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Isaías 40:4 - Biblia Martin Nieto

4 Que los valles se eleven, que las montañas y colinas se abajen, que los caminos tortuosos se hagan rectos y los escabrosos llanos.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Rellenen los valles y allanen los montes y las colinas; enderecen las curvas y suavicen los lugares ásperos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 que todas las quebradas sean rellenadas y todos los cerros y lomas sean rebajados; que se aplanen las cuestas y queden las colinas como un llano.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Que los valles se levanten; Que los montes y las colinas se abajen; Que lo torcido se enderece, Y lo escabroso se allane.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Todo valle se alzará, todo monte o collado se rebajará, lo saliente será una llanura, y lo escarpado una explanada.

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Isaías 40:4
18 Tagairtí Cros  

sus senderos son tortuosos y descaminadas sus andanzas;


Una voz grita: Preparad en el desierto para el Señor un camino, allanad en la estepa una senda para nuestro Dios.


La gloria del Señor se manifestará y todo mortal la verá, porque la boca del Señor ha hablado.


Alcen su voz el desierto y sus ciudades, las aldeas en que habita Quedar; aclamen los habitantes de Petra, desde lo alto de los montes lancen gritos.


Yo marcharé delante de ti, allanando las alturas; destrozaré las puertas de bronce, haré pedazos los barrotes de hierro.


Convertiré en caminos todas las montañas, y las calzadas se allanarán.


Pasad, pasad por las puertas, abrid camino al pueblo, allanad, allanad la calzada, retirad las piedras; izad para los pueblos la bandera.


Y sabrán todos los árboles del bosque que yo, el Señor, humillo al árbol elevado y exalto al árbol humilde, hago secarse el árbol verde y reverdecer el árbol seco. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré'.


Pues el rey de Babilonia se ha detenido en una encrucijada donde los dos caminos se dividen, para consultar a la suerte. Ya sacude las flechas, interroga a sus ídolos, examina el hígado.


¿Quién eres tú, monte grande? Ante Zorobabel, como una llanura; él sacará la piedra clave entre gritos de júbilo: ¡Qué hermosa es! ¡Qué hermosa es!


Os digo que éste volvió a su casa justificado, y el otro no. Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado'.


que los valles se eleven, que los montes y colinas se abajen, que los caminos tortuosos se hagan rectos y los escabrosos llanos,


Él levanta del polvo al miserable, él saca al mendigo del estiércol para hacer que se siente con los nobles y asignarle un trono glorioso; porque suyos son los pilares de la tierra, y sobre ellos ha puesto él el orbe.


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