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Ezequiel 10:3 - Biblia Martin Nieto

3 Los querubines se habían detenido al lado derecho del templo cuando el hombre entró, y la nube llenaba el atrio interior.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y los querubines estaban a la mano derecha de la casa cuando este varón entró; y la nube llenaba el atrio de adentro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Cuando el hombre entró allí, los querubines estaban de pie en la parte sur del templo y la nube de gloria llenaba el atrio interior.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 mientras se deslizaba, los querubines estaban de pie al lado sur y la nube cubría el patio interior.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Al entrar este varón, los querubines estaban de pie a la derecha de la Casa, y la nube llenaba el atrio interior.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Cuando entró aquel hombre, los querubines estaban parados a la derecha del templo, y la nube llenaba el atrio interior.

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Ezequiel 10:3
7 Tagairtí Cros  

Expulsó al hombre, y puso delante del jardín de Edén los querubines y la llama de la espada flameante para guardar el camino del árbol de la vida.


Harás dos querubines de oro, de oro batido, a los dos extremos del propiciatorio,


mientras la gloria del Señor entraba en el templo por la puerta este.


Esto dice el Señor Dios: La puerta del atrio interior, que mira a oriente, permanecerá cerrada en los días laborables, pero el sábado se abrirá, así como el día de la luna nueva.


Y me llevó al atrio interior del templo del Señor. A la entrada del templo del Señor, entre el vestíbulo y el altar, veinticinco hombres, vueltas sus espaldas al santuario del Señor y sus rostros a oriente, se postraban hacia oriente ante el sol.


Alargó una especie de mano, me agarró por los cabellos y el espíritu me elevó entre la tierra y el cielo y me llevó, en visiones divinas, a Jerusalén, a la entrada de la puerta interior que da al norte, allí donde estaba situado el ídolo que provoca los celos.


La gloria del Dios de Israel se había levantado del querubín sobre el cual estaba, y se dirigía hacia el umbral del templo. Llamó al hombre vestido de lino, que llevaba a la cintura la cartera de escribir,


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