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Éxodo 13:18 - Biblia Martin Nieto

18 Dios hizo dar un rodeo al pueblo, llevándolo por el camino del desierto hacia el mar Rojo.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Mas hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar Rojo. Y subieron los hijos de Israel de Egipto armados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Por eso Dios los hizo dar un rodeo por el camino del desierto, hacia el mar Rojo. Así los israelitas salieron de Egipto como un ejército preparado para la batalla.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Por eso los llevó rodeando por el camino del desierto hacia el Mar Rojo. Todo el pueblo salió de Egipto bien ordenado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Así pues, ’Elohim desvió al pueblo por el camino del desierto hacia el Mar Rojo,° y los hijos de Israel subieron pertrechados° de la tierra Egipto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Por eso Yahveh hizo que el pueblo diera un rodeo por el camino del desierto hacia el mar de los Juncos. Los israelitas salieron de Egipto bien armados.

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Éxodo 13:18
13 Tagairtí Cros  

José hizo jurar a los hijos de Israel así: 'Ya que Dios vendrá ciertamente en vuestra ayuda, llevaréis de aquí mis huesos'.


Los puso en el camino justo y llegaron a ciudad habitada.


Él guió a su pueblo a través del desierto, porque es eterno su amor;


Oh Dios, cuando saliste al frente de tu pueblo, cuando avanzabas a través del desierto,


Aquel mismo día el Señor sacó a los israelitas del país de Egipto por escuadras.


'Di a los israelitas que cambien de rumbo y vayan a acampar en Pi Hajirot, entre Migdal y el mar, frente a Baal Sefón. Acamparéis frente a Baal Sefón, a lo largo del mar.


Los egipcios, los caballos y los carros del Faraón, sus caballeros y su ejército los siguieron y les dieron alcance en el lugar donde estaban acampados a lo largo del mar, junto a Pi Hajirot, frente a Baal Sefón.


Pero ese rey no debe tener muchos caballos ni enviar de nuevo gente a Egipto para aumentar su caballería, pues el Señor, tu Dios, ha dicho: No volváis nunca jamás por ese camino.


Encontró a su pueblo en el desierto, / en la soledad rugiente de la desolación. / Lo abrazó y se cuidó de él; / lo guardó como la niña de sus ojos.


Vuestras mujeres, vuestros hijos y vuestros ganados pueden quedar en la tierra que os dio Moisés en Transjordania; pero vosotros, todos los hombres de guerra, iréis armados al frente de vuestros hermanos y les prestaréis vuestra ayuda,


Los rubenitas, los gaditas y la mitad de la tribu de Manasés pasaron, armados, a la cabeza de los israelitas, como se lo había mandado Moisés.


Unos cuarenta mil, armados y listos para la guerra, pasaron ante el Señor para combatir en las llanuras de Jericó.


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