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Isaías 26:1 - Biblia Martin Nieto

1 Aquel día se cantará este cántico en la tierra de Judá: Tenemos una ciudad fortificada; él ha puesto para protegernos murallas y defensas.

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Biblia Reina Valera 1960

1 En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 En aquel día, todos en la tierra de Judá cantarán esta canción: ¡Nuestra ciudad es fuerte! Estamos rodeados por las murallas de la salvación de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 En ese día cantarán de esta manera en el país de Judá: Tenemos ahora una ciudad amurallada; El ha construido para defendernos no una, sino dos murallas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Aquel día se cantará este cántico en la tierra° de Judá: ¡Ciudad fuerte tenemos!° ¡Salvación le ha puesto° por muro y antemuro!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Aquel día se cantará esta canción en la tierra de Judá: 'Ciudad fuerte la nuestra; para salvarla le han puesto murallas y antemuros.

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Isaías 26:1
34 Tagairtí Cros  

Alababan y daban gracias al Señor, y se respondía: 'Porque es bueno, porque es eterno su amor a Israel'. Y todo el pueblo prorrumpía en fuertes gritos de júbilo alabando al Señor porque se habían echado los cimientos del templo del Señor.


tú los guardas al amparo de tu rostro, lejos de las intrigas de los hombres; tú los cobijas en tu tienda lejos de las lenguas mordaces.


Que se alegre el monte Sión, que se regocijen las hijas de Judá porque tú haces justicia.


En los palacios de Sión, Dios se manifiesta como fortaleza.


Aquel día dirás: Yo te doy gracias, Señor, porque estabas irritado contra mí, pero tu cólera ha amainado y me has consolado.


Aúlla, puerta; ciudad, grita; tiembla, Filistea entera; porque del norte llega una humareda, y nadie de sus huestes se rezaga.


Los ojos soberbios del hombre serán abatidos, y la arrogancia de los mortales se doblegará; sólo el Señor será exaltado el día aquel.


Aquel día todos arrojarán a los topos y a los murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que se hicieron para adorarlos.


Aquel día se dirá: Éste es nuestro Dios, de quien esperamos que nos salve; éste es el Señor, en quien esperamos. Alegrémonos, gocémonos, porque nos ha salvado.


Como pájaros que vuelan, así el Señor omnipotente protegerá a Jerusalén: la protegerá, la salvará, la perdonará, la liberará.


De terror se desvanecerá su roca, y sus jefes, espantados, desertarán de su bandera, dice el Señor, que en Sión tiene su fuego, y su horno en Jerusalén.


Excelso es el Señor; en las alturas mora, y llena a Sión de derecho y justicia.


Tu permanencia es sólida. Riquezas salvadoras son sabiduría y ciencia; el temor del Señor será tu tesoro.


Aquel día el brote del Señor será ornamento y gloria, y el fruto de la tierra será orgullo y esplendor de los librados de Israel.


Quiero cantar para mi amigo una canción de amor hacia su viña. Mi amigo tenía una viña en una loma feraz.


yo les daré en mi casa, entre mis muros, un memorial y un nombre mejor que hijos e hijas; un nombre eterno les daré, que nunca más se borrará.


No se oirá hablar más de violencia en tu país, ni de opresión y ruina en tus confines; a tus muros llamarás salvación, a tus puertas alabanza.


Pasad, pasad por las puertas, abrid camino al pueblo, allanad, allanad la calzada, retirad las piedras; izad para los pueblos la bandera.


He aquí lo que el Señor pregona hasta el extremo de la tierra: Decid a la hija de Sión: Mira, ya viene tu salvador, vienen con él su recompensa y sus trofeos le preceden.


el grito de alegría y alborozo, el canto del esposo y de la esposa, la voz de aquellos que, al llevar al templo del Señor los sacrificios de acción de gracias, cantarán: 'Dad gracias al Señor omnipotente, porque el Señor es bueno, porque es eterno su amor'. Pues yo voy a cambiar la suerte de este país a su condición primera, dice el Señor.


Yo vi un muro exterior, que rodeaba el templo por todas partes. La vara de medir que el personaje tenía en sus manos era de tres metros. Luego midió el muro, y tenía una vara de ancho y otra de alto.


Entonces levanté mis ojos y tuve una visión. Vi a un hombre que tenía en su mano una cinta de medir.


Yo mismo seré para ella, palabra del Señor, un muro de fuego en su alrededor, y en medio de ella yo seré su gloria'.


Entonces cantó Israel este canto: 'Sube, pozo, ¡Cantadle!


Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.


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