Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Isaías 48:4 - Biblia Martin Nieto

4 Porque sabía que tú eres obstinado, que es una barra de hierro tu cerviz y de bronce tu frente,

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

4 Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce,

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Pues yo sé lo terca y obstinada que eres; tu cuello es tan inflexible como el hierro y tu cabeza es tan dura como el bronce.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Yo sabía que eres porfiado, que tu cuello es como una barra de hierro y que tienes la frente como de bronce.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

4 Porque sé que eres obstinado, y tu cerviz es un tendón de hierro, Y tu frente es de bronce,

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Porque sabía que eres obstinado, que un tendón de hierro es tu cuello, y tu frente de bronce,

Féach an chaibidil Cóip




Isaías 48:4
27 Tagairtí Cros  

Pero no hicieron caso, tuvieron una cabeza dura, como sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios;


No seáis de cabeza dura como vuestros padres. Tended vuestras manos al Señor y venid al santuario que él ha santificado para siempre. Servid al Señor, Dios vuestro, y el furor de su ira se apartará de vosotros.


Se rebeló asimismo contra el rey Nabucodonosor, al cual había prestado juramento en el nombre de Dios. Fue terco y obstinado y no quiso convertirse al Señor, Dios de Israel.


Pero en cuanto recobraron la paz, volvieron en seguida a obrar mal ante ti, y tú los abandonaste en manos de sus enemigos, que les sometieron a su yugo. Entonces volvían a suplicarte, y tú los escuchabas desde el cielo. ¡Cuántas veces los salvaste por tu gran bondad!


Digo a los arrogantes: ¡Fuera arrogancia!; y a los malvados: No levantéis la frente;


no lleguen a ser como sus padres, una generación indócil y rebelde, generación cuyo corazón no fue constante, y cuyo espíritu fue desleal para con Dios.


El Señor añadió a Moisés: 'Ya veo lo que es este pueblo, un pueblo de cabeza dura.


sube a la tierra que mana leche y miel; pero yo no subiré en medio de ti, porque eres un pueblo de cabeza dura, y yo te aniquilaría por el camino'.


El Señor dijo a Moisés: 'Di a los israelitas: Vosotros sois un pueblo de cabeza dura; si por un solo momento subiese en medio de vosotros, os aniquilaría. Quítate, pues, tus galas, que yo sabré cómo he de tratarte'.


El Faraón mandó a ver, y del ganado de los israelitas no había muerto ni uno solo. Pero el corazón del Faraón siguió endurecido y no dejó salir al pueblo.


El hombre que ante los reproches se hace más terco será quebrantado de repente y sin remedio.


Porque es un pueblo rebelde, hijos mentirosos, que no quieren oír la voz del Señor.


Escuchadme los de corazón indómito, los que estáis lejos de la justicia.


'Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Yo traeré sobre esta ciudad y sobre sus ciudades anejas todas las calamidades con las que le he amenazado por haberse endurecido negándose a escuchar mis palabras'.


Cesaron los aguaceros y la lluvia tardía no llegó; pero con tu rostro de mujer perdida ni siquiera te has sonrojado.


¡Oh Señor!, ¿no buscan tus ojos la verdad? Tú les has herido, y no han acusado el golpe; los has aplastado, y no han querido aprender la lección. Han endurecido su frente como la roca, han rehusado convertirse.


Pero no me escucharon ni me hicieron caso. Endurecieron su cabeza y se portaron peor que sus padres.


Hijos de cara dura y corazón de piedra son aquellos a quienes yo te envío. Les dirás: Esto dice el Señor Dios.


Pero tan pronto como se ensoberbeció su corazón y su espíritu se obstinó en el orgullo, fue depuesto de su trono real y se le quitó su gloria.


Hombres de cabeza dura e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como fueron vuestros padres, así sois también vosotros.


Tú, con tu corazón impenitente y duro, estás amontonando castigos para el día del castigo, cuando se manifieste el justo juicio de Dios,


Circuncidad vuestro corazón y no sigáis más con vuestra cabeza dura,


porque yo sé que eres un pueblo rebelde y de cabeza dura. Si hoy, cuando yo estoy todavía en medio de vosotros, sois rebeldes al Señor, cuánto más lo seréis después de mi muerte.


Más bien, animaos mutuamente cada día mientras dura este 'hoy', de modo que ninguno de vosotros se endurezca por la seducción del pecado.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí