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Isaías 8:19 - Biblia Martin Nieto

19 Y os dirán: Consultad a los espíritus de los adivinos que murmuran y susurran. ¿Un pueblo no debe consultar a sus dioses, y a sus muertos acerca de los vivos

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Biblia Reina Valera 1960

19 Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Tal vez alguien les diga: «Preguntemos a los médiums y a los que consultan los espíritus de los muertos; con sus susurros y balbuceos nos dirán qué debemos hacer». Pero ¿acaso no deberá el pueblo pedirle a Dios que lo guíe? ¿Deberían los vivos buscar orientación de los muertos?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Y si les dicen a ustedes: 'Consulten a los espíritus y a los adivinos que cuchichean y murmuran', respondan: '¡Por supuesto, todo pueblo debe consultar a sus dioses! ¡A ver si los muertos podrán aconsejar a los que viven!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Y cuando os digan: Consultad a los que evocan a los muertos Y a los adivinos que musitan y susurran, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Por qué habrán de ir los vivos a consultar a los muertos?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Seguramente os dirán: 'Consultad a agoreros y adivinos que bisbisean y susurran. ¿No consulta un pueblo a sus dioses y acerca de los vivos a los muertos?'.

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Isaías 8:19
28 Tagairtí Cros  

Las siete espigas raquíticas devoraron a las siete lozanas. He contado todo esto a los adivinos y nadie me lo ha podido interpretar'.


Entonces el ángel del Señor dijo a Elías, el tesbita: 'Anda al encuentro de los mensajeros del rey de Samaría y diles: ¿Es que no hay Dios en Israel, para que vayáis a consultar a Belcebú, dios de Ecrón?


Quemó a su hijo, se dio a la magia y a encantamientos, instituyó nigromantes y adivinos, e hizo tantas cosas malas a los ojos del Señor que provocó su indignación.


Josías exterminó también a los nigromantes, a los adivinos, los fetiches, los ídolos y todos los ídolos repugnantes que se veían en el país de Judá y en Jerusalén, a fin de llevar a efecto las palabras de la ley escritas en el libro que había encontrado el sacerdote Jelcías en el templo del Señor.


Saúl murió por haber sido infiel al Señor: no había observado sus palabras y, además, había preguntado y consultado a una nigromántica.


Quemó a sus propios hijos en el valle de Ben Hinnón. Se dio a la magia, a la adivinación, al ocultismo, se rodeó de nigromantes y encantadores; hizo tantas cosas malas a los ojos del Señor, que provocó su indignación.


Se hicieron luego esclavos de Baal Fegor, comieron los sacrificios de los muertos;


Egipto perderá su cordura; yo desharé sus planes. Consultarán a los ídolos, a los hechiceros, a los nigromantes y a los adivinos.


Los muertos no revivirán, las sombras no resucitarán; porque los visitaste y aniquilaste, borrando todo recuerdo de ellos.


Aplastada, hablarás desde la tierra; desde el polvo saldrán sofocadas tus palabras; saldrá tu voz de la tierra como la de un espectro; tu palabra del polvo, como un susurro.


Han salido en dirección a Egipto, sin haber consultado a mi boca, para refugiarse al amparo del Faraón y acogerse a la sombra de Egipto.


Esto dice el Señor, el Santo de Israel, su creador: ¿Me vais a interrogar sobre mis hijos y a darme órdenes sobre la obra de mis manos?


Quédate, pues, con tus encantamientos y con tus numerosos sortilegios, en los que te has afanado desde tu juventud. ¡Quizás puedas sacar algún provecho! ¡Tal vez puedas con ellos dar miedo!


Estás cansada de tantos consejeros. ¡Levántense, pues, y sálvense los que miden el cielo, los que observan las estrellas y anuncian para cada mes lo que va a suceder!


En cambio, el Señor es el Dios verdadero, el Dios viviente, el rey eterno; cuando él se irrita, la tierra se estremece, y las naciones no pueden soportar su cólera.


No hagáis caso, por tanto, a vuestros profetas, adivinos, soñadores, agoreros y magos que os dicen: 'Vosotros no serviréis al rey de Babilonia'.


No consultaréis a los nigromantes ni recurriréis a los adivinos, si no queréis quedar impuros: yo, el Señor, vuestro Dios.


Si alguno acude a los nigromantes y recurre a los adivinos prostituyéndose con ellos, yo me volveré contra él y lo extirparé de su pueblo.


Haré desaparecer de en medio de ti tus ídolos y tus estelas, y no adorarás más la obra de tus manos.


Otra vez, cuando íbamos al lugar de la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía un espíritu adivinador, la cual con sus adivinaciones procuraba a sus amos muchas ganancias.


No haya en medio de ti quien queme en sacrificio a su hijo o a su hija, ni quien practique la adivinación, el sortilegio, la superstición,


el encantamiento, ni quien consulte a los adivinos y a los que invocan a los espíritus, ni quien interrogue a los muertos.


Ellos mismos van refiriendo la acogida que nos hicisteis, y cómo dejasteis la idolatría y os convertisteis para servir al Dios vivo y verdadero,


Como hubo falsos profetas en el pueblo, también habrá entre vosotros falsos maestros, los cuales enseñarán doctrinas de perdición, negarán al Señor que los redimió y se buscarán una ruina fulminante.


Entonces la mujer preguntó: '¿A quién quieres que te evoque?'. Él contestó: 'Evócame a Samuel'.


Samuel respondió: '¿Por qué me consultas, si el Señor se ha retirado de ti y se ha hecho tu enemigo?


Entonces dijo a sus servidores: 'Buscadme una mujer dedicada a la nigromancia para que vaya a consultarla'. Sus servidores le respondieron: 'En Endor hay una mujer que se dedica a la nigromancia'.


Saúl se disfrazó, poniéndose otros vestidos, y partió llevando consigo otros dos hombres. Llegaron de noche a casa de la mujer, y le dijo: 'Adivíname el futuro por medio de un espíritu y evócame al que yo te diga'.


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