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Isaías 61:8 - Biblia Martin Nieto

8 Pues yo, el Señor, amo la justicia y odio la rapiña y el crimen. Fielmente les daré su recompensa y haré con ellos un pacto eterno.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto; por tanto, afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 «Pues yo, el Señor, amo la justicia; odio el robo y la fechoría. Recompensaré fielmente a mi pueblo por su sufrimiento y haré un pacto eterno con él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Pues como yo, Yavé, amo la justicia y odio el robo y el crimen, les entregaré sin falta su recompensa y haré con ellos un contrato que durará siempre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Porque Yo, YHVH, amo la justicia, Aborrezco la rapiña para el holocausto; Pero a aquellos les daré su salario fielmente, Y haré con ellos un pacto perpetuo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pues yo, Yahveh, amo el derecho, odio el robo con injusticia; les daré de verdad su recompensa y sellaré con ellos alianza eterna.

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Isaías 61:8
34 Tagairtí Cros  

Yo establezco mi pacto contigo y con tu descendencia después de ti de generación en generación. Un pacto perpetuo. Yo seré tu Dios y el de tu descendencia después de ti.


Mi casa es estable junto a Dios, porque hizo conmigo un pacto eterno, bien reglamentado y garantizado en todo. Él hace que broten mis triunfos y que se cumplan mis deseos.


y que erigió en ley para Jacob, y en pacto eterno para Israel


El Señor es justo y ama la justicia, los justos contemplarán su rostro.


Yo quiero enseñarte, indicarte el camino que tienes que seguir, quiero darte un consejo, quiero mirar por ti.


él ama la justicia y el derecho, la tierra está llena del amor del Señor.


porque el Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles; los malhechores serán para siempre aniquilados y la raza de los criminales será exterminada;


Tu trono, oh Dios, dura eternamente; el cetro de tu reino es cetro de justicia.


'Reunid a mis leales, los que firmaron mi alianza ofreciendo un sacrificio'.


Los hombres del pueblo son un soplo, la gente ilustre, una mentira; cuando se los pone en la balanza, todos juntos pesan menos que un soplo.


La fuerza de un rey está en amar la justicia: tú has fundado el derecho; tú ejerces en Jacob la justicia y el derecho.


En todos tus caminos piensa en él, y él allanará tus senderos.


Yo voy por las sendas de la justicia, por los senderos de la equidad


Pondré el derecho por regla y la justicia por nivel. El granizo arrasará el refugio de la mentira, y las aguas arrollarán vuestro cobijo.


Pero el Señor espera la hora de otorgaros su gracia; por eso se levanta para apiadarse de vosotros, porque el Señor es un Dios de justicia; felices los que en él esperan.


Pero el Señor omnipotente será exaltado al juzgar; el Dios santo su santidad mostrará al hacer justicia.


Vacilarán los montes, las colinas se conmoverán; pero mi bondad hacia ti no desaparecerá ni vacilará mi alianza de paz -dice el Señor-, el que de ti se compadece.


Prestad oído y venid a mí; escuchad y vivirá vuestra alma. Haré con vosotros un pacto eterno, según la fiel promesa que hice a David.


Esto dice el Señor: Guardad el derecho, practicad la justicia, porque mi salvación está para llegar y mi justicia para manifestarse.


Porque, lo mismo que el cielo nuevo y la nueva tierra que yo creo subsisten ante mí -dice el Señor-, así subsistirán vuestra raza y vuestro nombre.


Y haré con ellos una alianza eterna: no cesaré de concederles favores, haré que me respeten y que no se aparten más de mí.


Vienen días -dice el Señor- en que yo visitaré a todos los circuncisos que lo sean en la carne, y no en el corazón:


Pero yo me acordé de la alianza pactada contigo en los días de tu juventud y renovaré contigo una alianza eterna.


Haré con ellos un pacto de paz y exterminaré del país las bestias feroces; morarán tranquilos hasta en el desierto y reposarán en los bosques.


Andáis diciendo: '¡Qué aburrimiento!', y me despreciáis -dice el Señor todopoderoso- trayendo la res robada, coja y enferma, y presentándomela como ofrenda. ¿Es que puedo yo aceptarla de vuestras manos? -dice el Señor todopoderoso-.


'¡A y de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que cerráis el reino de Dios a los hombres! ¡No entráis vosotros ni dejáis entrar a los que quieren!


Que el Señor dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios y la paciencia de Cristo.


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