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Génesis 31:36 - Biblia Martin Nieto

36 Entonces Jacob se acaloró contra Labán y le habló en estos términos: '¿Qué delito o qué culpa he cometido para que me persigas de este modo?

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Biblia Reina Valera 1960

36 Entonces Jacob se enojó, y riñó con Labán; y respondió Jacob y dijo a Labán: ¿Qué transgresión es la mía? ¿Cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi persecución?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

36 Entonces Jacob se enojó mucho y desafió a Labán. —¿Cuál es mi delito? —preguntó él—. ¿Qué mal he hecho para que me persigas como si fuera un criminal?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

36 Entonces Jacob se enojó y reprochó a Labán: '¿Cuál es mi delito? ¿Cuál ha sido mi pecado, para que así me persigas?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 Entonces se encolerizó Jacob y recriminó a Labán. Tomó, pues, Jacob la palabra y dijo a Labán: ¿Cuál es mi transgresión o cuál mi pecado para que me persigas con tal ardor?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 Entonces Jacob se encolerizó y recriminó a Labán. Tomó Jacob la palabra y dijo a Labán: '¿Qué crimen he cometido? ¿En qué he faltado para que me persigas con tanta saña?

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Génesis 31:36
14 Tagairtí Cros  

Jacob se irritó contra ella y dijo: '¿Soy yo acaso igual a Dios, que te ha negado la fecundidad?'.


Raquel le dijo: 'No se enfade mi señor si no puedo levantarme ante él, pues tengo lo que es habitual en las mujeres'. Así él buscó y rebuscó, pero no pudo encontrar sus ídolos.


Has registrado todos mis enseres, y ¿qué has encontrado de las cosas de tu casa? Ponlo aquí delante de nuestros hermanos y que ellos juzguen entre nosotros dos.


Cuando los hijos de Jacob, a su vuelta del campo, se enteraron de lo ocurrido, se indignaron y se llenaron de ira por la infamia que había cometido Siquén acostándose con la hija de Jacob. '¡Eso no se hace!'.


Maldito su furor, tan violento, y su cólera, tan cruel. Los repartiré en Jacob, los dispersaré en Israel.


Entonces el hombre de Dios se irritó contra él y dijo: 'Si hubieras golpeado cinco o seis veces, habrías derrotado a Siria hasta exterminarlo; pero ahora lo derrotarás sólo tres veces'.


Naamán se enfadó y se fue diciendo: 'Yo pensaba que saldría a recibirme, que invocaría el nombre del Señor, su Dios, que me tocaría con su mano y así sanaría de mi lepra.


El criminal huye sin que nadie lo persiga, pero el justo se siente seguro como un león.


Moisés, preso de gran indignación, dijo al Señor: 'No hagas caso de su ofrenda. Ni un asno he tomado yo de ellos; a ninguno de ellos he perjudicado'.


El pueblo se quejaba contra Moisés, diciendo: '¡Ojalá hubiéramos muerto como murieron nuestros hermanos delante del Señor!


Entonces, mirándolos indignado y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: 'Extiende tu mano'. La extendió y quedó sana.


Si os indignáis, no lleguéis a pecar y que vuestra indignación cese ates de que se ponga el sol;


Jonatán le respondió: '¿Por qué tiene que morir? ¿Qué ha hecho?'.


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