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Isaías 6:1 - Biblia Martin Nieto

1 El año de la muerte del rey Ozías vi al Señor sentado en su trono elevado y excelso: la orla de su vestido llenaba el templo.

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Biblia Reina Valera 1960

1 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 El año en que murió el rey Uzías, vi al Señor sentado en un majestuoso trono, y el borde de su manto llenaba el templo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El año en que murió el rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono elevado y alto, y el ruedo de su manto llenaba el Templo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 El año de la muerte del rey Uzías vi a Adonay sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldones llenaban la Casa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono alto y elevado. Las orlas de su vestido llenaban el templo.

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Isaías 6:1
38 Tagairtí Cros  

Miqueas replicó: 'Escucha la palabra del Señor: He visto al Señor sentado en su trono y a toda la corte del cielo alineada a su derecha y a su izquierda.


Azarías murió y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David. Le sucedió en el trono su hijo Jotán.


Miqueas replicó: 'Escuchad la palabra del Señor: He visto al Señor sentado en su trono y toda la corte del cielo alineada a su derecha y a su izquierda.


Sólo te conocía de oídas; pero ahora, en cambio, te han visto mis ojos.


pues tu amor es más grande que los cielos y tu fidelidad alcanza hasta las nubes.


¿Quién es como el Señor, nuestro Dios, que se sienta en lo alto,


pone fin a la guerra hasta el confín del mundo, rompe el arco, parte la lanza y quema los escudos.


Moisés, Aarón, Nadab, Abihú y setenta ancianos de Israel subieron


Visión que Isaías, hijo de Amós, tuvo acerca de Judá y Jerusalén en los días de Ozías. Jotán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.


Y diréis aquel día: Dad gracias al Señor, invocad su nombre, proclamad sus proezas entre las naciones, repetid que su nombre es sublime.


Pues esto dice el altísimo, el excelso, el que habita una morada eterna y cuyo nombre es santo: Yo habito en una morada excelsa y santa, pero también estoy con el hombre arrepentido y humilde, para reanimar el espíritu de los humildes, para reconfortar el corazón afligido.


Esto dice el Señor: El cielo es mi trono y la tierra el escabel de mis pies. ¿Qué casa podríais construirme, y qué lugar para reposo mío?


El año treinta, el mes cuarto, el día cinco del mes, me encontraba yo entre los deportados junto al río Quebar, cuando se abrieron los cielos y contemplé visiones divinas.


Miré y vi que sobre el firmamento que estaba encima de la cabeza de los querubines había como una piedra de zafiro, y sobre ellos aparecía algo así como un trono.


Después la gloria del Señor se elevó de encima del querubín hacia el umbral del templo, el cual se llenó de la nube, y el atrio quedó inundado del esplendor de la gloria del Señor.


¿Y cómo podría el siervo de mi Señor hablar con mi Señor, si me faltan fuerzas y ni aliento me queda?'.


Yo seguía observando: se instalaron unos tronos, y un anciano se sentó. Sus vestiduras eran blancas como la nieve; como lana pura el cabello de su cabeza; su trono era de llamas, con ruedas de fuego ardiente.


Yo le hablo cara a cara y a las claras, no en enigmas, y él contempla la figura del Señor. ¿Por qué os habéis atrevido a hablar contra mi siervo Moisés?'.


'Cuando venga el hijo del hombre en su gloria con todos sus ángeles se sentará sobre el trono de su gloria.


A Dios nadie lo ha visto jamás; / el Hijo único, que está en el Padre, / nos lo ha dado a conocer.


Isaías dijo esto porque vio su gloria y habló de él.


el único que posee la inmortalidad, que habita una luz inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver. A él, honor y poder eterno. Amén.


El templo se llenó del humo que salía de la gloria de Dios y de su poder. Nadie podía entrar en el templo hasta la consumación de las siete plagas de los siete ángeles.


Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron de su presencia, sin que se encontrase su lugar.


Al vencedor lo sentaré conmigo en mi trono, igual que yo, que he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.


los veinticuatro ancianos se arrodillan delante del que está sentado en el trono, adoran al que vive por los siglos de los siglos y arrojan sus coronas delante del trono, diciendo:


Al instante caí en éxtasis, y vi un trono en el cielo y uno sentado en el trono.


El que estaba sentado tenía el aspecto de una piedra de jaspe y de sardónica. El trono estaba rodeado de un arco iris, parecido a la esmeralda.


Cada vez que los cuatro seres vivientes dan gloria, honor y acción de gracias al que se sienta en el trono y que vive por los siglos de los siglos,


Vi en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro escrito por las dos caras, sellado con siete sellos.


Se acercó y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.


Y decían a las montañas y a las rocas: Caed sobre nosotros y ocultadnos lejos de la cara del que está sentado en el trono y de la ira del cordero;


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