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Hechos 3:10 - Biblia Martin Nieto

10 Y reconocían que era el que solía sentarse junto a la puerta Hermosa a pedir limosna; y se quedaron admirados y desconcertados por lo que le había sucedido.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

10 Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Cuando se dieron cuenta de que él era el mendigo cojo que muchas veces habían visto junto a la puerta Hermosa, ¡quedaron totalmente sorprendidos!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 y lo reconocieron: '¡Es el tullido que pedía limosna junto a la Puerta Hermosa!'. Y quedaron sin palabras, asombrados por lo que había sucedido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y lo reconocían que era el mismo que se sentaba° a pedir° limosna en la puerta la Hermosa, del templo; y se quedaron llenos de admiración, y atónitos, a causa de lo que había acontecido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 y reconocieron que aquél era el mismo que, sentado, pedía limosna junto a la puerta Preciosa del templo, de modo que se llenaron de estupor y pasmo por lo que le había sucedido.

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Hechos 3:10
12 Tagairtí Cros  

Las gentes del lugar lo reconocieron y propagaron la noticia por toda la comarca. Le trajeron todos los enfermos


Todos quedaron estupefactos y se preguntaban unos a otros: '¿Qué es esto? ¡Manda con autoridad y energía a los espíritus inmundos, y le obedecen!'.


Y todos se quedaron atónitos ante la grandeza de Dios.


Porque el Padre ama al hijo y le muestra todo cuanto hace; y le mostrará obras mayores que éstas, de tal manera que os quedaréis asombrados.


Jesús respondió: 'Ni éste ni sus padres. Nació ciego para que resplandezca en él el poder de Dios.


Entonces los vecinos y los que solían verlo pidiendo limosna decían: '¿No es éste el que se sentaba a pedir?'. Unos decían: 'Es éste'.


Todos fuera de sí y desconcertados, se decían unos a otros: '¿Qué significa esto?'.


Fuera de sí todos por aquella maravilla, decían: '¿No son galileos todos los que hablan?


Todos los días llevaban a un cojo de nacimiento y lo ponían a la puerta del templo llamada Hermosa para pedir limosna a los que entraban.


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