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Isaías 3:11 - Biblia Martin Nieto

11 ¡Ay del injusto! Mal le irá, se le dará según la obra de sus manos.

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Biblia Reina Valera 1960

11 ¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 En cambio, los malvados están condenados, porque recibirán exactamente lo que se merecen.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 ¡Oh, pueblo mío!, los que debían guiar tus pasos te hacen desviarte y echan a perder el camino que sigues.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 ¡Ay del impío! Todo le irá mal, Porque la obra de sus manos será su recompensa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 ¡Ay del impío! Le irá mal, pues se le pagará por lo hecho con sus manos.

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Isaías 3:11
36 Tagairtí Cros  

¡Lejos de ti hacer tal cosa! ¡Hacer morir al justo con el pecador, tratarle como al culpable! ¡Nunca hagas eso! ¿El juez de toda la tierra no hará justicia?'.


Yo soy débil todavía, aunque haya recibido la unción real, y estos hombres, los hijos de Sarvia, son más fuertes que yo. Que el Señor pague al que hizo el mal según su malicia'.


voy a acarrear sobre ti la desgracia: barreré tu posteridad y exterminaré de Ajab todo varón, esclavo y libre, de Israel.


escucha tú desde el cielo, intervén y haz justicia a tus siervos; condena al culpable haciendo recaer su maldad sobre su cabeza y absuelve al inocente retribuyéndole conforme a su inocencia.


Si soy culpable, ¡desgraciado de mí! Si inocente, no oso levantar la cabeza, saturado de ignominia, ebrio de aflicción.


Dales según sus hechos, según la maldad de sus acciones; trátalos según las obras de sus manos, págales con la misma moneda.


Dios ha dicho una cosa, y luego otra; yo lo he oído;


comerán el fruto de sus errores y se hartarán de sus propios consejos.


Si el justo recibe en la tierra su paga, cuánto más el injusto y el pecador.


Por el fruto de su boca se sacia el hombre de bien, a cada uno le será dado según la obra de sus manos.


El que cava una fosa caerá en ella, y al que rueda una piedra se le viene encima.


y que no tendrá la felicidad el malhechor, y no prolongará sus días más que como una sombra, porque no teme a Dios.


Yo castigaré por su maldad al mundo, a los criminales por sus delitos; acabaré con la arrogancia de los orgullosos y humillaré el orgullo de los tiranos.


No hay paz para los malhechores -dice el Señor-.


Ya no habrá allí recién nacido que viva sólo pocos días, ni anciano que no culmine sus años, sino que morir a los cien años será morir joven y no llegar a los cien años será señal de maldición.


He aquí lo que delante de mí tengo escrito: No he de callar hasta no haber pedido cuentas


de sus crímenes y los de sus padres juntamente -dice el Señor-, los que quemaron incienso en los montes y en las colinas me ultrajaron. Mediré bien su merecido y se lo echaré en su corazón.


Yo os castigaré como lo merecen vuestras obras -dice el Señor-; prenderé fuego a su bosque, y devorará todos sus alrededores'.


sino que cada cual morirá por su propia iniquidad. El que coma agraces será el que sufra la dentera.


Porque esto dice el Señor Dios: Te he pagado con arreglo a lo que hiciste, al menospreciar el juramento hasta el punto de quebrantar la alianza.


El que peca es el que morirá. El hijo no cargará con la culpa del padre, ni el padre con la del hijo. Al justo se le imputará su justicia y al injusto su injusticia.


Lo desenrolló ante mi vista. Estaba escrito por dentro y por fuera, y contenía lamentaciones, gemidos y ayes.


Yo, el Señor, lo digo y lo hago; así sucederá; no me retraeré, no tendré piedad ni compasión. Te juzgaré según mi conducta y tus obras', declara el Señor Dios.


Si, cuando yo diga al malvado: ¡Morirás!, tú no hablas para amonestarlo que se corrija de su conducta, él, el malvado, morirá por su culpa, pero de su sangre te pediré cuentas a ti.


Y luego clamarán al Señor, pero él no les responderá; les ocultará su rostro en aquel tiempo por los crímenes que cometieron.


Y la tierra quedará hecha un desierto por la mala conducta de sus habitantes.


Pero si no obráis así, pecaréis contra el Señor, y sabed que vuestro pecado pesará sobre vosotros.


pues todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba lo que mereció durante su vida mortal, conforme a lo que hizo, bueno o malo.


Porque el juicio será sin misericordia para el que no ha tenido misericordia; pero la misericordia triunfa sobre el juicio.


Dios hizo igualmente recaer sobre la cabeza de los hombres de Siquén el mal que habían hecho, cumpliéndose la maldición de Jotán, el hijo de Yerubaal.


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