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Isaías 1:30 - Biblia Martin Nieto

30 Pues quedaréis igual que un terebinto de hojas marchitas, lo mismo que un jardín que ya no tiene agua.

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Biblia Reina Valera 1960

30 Porque seréis como encina a la que se le cae la hoja, y como huerto al que le faltan las aguas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 Serás como un gran árbol con las hojas marchitas, como un jardín sin agua.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Pues ustedes serán como una encina a la que se le caen las hojas, y como un jardín al que le falta agua.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Porque seréis como encina de hoja seca, Y como huerto al que le faltan aguas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Pues seréis como terebinto de follaje marchito, y como jardín que carece de agua.

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Isaías 1:30
11 Tagairtí Cros  

Abrán atravesó el país hasta el lugar de Siquén, hasta la encina de Moré. Los cananeos habitaban entonces en el país.


Haré de ella un desierto; no será más podada ni escardada; toda será cardos y abrojos; y mandaré a las nubes que no dejen caer más lluvia sobre ella.


El Señor será tu guía siempre, en los desiertos saciará tu hambre, a tus huesos infundirá vigor, y tú serás como un huerto regado, cual manantial de agua, de caudal inagotable.


Todos nosotros éramos inmundicias, y todas nuestras obras buenas como un lienzo manchado. Todos hemos caído como hojas, y nuestras iniquidades nos barren como el viento.


No hubo nadie que invocara tu nombre, que despertara para apoyarse en ti, pues tú habías escondido tu rostro de nosotros y nos habías dejado a merced de nuestras iniquidades.


Y vendrán cantando de alegría a la altura de Sión, volverán a gozar de los bienes del Señor: el trigo, el vino y el aceite, las ovejas y los bueyes. Su alma será un huerto bien regado y no volverán ya a languidecer.


Y sabrán todos los árboles del bosque que yo, el Señor, humillo al árbol elevado y exalto al árbol humilde, hago secarse el árbol verde y reverdecer el árbol seco. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré'.


Vio una higuera junto al camino, se acercó a ella y no encontró más que hojas. Entonces dijo: 'Jamás brote de ti fruto alguno'. Y la higuera se secó en aquel mismo instante.


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