Dios vivo'.


Pero Jesús permaneció callado. El sumo sacerdote le dijo: '¡Te conjuro por Dios vivo que nos digas si tú eres el mesías, el hijo de Dios!'.


Y la vida eterna es que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo).


'Amigos, ¿por qué hacéis esto? Nosotros somos hombres como vosotros, que hemos venido a anunciaros que dejéis los dioses falsos y os convirtáis al Dios vivo, que ha hecho el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.


Él es la roca, sus obras son perfectas, / todos sus caminos son la justicia misma; / el Dios fiel, en él no hay maldad; es justo y recto.


Porque de todo ser viviente, ¿quién hay como nosotros que haya oído la voz del Dios vivo hablar de en medio del fuego y haya quedado con vida?


Ellos mismos van refiriendo la acogida que nos hicisteis, y cómo dejasteis la idolatría y os convertisteis para servir al Dios vivo y verdadero,


Al rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.


A los ricos de este mundo recomiéndales que no sean orgullosos y que no pongan su esperanza en las riquezas caducas, sino en Dios, que nos provee abundantemente de todas las cosas para que disfrutemos de ellas;


Es espantoso caer en las manos del Dios vivo.


Y añadió: 'En esto conoceréis que en medio de vosotros está un Dios viviente que echará delante de vosotros al cananeo, al hitita, al heveo, al fereceo, al guirgaseo, al amorreo y al jebuseo:


Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para conocer al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios y la vida eterna.


Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron de su presencia, sin que se encontrase su lugar.


Señor, cuando tú saliste de Seír, cuando avanzaste desde los campos de Edón, la tierra tembló, se turbó el cielo, las nubes se deshicieron en agua.


David preguntó a los que estaban a su lado: '¿Qué se hará con el que mate a este filisteo y quite esta ofensa de Israel? ¿Quién es este filisteo incircunciso que desafía al ejército del Dios vivo?'.


Tu siervo ha matado al león y al oso. Ese filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los ejércitos del Dios vivo'.


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