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Hechos 2:46 - Biblia Martin Nieto

46 Todos los días acudían juntos al templo, partían el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,

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Biblia Reina Valera 1960

46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

46 Adoraban juntos en el templo cada día, se reunían en casas para la Cena del Señor y compartían sus comidas con gran gozo y generosidad,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

46 Todos los días se reunían en el Templo con entusiasmo, partían el pan en sus casas y compartían sus comidas con alegría y con gran sencillez de corazón.

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La Biblia Textual 3a Edicion

46 Y perseverando unánimes cada día en el templo y partiendo el pan de casa en casa, compartían el alimento con alegría y sencillez de corazón,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

46 Acudían diariamente al templo con perseverancia y animados por un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban juntos el alimento con alegría y sencillez de corazón;

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Hechos 2:46
25 Tagairtí Cros  

Nehemías les dijo: 'Id y comed buenos platos, bebed buenos vinos e invitad a los que no tienen nada preparado, pues este día está consagrado al Señor. ¡No os pongáis tristes; el gozo del Señor es vuestra fuerza!'.


Enséñame tus caminos, Señor, para que yo camine en la verdad; haz que mi corazón reverencie tu nombre.


Anda, come tu pan con alegría y bebe con alegre corazón tu vino, porque ya se complace Dios en tu obra.


'La lámpara de tu cuerpo son los ojos; si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo estará iluminado;


Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis todo limpio.


Se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio.


Estaban continuamente en el templo bendiciendo a Dios.


Los subió a su casa, puso la mesa y celebró con toda su familia el haber creído en Dios.


Eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la unión fraterna, en partir el pan y en las oraciones.


El primer día de la semana nos reunimos para partir el pan. Pablo, que iba a partir al día siguiente, estuvo hablando con ellos hasta medianoche.


Pedro y Juan iban un día al templo a la hora de la oración, a las tres de la tarde.


Obedecieron, entraron de madrugada en el templo y se pusieron a enseñar. Entretanto, el sumo sacerdote y sus partidarios convocaron al tribunal supremo y a todos los dirigentes de Israel, y mandaron a la cárcel a buscar a los apóstoles.


No dejaban un día de enseñar, en el templo y en las casas, y de anunciar la buena noticia de que Jesús es el mesías.


el que tenga el de exhortar, que se dedique a exhortar; el que tiene el de repartir limosna, que reparta con generosidad; el que tiene el de presidir, que presida con seriedad; el que hace obras de misericordia, que las haga con alegría.


El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es la comunión con el cuerpo de Cristo?


Nos sentimos orgullosos de que nuestra conciencia nos asegure que nos hemos comportado con todo el mundo, y especialmente con vosotros, con la sencillez y la sinceridad que Dios da, y no por la sabiduría humana, sino por la gracia de Dios.


Pero temo que, como la serpiente engañó con su astucia a Eva, pervierta también vuestros pensamientos y os apartéis de la fidelidad y de la consagración a Cristo.


Esclavos, obedeced a vuestros amos temporales con respeto, lealtad y de todo corazón, como si fuera a Cristo;


Allí os regocijaréis en presencia del Señor, vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos e hijas, vuestros siervos y siervas y el levita que habita entre vosotros, ya que él no tiene parte ni herencia con vosotros.


Allí comeréis en presencia del Señor y os alegraréis por todas las empresas de vuestras manos en las que el Señor, vuestro Dios, os haya bendecido.


En presencia del Señor, tu Dios, en el lugar elegido por él para hacer habitar su nombre, allí te regocijarás tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tu ciudad.


Esclavos, obedeced a vuestros amos temporales; no sólo cuando os ven, como para quedar bien con ellos, sino de todo corazón y por respeto al Señor.


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