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Hechos 5:4 - Biblia Martin Nieto

4 ¿Es que antes de venderlo no era tuyo, y aun después de vendido no continuaba en tu poder? ¿Por qué resolviste hacer esto? No has mentido a los hombres, sino a Dios'.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 La decisión de vender o no la propiedad fue tuya. Y, después de venderla, el dinero también era tuyo para regalarlo o no. ¿Cómo pudiste hacer algo así? ¡No nos mentiste a nosotros sino a Dios!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Podías guardar tu propiedad y, si la vendías, podías también quedarte con todo. ¿Por qué has hecho eso? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Reteniéndola, ¿acaso no quedaba siendo tuya? Y una vez vendida, ¿no estaba a tu disposición? ¿Por qué pusiste este asunto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 ¿No eras dueño para quedarte con él, y no podías disponer plenamente de él aun después de vendido? ¿Por qué te decidiste a hacer lo que has hecho? No has defraudado a los hombres, sino a Dios'.

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Hechos 5:4
26 Tagairtí Cros  

Yo sé, Dios mío, que tú sondeas los corazones y amas la rectitud; con rectitud de corazón he hecho yo mis ofrendas, y ahora veo con gozo al pueblo aquí presente comprometerse voluntariamente contigo.


Además, todo el oro y plata de mi propiedad personal lo doy por amor del templo de mi Dios;


oro y plata para los diversos objetos y para la obra de orfebrería. Y ahora, ¿quién quiere hacer donativos voluntarios para el Señor?'.


El pueblo se gozaba en estos donativos voluntarios, pues los daban con todo el corazón al Señor, y el mismo rey David experimentó una gran alegría.


El que concibe el mal engendra angustia y lleva en su vientre un fruto de aborto.


no está todavía la palabra en mi lengua y ya, Señor, tú la conoces por entero.


prepara armas mortíferas, dispone sus flechas incendiarias.


Y añadió: 'Esta tarde os dará el Señor carne para comer, y mañana por la mañana pan hasta saciaros, porque ha oído vuestras murmuraciones contra él. Pero nosotros ¿qué somos? No van contra nosotros vuestras murmuraciones, pero sí contra el Señor'.


De este modo todos los hombres y mujeres que se sintieron generosos en contribuir a las obras que el Señor había mandado hacer a Moisés trajeron sus ofrendas voluntarias al Señor.


No permitas que tu boca te haga culpable, y no digas delante de Dios que fue una inadvertencia. ¿Por qué hacer que Dios se irrite a causa de tu palabra y destruya las obras de tus manos?


Ninguno acusa con justicia, nadie litiga con honradez; se confía en la nada, se habla falsedad, maldad se concibe y se engendra desgracia.


Esto dice el Señor Dios: Aquel día te vendrán a la mente proyectos y concebirás un plan perverso.


Tú y tus secuaces os habéis rebelado contra el Señor. ¿Quién es Aarón para que habléis mal de él?'.


El que os escucha a vosotros me escucha a mí; y el que os rechaza a vosotros me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado'.


Pedro le dijo: 'Ananías, ¿por qué has dejado que entre dentro de ti Satanás para mentir al Espíritu Santo y quedarte con parte del precio del campo?


Pedro replicó: '¿Por qué os pusisteis de acuerdo para tentar al Espíritu del Señor? Ahí tienes a la puerta los pies de los que acaban de enterrar a tu marido; ellos te llevarán a ti también'.


No es la comida la que nos acerca a Dios. Por comer o por no comer, no somos ni menos ni más.


Por tanto, el que desprecie todo esto no desprecia a un hombre, sino a Dios, el cual os da su Espíritu Santo.


pero nada he querido hacer sin tu consentimiento, a fin de que me hagas esta buena obra no a la fuerza, sino de buena gana.


Después su propio deseo, una vez consentido, engendra el pecado; y el pecado, una vez cometido, produce la muerte.


Pero el Señor dijo a Samuel: 'Obedece la voz del pueblo en todo lo que te diga, porque no te han rechazado a ti, sino a mí, para que no reine sobre ellos.


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